viernes, 4 de julio de 2025

Primer informe


 

Primer informe

 

Por Guadalupe Ángeles

 

El estimado de la línea de comandos no ha sido descrito todavía, nos negamos a hacerlo porque por ahora la nave está anegada (y eso lo escribimos con una sonrisa). Sí, es verdad que nos encontramos en la fase de integración de las modalidades aún no existentes y tenemos ahora la tentación, como siempre, de hacernos los literatos inexpertos, con el simple recurso de vernos obligados a aclarar lo que ya de por sí no necesita más nubes sobre ello, y es así que, para hablar de los minutos que han sido desplazados desde el interior del autor hasta la racionalización colindante, tendríamos que hacernos a la idea de que toda manifestación del libre albedrío sería como un brote de espinosos frutos, pero bien sabemos que toda metáfora boscosa es más bien común. Nada entonces que arreglar, manifestándonos ahora como simples observadores, pero ejerciendo el control sobre el desplazamiento de la nave, como corresponde. Sería posible que quien encendió la máquina no supiera de nosotros, pero creer eso sería pecar de optimismo y he ahí el círculo que fácilmente se confunde con cualquier circuito de pensamientos adyacentes a los que, como ya habrás advertido, nos adherimos a tontas y a locas.

No ha lugar a ninguna pregunta. Es posible que esto parezca inútil ahora, pero es así como los grandes acontecimientos se van formando como si estuvieran hechos de renglones que funcionan como ladrillos, pudiera ser que nos falte el elemento cohesionador, pero quizá ese sea precisamente el que dejamos en tus manos, así que estamos listos para cualquier pregunta, tú y todos los que como tú no carecen de manos ni de ideologías serán capaces ahora de asomarse a estas breves líneas que, considerando el actual estado de las cosas, vendrían a ser, no una advertencia, acaso solo una desfasada e iconoclasta aventura de la nave que emerge del vientre de la madre de todas las naves y sí, si lo estás pensando, también nos ocultamos tras las nubes. Eso hace particularmente divertido que haya lluvias torrenciales, pues una nave mojada es muchísimo más agradable que una seca. Me explico: si nuestras múltiples extremidades tocan de manera correcta los botones que hay que apretar de rutina en estos desplazamientos interestelares, pues simplemente lo hacemos sin mayores aspavientos, pero si de alguna manera las nubes han derivado en eso que tú conoces como lluvia, a nosotros nos llena de gozo deslizarnos por el piso de la nave como quien se monta en una ola, y hay que ver la cantidad de accidentes que suceden a bordo. Sí, te aseguro que en algún rincón de tu memoria viste lo que nosotros disfrutamos cuando la nave es visitada por la lluvia. No nos oponemos a que nos tildes de infantiloides, nos encanta mojarnos unos a otros, nuestro cuerpo, parece que fue hecho para eso, y lo de apretar botones, ya sabes, la rutina.

Tú pregunta, nosotros mientras tanto nos aseguramos de que esta lluvia no haya sido en vano.

 


Guadalupe Ángeles nació en Pachuca, Hidalgo. Fue directora de la revista Soberbia. Entre sus obras se encuentran Souvenirs (1993), Sobre objetos de madera (1994), Suite de la duda (1995), Devastación (2000), La elección de los fantasmas (2002), Las virtudes esenciales (2005) y Raptos (2009). Ha colaborado en ÁgoraEl FinancieroEl InformadorEl OccidentalLa Jornada Semanal; en las revistas electrónicas nacionales Al margen y Argos y en las españolas: Babab y EspéculoPremio Nacional de Novela Breve Rosario Castellanos 1999 por Devastación.

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