jueves, 23 de mayo de 2024

Lo que El viento nos dejó. Raúl Herrera

Rollos cortos

Lo que El viento nos dejó

 

 

Por Raúl Herrera

 

 

Me tomo un tiempo ahora para hablar de una de esas películas inolvidables, imperdibles, impresionantes, como es Lo que el viento se llevó.

Este filme muestra una visión irreal de la Guerra Civil estadounidense, guerra terriblemente cruel que enfrentó a ciudadanos de un mismo país; digamos que la Guerra Civil de Lo que el viento se llevó no sirvió tanto para liberar esclavos sino para mostrarle a Scarlett O’Hara que el karma existe y que todo lo malo que se hace regresa a su creador.

Siempre he pensado que como entretenimiento el filme cuenta una buena historia y lo hace muy bien: el ascenso y la caída de una aventurera sexual. Lo que el viento se llevó fue la película adecuada en el momento adecuado.

Scarlett O’Hara no es una mujer del Siglo 19, sino del Siglo 20: mujeres emancipadas que desde los años veinte del siglo pasado habían dejado el hogar para trabajar y ser independientes. De ahí que los desplantes y caprichos de Scarlett poco tengan que ver con las verdaderas mujeres sureñas de la época de la Guerra Civil estadounidense, y sí mucho con las atrevidas heroínas del cine mudo de los años veinte, en control de su sexualidad y su destino económico. Scarlett triunfa en un mundo machista, ella hace lo que quiere y maneja a los hombres a su antojo, pero, oh, al final recibe su castigo por tanta osadía y es Rhett quien lo ejecuta, con su «Francamente, querida, me importa un bledo».

Clark Gable y Vivien Leigh tuvieron los dos papeles cinematográficos más codiciados de la época. Ambos fueron idealizados por el estudio de cine que dijo de ellos maravillas. Ya sabemos que eso no era verdad: Gable, era un borracho cuyo estudio encubrió sus escándalos; Leigh una bella neurótica y drogadicta capaz de acabar física y moralmente con los hombres que la amaban. Además, no se soportaban: Gable comía cebollas crudas para cuando llegara el momento de los «apasionados» besos, mientras que Leigh fumaba un cigarrillo tras otro, con el mismo fin.

En estos 85 años, desde el estreno de Lo que el viento se llevó la historia siempre ha sido la misma, pero la percepción de esta, por parte del público ha cambiado. Lo que el viento se llevó muestra el sur de Estados Unidos antes, durante y después de la guerra, todo visto a través de los ojos de Scarlett. Y Scarlett es sureña. Margaret Mitchell, autora de la novela en que se basa la película, también. Vemos al final todo aquello que se llevó el viento. Pero es de preguntarse si los esclavos lo vieron de la misma manera. En momento alguno hay tratamiento políticamente correcto de los afroamericanos y la cámara está más pendiente de cómo podrá hacerse Scarlett un vestido con unas cortinas que en la manera en que los esclavos eran tratados en las plantaciones. Por lo menos a los principales personajes afroamericanos se les otorga humanidad y complejidad. Hattie McDaniel como Mammy es la persona más sensata y lúcida de toda la historia y ganó uno de los ocho premios Oscar de la película.

No fueron pocas las voces que desde la comunidad afroamericana criticaron el contenido de la película desde el momento de su estreno. El cineasta Carlton Moss escribió en el periódico Daily Worker una carta abierta a David O. Selznick, productor del filme, donde equiparaba Lo que el viento se llevó con El nacimiento de una nación (1915) como un ataque contra la población negra. No habría que aventurar que a Selznick le pillara por sorpresa esa reacción. Ya al pasar de la novela a la película se eliminó una aparición heroica del Ku Klux Klan. Además de criticar la visión estereotipada de los personajes afroamericanos de la película, con su indolencia y aceptación de la esclavitud, Moss consideraba Lo que el viento se llevó una «súplica de simpatía por una causa reaccionaria que pervive en el Sur».

En Nueva York y otras zonas del país hubo manifestaciones de protesta ante los cines que proyectaban la película. Cuando McDaniel ganó el Oscar, es conocida su respuesta al activista Walter Francis White, que la acusó de colaboracionismo y sumisión de Tío Tom. «Prefiero ganar 700 dólares en una semana interpretando a una criada que ganar siete dólares siendo una de verdad», respondió la actriz.

El éxito de Lo que el viento se llevó ha perpetuado la idea de un Sur estadounidense bonito, donde los sureños aparecen como defensores de los valores tradicionales mientras se idealiza un mundo compuesto por mujeres blancas elegantes cuyos hombres son nobles o, al menos, apuestos, y los esclavos negros son felices e incapaces de valerse por sí mismos.

Como ejemplo de arte cinematográfico, Lo que el viento se llevó ha deleitado a nuevas generaciones por su fotografía explosiva y poderosa. Luego de que Disney restringiera el acceso a varios clásicos infantiles animados y HBO la retirara temporalmente de su programación, por considerarla políticamente incorrecta, a Lo que el viento se llevó, parece que los tiempos han cambiado y las historias y cómo son contadas tienen cada vez más peso.

 

Título original: Gone with the wind. País: Estados Unidos. Año: 1939. Dirección: Victor Fleming, George Cukor, Sam Wood. Reparto: Clark Gable, Vivien Leigh, Olivia de Havilland, Hattie McDaniel, Leslie Howard. Duración: 233 minutos. Dónde ver: Google Play, Prime Video, HBO Max.

 

 

 

 

 

Luis Raúl Herrera Piñón es el jefe de la Unidad de Cine de la Quinta Gameros desde hace 19 años, tiempo en el que ha privilegiado la difusión de la cultura, a través de cine de calidad. Durante años publicó en El Heraldo de Chihuahua su columna Rollos cortos, en donde hacía crónicas y crítica de cine.

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