lunes, 3 de febrero de 2025

El Gladiador de la Navidad visitó el Museo Metropolitano de Monterrey

 

Cocodrilo Bit

El Gladiador de la Navidad visitó el Museo Metropolitano de Monterrey

 

Por Benito Rosales

 

El sábado 1 de febrero de 2025 tuve la oportunidad de estar en el auditorio del Museo Metropolitano de Monterrey. Pegasso, mi amigo luchador, gestionó un espacio para presentar el cuento 13 de la colección Narraciones extraordinarias de un árbol en patines: El gladiador de la Navidad. La cita fue a las 16:00 horas.

En la mesa de presentación estuvimos Pegasso, el maestro Genaro Saúl Reyes y yo. Entre el público se encontraban amigas y amigos escritores, como Maricela Gámez Elizondo, J. F. Benítez, Tomás Corona, entre otros. También nos acompañaron los luchadores Rosa de Fuego, Invasión, Visión del Futuro y Rey Sultán Mty.

Pegasso abrió el evento compartiendo el origen del cuento, además de algunos episodios de su vida que definieron su destino como luchador enmascarado. Luego tomé la palabra para hablar sobre Árbol en patines, su significado para mí, los detalles narrativos de la historia.

Genaro Saúl Reyes cerró la ronda con un análisis sobre la estructura del cuento, enriquecido con anécdotas y referencias a su experiencia en la promoción de la lucha libre y la literatura.

Antes de concluir, se abrió un espacio para preguntas y comentarios. Rosa de Fuego destacó la importancia de realizar estos eventos en espacios públicos. Rey Sultán felicitó a los organizadores por impulsar la cultura. El maestro Tomás Corona reflexionó sobre los retos actuales en la gestión de actividades culturales, mientras que Maricela compartió su experiencia en el libro y resaltó el valor de la promotoría cultural.

¿Qué sigue con el cuento 13? No lo sé. Su relación con una época específica hace difícil seguir presentándolo, pero seguirá circulando. Por lo pronto, intercambiamos material con Rey Sultán: él nos regaló un póster y nosotros le dimos cinco cuentos, con el compromiso de que lleguen a cinco niños, mientras nosotros difundiremos parte de su trabajo en redes sociales.

Ayer fue una tarde increíble. Me sigue maravillando cómo la literatura me acerca a personas extraordinarias, como los luchadores. El gladiador de la Navidad se ha convertido en una especie de nave que me ha llevado a explorar un universo alterno, vibrante y mágico. Aunque siempre he tenido referencias sobre la lucha libre, vivirla de cerca con quienes la encarnan y promueven es una experiencia distinta.

 


Benito Rosales Barrientos nació en Monterrey, ha participado en talleres literarios de su ciudad natal. Es autor de los libros: Sobre la cornisa del laberinto, poemas; Cuando estos cielos caigan como ojos de gato, poemas; Las flores del jardín, cuento, 2017; La niña y la serpiente, cuento, Metimos la pata, entre otros.

domingo, 2 de febrero de 2025

Martha Estela Torres Torres en Frecuencia Mercurio




Conversación de Martha Estela Torres Torres y JChM en Frecuencia Mercurio

 

Luis Kimball en Frecuencia Mercurio




Conversación de Luis Kimball y JChM en Frecuencia Mercurio.

 

Podcast de Estilo Mápula en Frecuencia Mercurio. Víctor Córdova


 

 Podcast de Estilo Mápula en Frecuencia Mercurio. Víctor Córdova

 

 


 

Víctor Manuel Córdova Pereyra es licenciado en artes escénicas y máster en humanidades por la UACH. Ha publicado cuatro obras de teatro en la misma Universidad Autónoma de Chihuahua; también un poemario, en coautoría con Erbey Mendoza, que se titula Entorno de los días, publicado en la Editorial de la Secretaría de Cultura del Estado Estado de Chihuahua; ensayos en las revistas Synthesis y Metamorfosis de la UACH, así como en Solar del antiguo Ichicult. Actualmente es coordinador académico en la Secretaría de Investigación y Posgrado de la Facultad de Filosofía y Letras de la UACH.

Renée Nevárez. Podcast de Estilo Mápula en Frecuencia Mercurio

Renée Nevárez. Podcast de Estilo Mápula en Frecuencia Mercurio

 

 


 

 

Renée Nevárez Rascón escribió en El Heraldo de Chihuahua, en el libro Los escritores de Chihuahua, en 1982, y en la revista Letras y algo más. A lo largo de su carrera, colabora con numerosos músicos y poetas, poniendo música a sus versos o versos a su música. En 1992 viaja a España, donde radica por 20 años, y publica dos antologías con poetas valencianos: La primera en la colección Algo que decir, del Ateneo Blasco Ibáñez de Valencia; la segunda en Caminos de la palabra, con la Fundación Max Aúb en Segorbe. A su regreso a México es invitada a participar en la antología Todo es posible, y luego publica su primer libro en solitario, llamado Marea del naufragio. Posteriormente es invitada a participar en el colectivo cultural Voces de mi región, en la que forma parte de la organización del Festival de poesía de Chihuahua. En este colectivo, la poeta funge como periodista cultural y presentadora, además, es editora de la revista Voces y de papel, así como de Voces y letras, en la que se presentó una antología de poesía infantil llamada Poesía para iluminar, de la cual es también editora y colaboradora. Prepara una publicación de dos libros más, llamados Luciérnagas en la noche del alma y El Septentrión. Actualmente es maestra de canto y cantante profesional.

