domingo, 20 de julio de 2025

El sueño de la bóveda de plomo

 


El sueño de la bóveda de plomo

 

Por Sergio Torres

 

En un estado febril, entre despierto y dormido, soñé o aluciné mientras luchaba con la fiebre, o peor aun, tuve la visión de que, en medio de la noche, en la oscuridad de mi cuarto, me despertaba un resplandor de rayos cruzando el cielo. El viento soplaba y levantaba densas nubes de polvo. En el cielo las nubes se iluminaban con al resplandor, dejando ver formas moradas, azul intenso, rojas, café, amarillo, pálido, enfermo, nauseabundo.

Me sentía en medio de una tormenta eléctrica, la luz de la calle se apagaba, la ciudad se quedaba en silencio, y también se apagó la luz del cielo.

La bóveda celeste era de plomo, el cielo se apagó. Ni una nube, ni un rayo, nada de nada. Resulta que el cielo es solo una pantalla como la del cine, como un televisor LED. En este instante algunos LED han fallado y se puede ver del otro lado del velo de engaños sobre el que plasmamos la vida.

Se escucha la caída de una bomba. Tras el cerro Coronel, el resplandor de una explosión ilumina está oscuridad plomiza. Se alcanza a ver el cielo, con sus engranes y cables expuestos, mientras acá abajo hay tanques de guerra que se disparan entre sí.

Se escuchan alertas y las sirenas. La gente corre con sus hijos en brazos, una barra de pan, un pedazo de salchichón Chimex. El pequeño de tres años detrás de los padres lleva una cobija que apenas lo envuelve, un vaso entrenador, una figura de El Santo y una lata de chiles curtidos.

Desnudo y a ciegas, alcanzo a ponerme jeans, huaraches y una playera negra. La mochila dónde traigo un libro, cuaderno de viaje y galletas, cepillo, pasta dental y un rebozo que me regaló Brenda y que uso como cobija cuando viajo.

Sé que estoy en un sueño, porque mi mochila tiene todo lo que necesito. Hay una escena de bombardeo, otra de combate, una más de huida y desesperación, y estoy en todas.

El cielo es una gran bóveda de plomo con engranes, cables y tubos, proyectores  que debería tener imagen de azul y nubes, rojizos polvos y ventarrón, humo de aeronaves.

Sale gente de la tierra. Se anuncia que hay otros habitando bajo la superficie. Al final los extraterrestres eran intraterrestres, altos, delgados y fuertes, con movimientos fríos y estudiados de reptil, una sonrisa permanente en los labios y odio infinito en la mirada

La muerte comienza una danza infernal en todas direcciones, sanos, enfermos, sabios, ignorantes, todos vamos muriendo.

Una pesadilla comienza.

 


Sergio Torres. Licenciado en Artes, músico desde la infancia, dibujante y compositor de canciones. Maestro de música por vocación.

No hay comentarios:

Publicar un comentario