domingo, 16 de noviembre de 2025

El eje

 


El eje

 

Por Sergio Torres

 

Cuando estamos juntos sé que el universo gira por el lado correcto. Yo te amo, tú sientes paz en tu alma, tu tiempo la delicadeza de tu piel.

Confío en ti, tú me desatas del por favor y gracias con un libro sagrado bajo la axila izquierda, la más cercana al corazón, y me dejas ser salvaje o tierno en casa, en el toque de mis labios en las amplias llanuras de tu piel.

Y después de tanta acrobacia oral, manual, sensual e imaginaria de pensamiento, palabra, obra y omisión, el cuerpo se adormila pero el corazón se complace, se inflama de amor y te encuentra más hermosa que antes. El mundo gira en el sentido correcto.

Este domingo de noviembre, en el que todas las tristezas se conjuntan en una sola lágrima, sé que no estamos en el universo real.

 


Sergio Torres. Licenciado en Artes, músico desde la infancia, dibujante y compositor de canciones. Maestro de música por vocación.

sábado, 15 de noviembre de 2025

Te llevas mi voz

 


Te llevas mi voz

 

Por Raúl Romero

 

Sueño que te llevas mi voz

soy tan vulnerable a este aquí

y de los espejos, no quedan mañanas

para revivir el sueño.

Y las horas se estrellan

cual si escapar de los relojes

fuera la dosis necesaria

a esta frontera sin olvido.

De cual distancia

hablaran los duendes

cuando al viento de la noche

las hadas desnuden su silencio.

Y este aquí, tan allá

de las arenas sin destino

por donde las huellas 

tuvieron una vida.

Sueño que te llevas mis ojos

soy tan paisaje en la ceguera

donde ya no quedan luciérnagas

para lumbre de una luna.

Y de las cartas escritas

sus letras avinagran el papel

donde los colores saltaban

en el feliz de la tinta enamorada.

De cual mentira

florecerá la verdad

cuando el bostezo del alba

golpee a la ventana del oscuro.

Y este aquí, tan allá

de las alas en cielo

por donde la vida

dio huellas a un sueño.

 

Raúl Romero, Argentina, 10 septiembre 2019. Derechos Reservados

 


Raúl Romero, poeta argentino. Estudió en M.M. de Guemes. Se graduó en 1984. Trabajó como Management en Hospital Borda.

viernes, 14 de noviembre de 2025

Donde la luz es tan intensa

 



Donde la luz es tan intensa

 

Por Sergio Torres

 

En aquellos días la muerte era joven, caminaba en el universo tocando de vez en cuando alguna estrella, una flor, una ballena, una joven de catorce años, un bebé aún no nacido, una anciana cuya mente la había abandonado, un árbol milenario que se suspendía, de pie, esperando el final.

Con el florecimiento del hombre, la muerte expandió sus operaciones. En un año había hambruna; al siguiente, peste, maremotos, guerra. Como si la vida, siempre abundante, valiera lo mismo que un predio, la cura de una fiebre, las palabras impresas en un libro.

A mi casa la muerte ha llegado cuando tiene que hacerlo. Para fortuna suya y nuestra, somos muchos.

Un poco antes de que yo naciera, atropellaron a mi tata Pancho, de quien mi hermano Fran heredó el nombre. A partir de ahí fueron dejándose abrazar por la Niña Blanca mi tata Higinio, nana Toña, mi tío Chuy, mi tío Poncho, mi nana Nati, mi tía Chayo, mi tía Mona, doña Chuyita mi mamá, mi tío Yako, don Nacho mi papá, mi segunda madre La Cande... y hasta ahí vamos.

He perdido a otros primos y tíos, pero no tengo muy claro el orden: Mi tío Ramón y mi tía Socorro y mis primas hijas de ellos y algunos de sus nietos. Del lado de mi prima Adriana, una sobrina. De mi sobrina Mónica, un sobrino.

La Muerte sigue llevarse todo a una dimensión donde la luz divina es tan intensa que no podemos ver a nuestros amados, ni a los no tan amados ni a los totalmente desapercibidos.

En la foto doña Chuyita en sus 20, año 1962.

 


Sergio Torres. Licenciado en Artes, músico desde la infancia, dibujante y compositor de canciones. Maestro de música por vocación.

jueves, 13 de noviembre de 2025

Mientras estudiaba mi rostro como si fuera un crucigrama/ Presentación del libro Pequeños privilegios


 

Mientras estudiaba mi rostro como si fuera un crucigrama/ Presentación del libro Pequeños privilegios

 

Por Jesús Manuel Gallegos De Santiago

 

Conocí a Javier Flores en el taller de literatura del Ichicult, a cargo, en aquella época, de Josefina Sandoval. Cristóbal Pérez Paredes me lo presentó como a un periodista. Ese periodista resultó ser el editor de Desierto Guía, un folleto de publicidad que contaba con un espacio dedicado a textos literarios o afines a la literatura. Solo por eso, Javier Flores ya era, para mí, una celebridad.

