lunes, 21 de julio de 2025

Yo también soy mi casa

 


La columna de Bety

Yo también soy mi casa

 

Por Beatriz Aldana

 

Ayer me estuve preguntando por qué amo tanto mi casa y todo lo que hay en ella, entre el menaje, las pantallas televisivas, los cuadros, las plantas, los jardines, en fin, no terminaría de enumerar. Me encanta poner mis discos de acetato de música de años atrás, como por ejemplo de Julio Iglesias y muchos otros artistas. Amo mis libros, mis atuendos, mis accesorios, en fin.

Todo esto lo atribuyo totalmente a que cuando era niña tuve que compartir mi espacio con ocho personitas más, conformadas por mis hermanas, mi hermano, mi papá y mi mamá, así que todo siempre era compartido, o sea que no podía decir que tal vestido, tal suéter era de mi propiedad, ni siquiera los pocos juguetes que con mucho esfuerzo mi papá nos compraba.

A veces tengo visitas en casa y se sorprenden del buen estado en que se encuentra todo lo que hay en ella, porque gran parte ya tiene en promedio de cuarenta a cuarenta y cinco años conmigo, por supuesto hay cosas nuevas, más recientes, como son los aparatos de TV y de sonido.

Mi casa, por su ubicación, tiene vista hacia los cuatro puntos cardinales. Cada ventanal me devuelve la vista del cielo, de todas las sierras que circundan mi adorada ciudad. Todo esto lo convierto en crónica, por la conversación que tuve ayer domingo, ya que una querida amiga me llamó para saber cómo me encontraba, pues  se extrañó de que no había visto publicaciones mías en Facebook, como acostumbro hacerlas.

Y también hubo otra pregunta de ella: Que como hacía yo para ser tan independiente con mi relación sentimental. Le contesté así:

Mire, Esther, eso es totalmente mi responsabilidad y mi decisión, el haber establecido una relación con un personaje, y lo nombro así porque no es un hombre común, lo distingue su fama como escritor, y, por supuesto, como integrante del gremio. Por añadidura de galanura y encanto especial. Así que hay que asumir que, por consecuencia, exista competencia o admiración hacia él. Repito, es mi responsabilidad, es mi decisión, pero no afecta este hecho, por la sencilla razón de que tuve un padre también con cierta fama como periodista, muy apuesto, con mucho estilo y galanura. Y después un esposo quien gozaba de ángel, o sea, de una simpatía innata y también de una guapeza excepcional (este calificativo lo decía con frecuencia La Doña, María Félix).

Así que, ya dando fin a mi crónica, la concluyo de esta manera: estoy enamorada de mi casa, mi hogar, mi entorno, mis recuerdos, y también enamorada de mi escritor, que a fin de cuentas no permito me afecte la admiración que alguien le tenga, pues estoy consciente de que absolutamente nadie nos pertenece, ni siquiera nosotros mismos somos nuestros propietarios eso le pertenece al destino que se nos tiene marcado tal vez con anticipación. Mi lema es este: Que viva la libertad.

 


Beatriz Aldana es contadora y siempre ha trabajado en la industria y en corporativos comerciales. Gran lectora, escribe y produce crónicas de video en sus dos blogs de Facebook, además de La columna de Bety en Estilo Mápula.

No hay comentarios:

Publicar un comentario