Jaime Chavira en Frecuencia Mercurio




Jaime Chavira en Frecuencia Mercurio

Estilo Mápula revista de literatura

contacto jchavezm@uach.mx

sábado, 1 de febrero de 2025

Perífrasis varias

 


Perífrasis varias

 

Por Guadalupe Ángeles

 

Si eres de las que duermen para olvidar, contar ovejas solo funciona si el sujeto en cuestión no es un robot.

 

II

Estaría destruida si no te hubieran convencido de que fui programada mientras dormías.

 

III

Los dinosaurios jugaron a hacer edificios con sus cuerpos, lo de torres humanas les sonaba raro. Aquel atardecer vi la torre contra la luz mortecina que a poco estaba de convertirse en anochecer.

 

IV

"¿Qué hice para merecer tu olvido?" era la frase que aquella especie de tostadora repetía en bajo profundo cuando la encontraron entre los escombros del edificio de investigaciones cibernéticas, víctima de aquel bombazo libertario.

 

V

Descubro recién ahora que soñar es una característica difícil de desarrollar en organismos no humanos, o acaso solo innecesaria, ¿para qué querría soñar alguien en quien pueden ser programadas las mejores películas de todos los tiempos?

 

VI

No sé si inventó aquellas narraciones, no estaba en posición de dudarlo. Fui programada para escuchar, no para disentir.

 

VII

Dentro, yo tengo un perfecto sistema que me permite programar la temperatura de mi cuerpo y la cantidad de pasos a dar para fingir que sudo, ¿a qué venía tanto grito sobre lo que ella llama "dentro" y su contenido? ("Dentro, donde la soledad grita amordazada").

 

VIII

Actriz: Podría haberlo expresado de otra manera, es cierto, pero esa exquisitez en mis diálogos aún no ha sido actualizada.

 

IX

Si tu nombre es en francés y hacen una película cuyo título es tu nombre en otro país, ¿el filme es francés o noruego? (Entiendo que no es cuestión de nacionalidades sino de delicadeza, como querer diseñar un juego de mesa con huesos humanos).

 

X

¿Estás seguro de que no necesitar rascarse será en ella una virtud?

 

XI

La aclaración era justa: que no hablen ni de política, ni de futbol, ni de la profesión de las madres, ¿así era?

 

XII

Acomodar la ropa por colores o por texturas, ¿cómo sería mejor?

 

XIII

Allá afuera hay demasiado ruido, si me dieran a elegir preferiría ser una cajita de música.

 

XIV

Los escalones ya están hechos, en el departamento de carpintería ya están listas las nubes, ¿son los de repostería los que se están atrasando con los ángeles?



Guadalupe Ángeles nació en Pachuca, Hidalgo. Fue directora de la revista Soberbia. Entre sus obras se encuentran Souvenirs (1993), Sobre objetos de madera (1994), Suite de la duda (1995), Devastación (2000), La elección de los fantasmas (2002), Las virtudes esenciales (2005), Raptos (2009) y No es luz, mas enceguece (2023). Ha colaborado en ÁgoraEl FinancieroEl InformadorEl OccidentalLa Jornada Semanal; en las revistas electrónicas nacionales Al margen y Argos y en las españolas: Babab y EspéculoPremio Nacional de Novela Breve Rosario Castellanos 1999 por Devastación. Actualmente radica en Guadalajara.

Vamos al mar


 Vamos al mar

 

Por Sergio Torres

 

Vamos al mar, de ser posible en la realidad, de ser imposible en la imaginación. Con la imaginación podemos ir tú y yo, tus hijos, los míos, mis nietas, nuestros perros, mi gata, mis hermanos y hermanas, mi esposa, mi novia y sus parejas, todos en el mismo Vocho, con todo y maletas, hieleras. Podemos avanzar rápido o parar en cada pueblo que encontremos. Explorar en derredor y comer al lado de la carretera en el taniche de alguna viejita mágica que lo mismo tiene verdolagas en chile colorado que un delicioso quesillo recién amasado, tortillas recién hechas de maíz azul, morado, rojo o de harina, o gorditas para rellenar de exóticos guisados locales.

Vamos al mar, como si fuéramos ríos que fluyen y se funden en el agua salada. Vamos al mar, amor mío, a entregarnos todo el amor que le debemos a estos ojos que te extrañan, a estas manos que te anhelan, a estos labios que te nombran aún sin saber tu nombre siquiera, creyendo que estás en los labios que ya he besado y dejado en el camino, o en el futuro par de labios que calman la bestia infestada de deseo que te busca a tientas, en la oscuridad de esta inmensa noche bajo el infinito.



Sergio Torres. Licenciado en Artes, músico desde la infancia, dibujante y compositor de canciones. Maestro de música por vocación.

