sábado, 27 de junio de 2020

Alberto Carlos. ¿Qué es lo que dice qué dijo?

Arte de Alberto Carlos

¿Qué es lo que dice qué dijo?

Por Alberto Carlos

No sé qué harían los literatos sin el qué en sus formas de conjunción y pronombre relativo. Es una de esas palabras comodín de nuestro idioma que saca de todos los apuros a los que escriben. Me decía una vez el licenciado Fuentes Mares que al releer su Santana tuvo que darle una espulgada porque se encontró con que tenía tantos qués que parecía una quesadilla y que, una vez podado de los qués que tenía demás, la nueva edición va a resultar un cuadernillo, por las páginas perdidas o el espacio ganado, según se vea.
Si esa palabra se sustituyera por un solo signo, digamos un palito como la i sin el punto, la cantidad de papel ahorrado sería considerable y en las estanterías de las bibliotecas se ahorraría bastante espacio; si miramos más allá, la tala de bosques sería menos, en beneficio de la ecología. Ahora, imagínese usted, lector, si desde el kínder nos enseñaran a escribir y a leer taquigrafía y todo mundo lo hiciera así, el ahorro nos daría para pagar la deuda nacional. No es mala idea en estos momentos de austeridad.
¿Se fijaron? En el párrafo de arriba no utilicé ni un solo qué (aplausos, por favor) y pienso no utilizarlos en el resto de este trabajito, para darme una lucidita, no faltaba más.
La humana humanidad ha de tener, de vez en cuando, una salida a flote para alimentar el ego. De no ser así, nos pasaríamos la vida en la otredad (como dicen los filósofos) sin echar nuestro cuarto a espadas y eso sería una verdadera frustración a la iniciativa privada de cada quién, cosa por demás antidemocrática.
Hasta aquí vamos bien, sin echar mano de la conjunción de marras. Es más: otra cosa molesta en la literatura es el uso y abuso del gerundio, al menos para un servidor y también, como ven, lo evitamos por esta vez para demostrar la posibilidad de prescindir de tales vocablos. ¿Difícil?, pues no tanto. Ya ven ustedes como, sin ser literato, modestia aparte, aguanto un piano. A darle pues, mis queridos literatos. A desengordar libros en beneficio de la economía nacional. Ya mi licenciado Fuentes Mares le entró a la rasurada. Yo les dejo aquí un botón de muestra, desplante ante el cual los escritores de polendas, si me leyeran, esbozarían una leve sonrisa como diciendo: pos este pelao… Pero me doy por satisfecho con tal de ver sonreír a señores tan seriesotes, aun a mis costillas.
¿Qué pasó? ¿No que no?
Noviembre 1982




Alberto Carlos. Artista nacido en Fresnillo, Zacatecas, avecindado en Chihuahua desde la infancia. Con medio siglo de trayectoria, su vasta obra mural, escultórica y de caballete abarcó una diversidad de técnicas y temáticas. Su natural inquietud y amplia cultura lo llevó a incursionar en la literatura y el periodismo, en géneros como la poesía, el cuento, el ensayo, la calavera, el epigrama y la columna, los cuales publicaba en periódicos como el suplemento Tragaluz de Novedades de Chihuahua, El Heraldo de Chihuahua, y en las revistas Tarahumara y Solar.

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