sábado, 3 de mayo de 2025

Un peso real

 


Un peso real

 

Por Sergio Torres

 

Hay días en los que el cansancio se concentra, se torna un peso real; el cuerpo no quiere levantarse, ni siquiera la mirada, ni siquiera respirar. Pero aquí seguimos, una lucha por conseguir convertirnos en humanos, una versión que mejore la presente.

Abrazo la sábana sobre mi cuerpo, agradezco la tibieza, entrecierro los ojos, el mundo desaparece.

Casi es viernes.

 


Sergio Torres. Licenciado en Artes, músico desde la infancia, dibujante y compositor de canciones. Maestro de música por vocación.

Alquimia neuronal que consuma la perfecta conversión de un pictograma en un concepto

 


Alquimia neuronal que consuma la perfecta conversión de un pictograma en un concepto

 

Por Daniel Salinas Basave

 

En Japón la gente lee. Por tercer año consecutivo emprendo este ejercicio de caza fotográfica. Lo sé, es una invasión de la privacidad, pero me emociona la imagen de una persona abstraída en el bosque narrativo.

En cada tren, metro o autobús que abordamos encuentro por lo menos un lector. Lo mismo en parques o plazas. Ese es el verdadero indicador. Lo que se ve no se pregunta. Puedes darme las estadísticas que quieras, pero para mí lo que cuenta es lo que se ve en la calle y en Japón veo mucha más gente leyendo que en otros países.

La lectura es la más elevada forma de embrujo, una alquimia neuronal que consuma la perfecta conversión de un pictograma en un concepto.

En Japón la gente lee y miles siguen apostando por la letra impresa. Es un país hiperdigitalizado en donde muchas acciones de la vida cotidiana se ejecutan a través de una pantalla. En muchos restaurantes no tienes contacto con un ser humano: Ordenas tu platillo a través de una tablet y lo pagas al final en una caja automática. Las pantallas están por doquier y sin embargo jóvenes y viejos apuestan por leer en papel.

La gente es particularmente introvertida y hablan poco en lugares públicos. Leyendo logran una abstracción casi zen.

En esta época un lector es una anomalía o un milagro, un error en la Matrix, un desafío o un escupitajo al zeitgeist. Cuando veo a alguien abstraído en la lectura siento haber encontrado un cómplice, un secuaz. Viajar y leer, leer y viajar. Para mí siempre serán sinónimos. La lectura es el viaje interminable y los lectores abanderamos la última resistencia.

 


Daniel Salinas Basave es licenciado en derecho, periodista y escritor. Ha colaborado en EsquireGatopardoMilenio Replicante, entre otras publicaciones. Trabajó como reportero en El Norte de Monterrey y en Frontera, de Tijuana. Actualmente tiene espacios editoriales semanales en Semanario InfoBajaSuplemento Cultural PalabraSíntesis tv y San Diego Red. Es Premio Estatal de Literatura Baja California 2010 por Réquiem por Gutenberg. Premio Bellas Artes de Ensayo Literario Malcolm Lowry 2014 por Cartografías de Nostromo. Relatos de espías, embajadores y embusteros. Premio Gilberto Owen de Literatura 2015, en la categoría de cuento, por Días de whisky malo. Premio Bellas Artes de Ensayo Literario José Revueltas 2015 por El lobo en su horaLa frontera narrativa de Federico Campbell. Ganador del Certamen Internacional de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz 2015, en el género de ensayo, por el trabajo titulado Bajo la luz de una estrella muerta.

jueves, 1 de mayo de 2025

Maestro de música

 


Maestro de música

 

Por Sergio Torres

 

Ahí está la realidad, tan fría, tan distante. El mundo, a pesar de tus gozos y penas, sigue moviéndose y cambiando cual si no pasara nada.

En marzo 8, grupos de mujeres nos recuerdan el entorno violento en el que estamos inmersos, en el que el dolor, las heridas y la muerte son tan cotidianas que hasta se sienten normales.

Mi humilde privilegio es ser maestro de música en preescolar. Es una enorme bendición ser el profesor con el que los alumnos cantan, bailan, juegan y exploran el mundo de los sonidos, los cuentos, los juegos. Voy por la vida en un carril confinado de felicidad, alegría, gozo, plenitud.

