Cocodrilo Bit
Los libros en mi memoria
Por Benito Rosales
Mi memoria no es la mejor, olvido con facilidad muchas cosas, sobre todo me pasa con personas; olvido rostros, nombres, casi de manera automática. Con el tiempo he aprendido a sobrevivir con eso, lo contrarresto un poco llevando un diario, anotando lo importante, lo tengo a la mano para cuando sea necesario recurrir a él. Lamentablemente, aun así, me pasa seguido que voy por la calle y no reconozco a un conocido, o llego a algún lugar y me saludan, y no logró identificar quién es mi interlocutor.
Algunas personas me lo toman a mal y creen que deliberadamente los estoy ignorando, o que estoy enemistado con ellos. Lo cierto es que no, solo soy distraído y olvidadizo. Nunca me han diagnosticado alguna enfermedad relacionada con eso, porque quizá sigo siendo funcional en mí día a día, pero eso no quita que sea triste olvidar con mucha facilidad datos, personas, situaciones, que otros recuerdan tan vívidamente.
Ahora, en el tema de la literatura, me sucede con los nombres de los libros y los autores, me pasa con frecuencia en los talleres dónde asisto o en las pláticas con los amigos: citan libros, autores, y pocas veces los recuerdo. Tengo cuarenta y seis años, no sé qué va a ser de mí cuando sea grande y olvide más cosas, lo cual es probable. Pero bueno, mi intención en este momento es hablar de la frustración que siento cuando me preguntan por un autor y alguna de sus obras y mi respuesta es que no lo conozco, cuando ya coincidí con él en algún evento, o cuando están hablando de un libro muy conocido que yo leí, pero que recuerdo vagamente.
Sé que es una tarea imposible conocer a todos los escritores de la actualidad, ya sea de una localidad o parte del mundo. La industria del libro es inmensa y cada día aparecen más escritores. No conozco a todos los de mi ciudad, identifico algunos amigos con lo que he coincidido en algún taller o evento literario, y más allá de eso, no. Obviamente ubico a los que he leído, sobre todo recientemente, pero muchos, no sé qué tantos, quizá la mayoría, no los conozco, y los he leído poco o nada. Creo que aquí tiene que ver sí, por un lado, el asunto de mi memoria, pero también por otro el tema de coincidir y de tener acceso a su obra, lo cual es un tema aparte.
Para contrarrestar lo mencionado, he tratado de generar un registro de lo que leo; independientemente de si son escritores locales, emergentes, consagrados o internacionales. Con estos últimos trato de leer lo que me recomiendan, los que han obtenido alguna distinción, o que tienen obras que se han vuelto universales. Con los primeros, con los locales, busco adquirir libros de ellos cada vez que hay oportunidad; con los que son mis amigos, voy a sus presentaciones y ahí mismo les compro su obra. Pero además, cuando termino de leer el libro, sea cual sea, en el deseo de abonar al tema de la memoria, hago breves reseñas de los mismos y las comparto en mis redes sociales. Es una especie de gimnasia cerebral con el deseo de retener lo leído.
No tengo el número exacto de las reseñas que he hecho, quizá deba hacer un recuento, pero la mayoría circulan en mi muro personal de Facebook. Si tienen oportunidad de verlas, les agradezco que las lean, nunca son con afán de destruir, sino todo lo contrario, con el deseo de apoyar a los amigos que también escriben, o dar mi opinión de una obra reconocida. Son un mensaje a mi yo del futuro, para decirme: ¡Hey, este libro lo leíste y esto pensabas!
5 mayo 2024
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