Árbol
Por Sergio
Torres
Un árbol se enraiza, conforme va creciendo se
ancla más profundo, más a lo ancho; crece en todas direcciones. Toma aire, agua,
luz y los transforma en sí mismo. Es su naturaleza crecer, expandirse,
fructificar. Regala frescura, belleza, sombra. Es todo expresión de vida.
A mí me tocó ser hombre en esta encarnación.
Hombre en un mundo de hombres. De niño me tocó ser regañado por llorar, que la
abuela me dijera que no fuera tameme, que cogiera valor y asumiera mi
hombría. Me tocó correr de otros hombres que les decían de cosas a mis hermanas
mayores, mientras pasábamos a su lado. Sigo sin entender cómo decir
obscenidades a una mujer desconocida logra que el perpetrador se sienta bien.
Me tocó ser hombre en un mundo que cambia
velozmente. Viví en un ejido en el que no había luz eléctrica ni agua corriente.
Calles de terracería. Me tocó ir al monte a recoger leña para la hornilla,
bañarme en canales de riego, caminar kilómetros de la carretera a la casa
porque el camión no entraba al poblado.
Quise ser parte del grupo de amigos que iban
en bicicleta de paseo, los que se juntaban para ir a la recién abierta pizzería
de la ciudad, los que se juntaban a hacer tareas, los que iban al cine. Pero
no.
Mi cerebro mira de manera distinta. Mis
interacciones con la gente son singulares. Soy raro para los demas. Está bien.
Uno alcanza a notar que es único, así como únicos somos todos.
He aprendido mal a convivir con los demás. Me
sigue desesperando que acordar un lugar, día y hora, no cuenten como compromiso.
Sigo ignorando cómo es que las personas que parece que se aman se odian y
viceversa. Pero este es el mundo en el que vivo.
Por mi parte, amo profundamente y lo expreso
a diario a quienes me importa que recuerden que aquí tienen este amor para
acompañarles en la vida. Como el árbol, que solo se ocupa de ser árbol, no
tengo interés más que en ser más humano y poder interactuar con los otros
pasajeros de esta nave orgánica que surca el universo.
El amor no tiene límites. El amor es
infinito. Cada uno de nosotros puede expresar amor incondicional de manera
permanente. Uno es el amor.
Sergio Torres. Licenciado en Artes, músico desde la infancia, dibujante y compositor de canciones. Maestro de música por vocación.
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