Vivo en una fantasía, una realidad alternativa en la que la vida sigue teniendo promesas por cumplir y en la que todo es posible cuando se actúa desde el amor, solo se necesita contagiar de ilusión a unos cuantos miles de personas para transformar este plomo en oro. Sé que es posible.

 


Sergio Torres. Licenciado en Artes, músico desde la infancia, dibujante y compositor de canciones. Maestro de música por vocación.

Lección 71



Lección 71

 

Ejercicio de redacción

 

Escribir un relato con estas especificaciones:

 

  1. La acción que se cuenta sucedió hace 10 años.

  2. En el presente del relato, una pareja de esposos, o ex esposos, recuerda el aniversario 15 de su boda.

  3. El diálogo puede ser directo en la escena, o mediante un diálogo escrito en el whatsap.

  4. Hace diez años, todo era normal en su vida. Uno día, todo cambió, para bien o para mal, debido a un suceso fuerte: una muerte, una infidelidad, un despido del trabajo, un ascenso en el empleo, una proyecto que fue aprobado muy favorablemente, una beca de las de antes (de las de mucho dinero).

  5. Ese hecho cambió muy fuerte la situación de su vida y de su pareja. Para bien o para mal.

  6. En el presente del relato, cuando se comunican, no tienen hijos. Viven juntos o separados.

  7. El narrador personaje del discurso narrativo es en primera persona gramatical, yo, en masculino o en femenino, según sea autor o autora quien escribe.

  8. El presente del relato es el domingo 14 de julio de 2020, por la mañana.

  9. El aniversario de boda puede ser cualquier fecha, de hace más o menos 15 años.

  10. El hecho que cambió la vida de la pareja puede ser cualquier fecha, de hace más o menos 10 años.

  11. El diálogo que sucede en el presente del relato, también es por algún suceso significativo, y tiene mucho que ver con el desenlace del cuento.

  12. Resumen:

―Hace 15 años, estabilidad.

―Hace 10 años, plot (conflicto o revés de fortuna).

―Hoy, presente del relato.

―Desenlace: en algún momento de los hechos narrados, y se escribe al final del cuento.

 

JChM Taller Literario, abril 2020

Lección 70



Lección 70

 

Ejercicio de redacción

 

Escribir un relato con los siguientes elementos:

 

―Narrador omnisciente.

―Punto de vista instalado en el personaje Uno.

―El personaje Uno es de la misma edad que tú.

―Tiempo: El presente del relato sucede el lunes 2 abril 2020, entre las 9 de la mañana y las 9 de la noche.

―Personaje Dos: ex amante del personaje Uno.

―Personaje Tres: acreedor o acreedora del personaje Uno, que ya ganó un juicio de embargo y el uso de la fuerza pública para desalojarla de su casa, donde vive.

―Extensión del relato: Lo que dé, desde media página hasta diez. Acuérdare qie lo bueno, si breve, doblemente bueno.

 

JChM Taller Literario, marzo 2020

Lección 69



Lección 69

 

Ejercicio de redacción: Escriba un relato con estas especificaciones:

 

  1. Tema: Navidad.

  2. Punto de vista: no feliz ni triste, sino cualquier otro ánimo: amargura, delincuencia, marginalidad, migración, terror, mezquindad, envidia, rencor.

  3. Tres personajes.

  4. Narrador en primera persona del singular o del plural: yo, nosotros.

  5. Ciudad Chihuahua.

  6. Tiempo: época actual.

  7. Flashback (optativo): hacia los años ochentas.

  8. Epílogo (optativo): Diciembre 2020.

  9. Plot (conflicto): llegó alguien a quien el narrador no había visto desde cinco años atrás).

  10. Objetos: un automóvil Honda Accord 2019, una pistola, un restaurante de lujo, una comandancia de policía, una cama king size con sábanas limpias y suntuosas (uno, varios o todos estos objetos).

