lunes, 15 de julio de 2024

Una reina. Un café. Ricardo Morales

Ricardo Morales con un grupo de amigos en el Festival Cervantino del Chamizal National Memorial, en El Paso

 

Una reina. Un café

 

 

Por Ricardo Morales

 

 

Mi Madre recién acaba de cumplir 91 años. Con la ayuda de mis hijos Hugo y Sergio, yo la cuido a diario con la presteza y diligencia del camarero de un palacio, que sirve a su reina.

Por todos nosotros ella es tratada como una verdadera reina, asi.

Es amor y genuina gratitud también. Dios ha sido bueno con nosotros y nos la ha dejado ‒para disfrutar su compañía‒ todo este tiempo. Y digo esto, porque cuando yo tenía nueve años ella tuvo un embarazo ectópico y fue operada de emergencia. Perdió mucha sangre y no podían regresarla de la anestesia. Y ya iba en camino de la muerte.

Pero se salvó.

Luego, ya en casa, ella fue quien me refirió vívidamente esa ECM (Experiencia cercana a la muerte). Fue la primera vez que escuché acerca de eso. A partir de entonces ella se convirtió en una persona altamente espiritual y desinteresada en las posesiones, desvinculada a los bienes materiales.

«La Muerte no es nada», me ha dicho. «Ese transito es una fantasía… Tu cuerpo muere, pero sigues existiendo como «una conciencia despierta, en una dimensión mucho más hermosa que esta, con colores y emociones mucho más nítidas, y una paz y tranquilidad profundas, indescriptibles, que en este mundo no se conocen».

Luego he conocido a otras personas que prácticamente murieron y que me han narrado experiencias similares.

Bueno. Ahora le digo asi:

―Madre reina… reina Madre… dime una cosa: Mira… tengo cafe recién hecho… ¿te traigo uno con crema y azúcar?

―Tienes cafe? ―contesta ella.

―Sí, recien hecho, especialmente para Ti, con mucho amor… quieres?

―Si, traeme uno.

Y enseguida le pregunto:

―¿Cafecito» (es decir, una taza)… o «cafesote»? (es decir, un vaso grande).

Y ella pide siempre lo mismo:

―¡Cafesote!

Es un gusto verla que lo disfruta, y se lo toma completo.

 

 

 

 

Ricardo Morales es licenciado en estudios multidisciplinarios por la Universidad de Texas en El Paso. Ha sido bibliotecario, periodista, escritor y artista plástico. Publicó el poemario La oración de las moscas melancólicas (Universidad Autónoma de Zacatecas, México 1982). Poemas suyos aparecen en los libros colectivos Muestra de la poesía chihuahuense de Alfredo Espinosa y Rubén Mejía (Ediciones del Gobierno de Chihuahua, México 1986), en Ahora mismo hablaba” (Ediciones de la revista Punto de Partida, UNAM, Mexico 1981), y en Primer encuentro de poetas y narradores jóvenes de la Frontera Norte (Programa Nacional de las Fronteras, SEP, México 1986). Su libro Pez al cielo, con portada de Jose Luis Cuevas, fue editado en Puente Libre Editores, coedición con el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y el Instituto Chihuahuense de la Cultura, México, 1995. Textos suyos han sido traducidos al inglés, francés, portugués e italiano.

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