Miróforas
Por Fructuoso Irigoyen Rascón
Miróforas
Portadoras de perfumes
en la madrugada.
Dicen los que saben
que la palabra mirófora
deriva de mirra.
Mirra como la que Gaspar,
o tal vez Melchor o Baltasar
trajeron al Niño de Belén
anticipando aquella mirra
que treinta y tres años después
traerían las miróforas
para embalsamar
‒horrible
palabra‒
su cuerpo.
iAy María,
Marta,
otra María;
una Juana,
otra María,
Salomé,
y una Susana!
Miróforas todas.
Portadoras de perfumes
en la madrugada.
No encuentran
su cuerpo
‒iSe fue por
allá!
‒iNo!, iPor
acá!
iActivos informantes
esos romanos soldados!
iEsos desvelados ángeles!
O no saben,
o no quisieron decir.
No dejaron la mirra.
Es cara pues vale,
sin descuento,
muchos denarios.
Siguen de miróforas
portadoras de perfumes
a media mañana
y así llegan a avisar:
‒iSe robaron
el cuerpo!
‒iNo está!
Viene Pedro,
también Juan.
El misterio no logran
Aclarar.
Ahí afuera se queda sola
María Magdalena.
La que demonios tuvo,
la que el Señor limpió.
Ve a los ángeles aquellos.
Cree que son parte del complot.
Aparece el jardinero.
Él sí ha de saber.
‒¿Quién se lo
llevó?
‒¿Dónde lo
pusieron?
‒Quiero verlo,
si quieren, ¡me lo llevo!
‒Mujer, ¿por
qué lloras?
‒¿Por quién lo
haces?
‒¿A quién
buscas?
Dice el këpouros (jardinero)
‒Por mi Señor,
¡se han robado su cuerpo!,
¡se lo llevaron!
‒¿Acaso fuiste
tú?
‒¡Dime dónde
lo pusiste!
‒¡Ay María!
‒¿Cómo no me
conoces?
Secándose las lágrimas
con la orla de su manto;
despejando su cabeza
con suave sacudida;
dejando caer al suelo
su bultito con la mirra.
El këpouros se hace Rabboni
y así lo llama ella
‒Rabboni.
‒Maestro.
Y se tira al suelo
tratando de abrazar sus pies.
Él la detiene:
‒¡Mē mou
haptou!
(¡no me toques!)
que todavía no subo al Padre.
Finalmente,
ya sin portar perfumes
se supo todo.
‒Tal y como lo
había profetizado:
iResucitó!
La mirra sería para algún otro.
Fructuoso Irigoyen Rascón, autor de Cerocahui, una verdadera épica de la región, es médico con especialidad en psiquiatría, con una vasta y brillante práctica profesional. Es autor, además, de los libros Tarahumara Medicine: Ethnobotany and Healing among the Raramuri of Mexico y Nace Chihuahua, Gabriel Tepórame y Diego Guajardo Fajardo, los forjadores.
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