 

JChM Taller Literario, febrero 2020

Lección 68



Lección 68

 

Ejercicio de redacción

 

Escribir un relato en forma totalmente libre, siguiendo el modelo de este cuento de Juan José Millás. El de ustedes, situarlo en lugares de Chihuahua, época actual y, de preferencia que los personajes sean muy semejantes a personas que conozcan en la vida real.

 

El adúltero desorientado.

El adúltero estaba desnudando a su amante cuando vio que esta llevaba un juego de ropa interior idéntico a uno de su mujer, así que se le quitaron las ganas y se sentó en el borde de la cama.

—¿Qué pasa? —dijo ella.

—No sé, me ha dado un mareo. Espera un momento a ver.

—Eso es porque no comes más que bocadillos.

Al final perdieron la tarde hablando de la gente de la oficina, como solían hacer cuando el deseo no funcionaba, mientras ella repasaba los botones de una blusa que se acaba de comprar en la tienda de abajo. En un momento dado, él se asomó a la ventana y vio una calle estrecha, con los coches subidos a la acerca. En una terraza de la fachada de enfrente había un tendedero con pañales.

Le parecía muy raro no saber dónde se encontraba.

—¿Dónde estamos? —preguntó.

—Pues ahora no sé si la calle se llama Matilde Díez o Matilde Diez, depende de dónde pongas el acento. Ahí mismo un poco más arriba a la izquierda está López de Hoyos.

—¿Y de quién es el piso?

—De una hermana de Pilar López, la de contabilidad, que es azafata y se pasa la vida fuera.

Hasta ahora ella siempre había logrado encontrar a alguien que les prestara una casa. Se negaba a hacerlo en apartamentos alquilados o en hoteles porque lo asociaba a alguna forma de prostitución. Gracias a ello había visto el rostro de algunos barrios que de otro modo jamás habría llegado a conocer. Le parecía extraño, no obstante, saber que vivía en una ciudad que nunca recorrería del todo; era algo así como vivir dentro de un cuerpo en el que siempre habría alguna zona por explorar.

Un día, tomó una salida de la M-30 al azar y anduvo merodeando por una calle que le recordaba la de su infancia, en el Parque de las Avenidas. Entró en una panadería y compró un bollo, del que luego se desprendió, solo por ver el rostro de la dependienta sabiendo que sus miradas no volverían a cruzarse. Al día siguiente, vio en la televisión que se había cometido un crimen justo en el portal de al lado, y salía la panadera diciendo que la tarde anterior había estado merodeando por los alrededores un hombre cuya descripción, a grandes rasgos, coincidía con él.

Otra vez, hacía mucho tiempo, estaban observando a su hijo en el baño, cuando el niño de súbito se descubrió los genitales con espanto. A lo mejor había zonas del cuerpo que jamás llegábamos a conocer, no ya el páncreas o los riñones, sino geografías más superficiales que quizá estaban al alcance de la mano.

En esto, vio brillar algo en el suelo, bajo la mesa del televisor. Se agachó para recogerlo y resultó ser una foto tamaño carnet de un sujeto de unos 35 años, con muchas entradas. Miraba al objetivo con una tenacidad absurda, como si la máquina le debiera algo. Tuvo un sentimiento familiar muy desagradable y dijo guardándose la foto en el bolsillo:

—No quiero que volvamos al piso de nadie. Me da la impresión de invadir un espacio íntimo.

—Pues yo a un hotel, en plan puta no voy —respondió ella cortando el hilo sobrante con los dientes, en un gesto que la había fascinado, de niño, en su madre, el mundo era unas veces sofocante, por estrecho, y otras veces confuso, por ancho.

Esa noche, sacó la fotografía del bolsillo de la chequera y la guardó en el cajón de la mesilla de noche como quien mezclara azarosamente las distintas partes de la realidad, igual que cuando se barajan los naipes. Luego se metió en la cama y desde allí vio con disimulo cómo se desnudaba su mujer, que llevaba el conjunto de ropa interior idéntico a que esa tarde le había visto a su amante. Entonces, sin poder reprimirse, rompió a llorar.

—No me encuentro bien —dijo frente a la mirada de extrañeza de su esposa.

—Si es que no comes más que bocadillos —respondió ella.

 

JChM Taller Literario, febrero 2020