Embalsamador embalsamado

 

Embalsamador embalsamado

 

Por Alejandra Hernández Figueroa

 

Se detuvo el aire, estoy lleno de ruido hecho polvo, los ojos opacos miran la nada. Siento frío cuando unas manos con guantes tocan mi cuerpo.

Reposo en la plancha helada, tengo el rigor mortis, oigo el ruido del ventilador y las manos engomadas empiezan a lavar mi cuerpo con germicidas, sustancias muy frías. Estoy temblando. Este procedimiento yo lo hacía, pero no sabía que helarse se sintiera. Me limpian nariz y boca, me colocan algodones en las cavidades para evitar escurrimiento de fluidos. Me suturan la boca. 

Siento ahogarme, no puedo gritar. Me “fijan los rasgos”, o sea, me cierran los ojos y la boca. No puedo ver, tampoco murmurar. Empiezan a tocar mi ombligo, me hacen una incisión en el plexo solar. Me duele. Nunca pensé que hubiera tanto dolor. Si lo hubiera sabido antes. habría sido más delicado con los que atendí.

Me vacían la sangre con una bomba. Aspiran para que los gases y fluidos del abdomen y de la zona pectoral sean remplazados por soluciones de embalsamamiento. Utilizan un trocar para inyectar en el cuerpo un líquido compuesto con varias sustancias y tinta para que no esté descolorido y me dé un tono vivo a la piel. Siento que me muero del dolor y no puedo gritar. El drenado me llena el cuerpo. Me cosen la incisión sin ponerme anestesia, pensarán que para qué, si ya soy un muerto.

Luego me maquillan. Eso me da más coraje, me ponen ridículo. Se les dificulta vestirme con el traje negro con el que me casé. Solo el saco. Lo cortan por la espalda, me quedaba chico. Me peinan y supuestamente me ponen muy guapo.

¿Qué hacer con los recuerdos? Siento algo adentro, en torno a todo lo que fui. Es un sabor a ceniza, infalible muestra de carroña.

Meten mi cuerpo al ataúd. Mi cabeza reposa en una caja acojinada. Oigo voces, rezos, lloriqueos. Percibo el olor de las flores destinadas a morir en el aire de la muerte.

¿Por qué siento, huelo, pienso? ¿Por qué estoy paralizado?

¿Cuántos cuerpos pasaron por mis manos?

El primero fue un anciano desdentado, le puse un postizo y pañal porque se orinaba mucho y pensé que podría inundar la caja. No dormí varias noches, después no recuerdo cuantos cuerpos fueron. Tantos que me acostumbré al olor de la muerte.

Los niños y los suicidas jóvenes nunca dejaron de impactarme con tanta vida por delante; los accidentados y los asesinados que morían con la sangre espantada me daban mucha angustia, para maquillarlos tenía que quitarles la cara de susto, y eso tiene su gracia. 

También pasarles el drenado es complicado, hay que darles masaje en cuerpo y extremidades para que fluya.

Se batalla mucho con quienes no se querían ir, aferrados a sus bienes materiales; a esos tienes que darles mucho masaje y consolarlos para que se vayan tranquilos

Exhumar es otro asunto. Se tienen que contar los huesos, que no falte ninguno. A veces encontraba entre la tierra falanges descarnados con anillos, tantos que me dio por coleccionarlos. Ya no eran de ellos, sino míos.

El olor a formol se me impregnaba por varios días.

A veces oía la camilla ambulatoria atravesar desde la entrada de la funeraria y pararse junto a la plancha, se ha acostumbrado a tanto ir y venir, a transportar cadáveres, que se le ha hecho costumbre y muchas de las veces me engaña porque viene vacía como si trajera un cuerpo, pero era nada más un suspiro.

Siento frío y no sé qué ponerme por dentro de la muerte ¿qué pedazo de tierra será el mío?

¿Por qué no pregunté? Tanto he tratado con ella. Desde que nacemos, su sombra camina a nuestro lado. Trato de gritar y no puedo emitir sonido, a través del cristal veo desfilar un sinnúmero de curiosos, algunos lloran y otros dicen: era tan buen, pobrecito.

Me trasladan a la iglesia, escucho rezos y lloriqueos. Pero, mmmh, ¿qué hacer con los recuerdos? Todo lo que fui. En los labios siento el bocado de ceniza, esa infalible muestra de carroña y solamente mi espantada alma me guía y me acompaña al más allá.

Olfateo flores destinadas a marchitarse en el aire de la muerte. Me llevan en una carroza, un desfile de conocidos y familiares sigue el cortejo.

Al fin veo dónde voy a quedar, en un pequeño espacio del panteón está hecha la fosa, me bajan cuidadosamente con cuerdas para colocarme en el fondo, después escucho el ruido de paladas y paladas de cemento, después me vacían la tierra hasta que me voy. Siento que me muero.

 


Alejandra Hernández Figueroa estudió en el Colegio Palmore y en Community College. Escribió y publicó los libros Tiempos de viento y humo cuentos, Hojasen poemas e Hilvanando cuentos. Publica habitualmente en revistas jurídicas y literarias.