Óscar Enrique Ornelas. Parra 100

Parra 100

Por Óscar Enrique Ornelas

Se trata de una verdadera anti celebración. Nicanor Parra, el anti poeta por excelencia, cumple hoy cien años de vida y todo Chile se vuelca para celebrarlo. Menos él, aunque ayer recibió a la presidenta Michelle Bachelet en su casa del balneario Las Cruces, comuna de El Tabo, Provincia de San Antonio, Región de Valparaíso.

Fue una visita "secreta" de dos horas. Nadie se enteró hasta que la Presidencia hizo público el hecho y difundió una foto. Hoy Bachelet soltó globos en La Moneda y miles de personas han leído en voz alta los poemas del físico de profesión y hermano mayor de Violeta Parra.

Que por qué sigue vivo, le han preguntado a Nicanor, y él responde que debido a la cueca, la danza tradicional chilena que también se baila por acá en Guerrero y Oaxaca. Cuando está listo para tomarse la última foto, dice Parra, alguien toca una cueca y el poeta resucita. De cualquier forma, él ya tiene escrito su epitafio donde se describe a sí mismo:

De estatura mediana,

con una voz ni delgada ni gruesa,

hijo mayor de profesor primario

y de una modista de trastienda.

Flaco de nacimiento

aunque devoto de la buena mesa;

de mejillas escuálidas

y de más bien abundantes orejas;

Con un rostro cuadrado

en que los ojos se abren apenas

y una nariz de boxeador mulato,

baja a la boca de ídolo azteca

–Todo esto bañado

por una luz entre irónica y pérfida–.

Ni muy listo ni tonto de remate.

Fui lo que fui: una mezcla

de vinagre y de aceite de comer.

¡Un embutido de ángel y de bestia!

Menos "abajista" –cuenta él– que su hermana, la suicida Violeta, quien se despidió de este mundo dándole gracias a la vida, Nicanor rompió con los cánones de la poesía romántica tradicional rellena de miel –y a veces de hiel– para remitirse a la buena conciencia del humano común y corriente. Al hecho concreto. De ahí sus poemas y anti poemas.

En 1970 el Partido Comunista de Chile exigió su cabeza por haber aceptado una invitación de "Pat" Nixon –la esposa del Tricky Dicky– para tomar el té en la Casa Blanca. Parra se atuvo a uno de sus anti poemas: "Cuba sí, yanquis también."

¡Fuera Parra!, gritaron los comunistas, quienes en 1968 habían salido a manifestarse por las calles de Santiago para apoyar la invasión de Checoslovaquia bajo la consigna de "Checo, entiende, el ruso te defiende." Pero no solo ellos. En Punto Final, la revista que reflejaba los puntos de vista del MIR, le dieron con todo. "Bazofia", lo llamó Carlos Droguett, premio Nacional de Literatura chileno. Escritor mediocre e hijo de puta, le respondió Parra.

Lo peor fue que el golpista diario El Mercurio le abrió sus páginas para que respondiera y lo mismo hizo la revista Paula, publicación banal dirigida al público femenino. La disputa se resolvería mucho tiempo después ante la firme postura de Nicanor contra la dictadura de Pinochet.

Hoy todos lo homenajean y él se declara partidario del movimiento estudiantil. Parra es, de hecho, inspirador de algunas de las consignas del movimiento contra el lucro y la desigualdad en la educación. Imposible dejar de recordar una de las frases célebres del anti poeta: “Hay dos panes. Usted se come dos. Yo ninguno. Consumo promedio: un pan por persona.”

Óscar Enrique Ornelas, escritor y periodista, fue reportero de la famosa Sección Cultural de El Financiero en la era dorada de ese periódico. Actualmente se dedica a compilar el vasto y brillante caudal de sus textos publicados para luego reunirlos en varios libros; en ese río de tinta vienen crónicas de difusión de la ciencia y entrevistas a los protagonistas a quienes ahora algunos llaman los padres de la literatura hispanoamericana.