Manejar el auto y salir a carretera
Por Sergio
Torres
Manejar el auto y salir a carretera, cruzar
la sierra rumbo al mar, ver a la Yaquesita, a la Justina, a la Cande, a la
Adelina, detenerme a probar a qué saben las tortillas de harina, los frijoles,
la sopa de fideo, el queso a 300, 600, 1500 kilómetros de aquí.
En el camino, me gusta detenerme a oler el
aire, mirar los valles, detenerme en lo alto para ver cómo el camino se pierde entre
los cerros.
Notar cómo la vegetación desértica de
Chihuahua va cambiando al subir a la sierra, cómo vuelve a cambiar al bajar del
otro lado de los montes en Sonora o Sinaloa, depende de por dónde baje al mar,
y cómo el aire se humedece bajando a Guaymas, Villa Unión, Topolobampo o
Altata.
En coche con Tere, Marisela, Citlalli,
Cristina, he ido a Denver, Tucson, Albuquerque, Parral, Meoqui, Guadalajara,
León, Zacatecas, Monterrey (una vez hasta nos acompañó mi papá y fuimos a ver a
la momia de Tutankamon).
Marisela y yo hicimos un tour salvaje:
Chihuahua, Agua Prieta, Hermosillo, Tesopobampo, Los Mochis, Mazatlán, Durango,
Torreón, Chihuahua con la alegría de comer pescado y mariscos en platos
deliciosos.
El 20 de mayo de 2024 falleció don Nacho, don
Nachito, como lo mencionaban sus amigos de la radio local en Los Mochis. Su
amor por la vida no lo obligó a aferrarse a ella. Su curiosidad por saber qué
seguía en los siguientes capítulos de nuestras ocho vidas tampoco lo detuvo. Se
fue, si Dios quiere, para siempre, a disfrutar de las glorias ganadas, a
encontrarse en la paz de la luz perpetua.
Para mí es inevitable recordar, persona a
persona, los caminos y los días, son como muescas en el borde de una moneda que
se pasan de largo pero, si eres tan sensible al tacto como yo, puedes
percibirlas como dientes en un engrane. Pero yo no vivo de recuerdos, excepto
en la parte donde me gano la vida publicando libros donde los plasmo. Vivo el
presente. Es todo lo que tengo.
Manejar el auto y salir de la ciudad.
Descubrir a qué sabe la comida cuando estás en Santa Eulalia, San Andrés, Santa
Isabel, San Antonio de los Arenales, San José del Torreón, Santa Rosalía,
Caborca, Santa Ana, Magdalena de Kino, Álamos, San José de Tucson, Yécora,
Ímuris, Cananea, Hermosillo, Parral.
Encontrarme con amigos que hace años no veo.
A Matha Rábago la volví a ver después de casi 30 años y sigue siendo la misma
muchacha burlona y simpática que fue para mí como prima mayor. A Efrén Miranda
lo conocí durante la primaria, lo invité a una de las mejores experiencias de
vida que uno pueda tener, hacer música, y nos separamos cuando me mudé a
Chihuahua y él se fue a Tijuana, donde todo lo bueno que hay es de Mochis, y
hemos tenido una relación intermitente a lo largo de los últimos 40 años. Somos
amigos para siempre. Así como Alta Gracia Paino, Ale Metztli. Armando Flores mi
primo que sí es mi primo pero no es mi primo y a quien amo profundamente.
Sergio Torres. Licenciado en Artes, músico desde la infancia, dibujante y compositor de canciones. Maestro de música por vocación.
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