Infinito ante mis ojos
Por Sergio
Torres
El surtido era infinito ante mis ojos
infantiles. Los dulces de marca eran los De la Rosa, los Tomy y Ricos Besos.
Todo lo demás eran dulces locales, incluso los jamoncillos de leche de chiva de
El Fuerte.
Cómo niño nacido en 1973, el acceso a un
Milky Way, Snicker's, Twizzlers era un lujo. Algo que se conseguía de
contrabando al visitar Nogales, a más de 700 kilometros; o Ensenada, al otro
lado del Mar de Cortez.
Con el tiempo, fueron desapareciendo esa
clase de dulces. Con los años se fueron muriendo estos personajes: El tío Tom,
Nacho el peluquero, Ma'Nati, Nacho mi padre.
Poco a poco, el mundo fue cambiando. Llegaron
otros amores, otros calores, otras miradas, otras dulzuras.
La vida no se detiene, no espera.
Sergio Torres. Licenciado en Artes, músico desde la infancia, dibujante y compositor de canciones. Maestro de música por vocación.
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