viernes, 4 de julio de 2025

Jugo de mango

 


Jugo de mango

 

Por Sergio Torres

 

En estos tiempos de amores y adioses instantáneos, en los que manifestar interés es ser intenso, decir No quiero estar contigo para que el otro entienda que tiene que luchar, rogar por la presencia del otro, todo eso no es lo que busco.

No quiero media naranja. No quiero la mitad de nada. Si quisiera una fruta, que sea al mismo tiempo deleite, gozo, nutrición y pecado. Escogería querer un mango, carnoso, jugoso.

En la casa de mi tía Socorro había un árbol de mangos. Muchas veces nos subimos mis hermanos, mis primos y yo, al árbol a cortar cientos de mangos, verdes, poposahuis, maduros. Me recuerdo descalzo y desnudo de cintura arriba, chorreado de jugo de mango, limón, chamoy, con las manos llenas de cáscaras, fibras y jugo. El mundo, en verano, en Sinaloa, era perfecto con un mango a medio avanzar en una mano y, en la otra, otro par recién cortado.

La felicidad ha sido inmensa e inacabable desde entonces.

Comamos mangos.

 


Sergio Torres. Licenciado en Artes, músico desde la infancia, dibujante y compositor de canciones. Maestro de música por vocación.

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