Un día supe que le gustaba el cine. Chaplin y Buster Keaton fueron tema de pláticas posteriores, así como varias películas mexicanas de la Época de Oro. Una noche me dijo que quería hacer un corto. Mientras estudiaba mi rostro como si fuera un crucigrama, agregó: Los tres pilares de una película son: la historia, las actuaciones y la dirección. Quiero que seas el camarógrafo. Acepté.

Durante dos semanas desfilaron frente a mi celular decenas de actores cuidadosamente vestidos, caballos, sangre, muertos, escenarios naturales y antiguas haciendas, sin saber cómo le había hecho Javier para gestionar todo ello. Por diversas razones, el corto nunca salió a la luz pública, pero su realización fue una muestra de lo que Javier podía lograr cuando se proponía algo.

Seguí viendo a Javier los sábados en Café Placeres. Uno de esos sábados llevó un relato donde aparecían unos mafiosos mexicas, luces de neón, caminos solitarios, coches lujosos. De pronto, era común ver a Javier llegar con copias de su último relato, o uno que ya había presentado pero corregido, para la consideración de los presentes. Y eso se repitió a lo largo de varios meses.

También era habitual ver a Javier eliminando párrafos enteros: el tamaño de cada uno de los textos se redujo a menos de la mitad. No lo esperábamos, pero de pronto Javier ya tenía una colección de relatos lista para el cajón de los recuerdos, el bote de basura o su publicación. Lo animamos a publicarlo.

Me dijo: Las dos cosas más importantes en la presentación de un libro son: el libro y el brindis. Quiero que seas un presentador. Acepté.

El sistema de sus relatos es el de utilizar una prosa sin pretensiones literarias para describir de manera sucinta lo que sucede y, como en aquella obra audiovisual, hay sangre, muertos; personajes vestidos de acuerdo con la ocasión.

A diferencia del cortometraje, el libro ya se ha publicado y está aquí, listo, esperando impaciente el escrutinio de nosotros, los lectores.

 

Flores, Javier: Pequeños privilegios. Editorial Aldea Global, México, 2025.

 


Jesús Manuel Gallegos De Santiago es egresado del Instituto Tecnológico de Chihuahua. Escritor, cronista e ingeniero electrónico industrial con experiencia en telecomunicaciones.

miércoles, 12 de noviembre de 2025

El Nobel


 

El Nobel

 

Por Marco Benavides

 

Desde hace 120 años, el Premio Nobel representa la distinción más prestigiosa del mundo en campos fundamentales para el desarrollo de la humanidad. Lo que comenzó como el deseo testamentario de un inventor sueco se ha convertido en un reconocimiento global para sus laureados en la cima de la historia.

Todo inició con una paradoja histórica. Alfred Nobel, inventor de la dinamita, decidió que su fortuna se destinara a premiar a quienes "durante el año precedente hayan conferido el mayor beneficio a la humanidad". Su testamento, redactado en 1895, estableció que los intereses de su capital se repartieran anualmente en cinco categorías: Física, Química, Fisiología o Medicina, Literatura y Paz.

El 10 de diciembre de 1901, en Estocolmo y Oslo, se entregaron los primeros galardones. Aquel día marcó el nacimiento de una institución que trascendería generaciones. Décadas más tarde, en 1969, el banco central sueco añadiría un sexto premio: el Sveriges Riksbank en Ciencias Económicas, aunque este no formaba parte del testamento original de Nobel.

La credibilidad del Premio Nobel descansa en su meticuloso proceso de nominación y selección. Miles de personalidades del ámbito académico y científico son invitadas anualmente a proponer candidatos. Los comités especializados examinan exhaustivamente cada propuesta, y las deliberaciones permanecen confidenciales durante 50 años, protegiendo así la integridad del proceso.

Este rigor ha permitido que el Premio mantenga su prestigio, incluso cuando algunas decisiones han generado controversia. La opacidad del proceso, lejos de restarle valor, refuerza la percepción de imparcialidad.

Más de un siglo después de su creación, el Premio Nobel sigue cumpliendo la visión de Alfred Nobel: Reconocer aquellos esfuerzos que benefician a la humanidad. Desde los avances en medicina que salvan millones de vidas hasta las obras literarias que nos ayudan a comprender nuestra condición humana, pasando por los tratados de paz que evitan guerras, el Nobel continúa siendo el reconocimiento supremo a la excelencia.

En una era dominada por la inteligencia artificial y la biotecnología, donde los descubrimientos médicos avanzan a velocidad vertiginosa, el Premio Nobel mantiene su relevancia como árbitro de lo trascendente. El nombre de cada laureado nos recuerda que detrás de cada medalla hay historias de perseverancia, genialidad y, sobre todo, el deseo humano de hacer del mundo un lugar mejor.

 

Dr. Marco Benavides, 5 noviembre 2025.

 


Marco Vinicio Benavides Sánchez es médico cirujano y partero por la Universidad Autónoma de Chihuahua; título en cirugía general por la Universidad Autónoma de Coahuila; entrenamiento clínico en servicio en trasplante de órganos y tejidos en la Universität Innsbruck, el Hospital Universitario en Austria, y en el Instituto Mexicano del Seguro Social. Ha trabajado en el Instituto Mexicano del Seguro Social como médico general, cirujano general y cirujano de trasplante, y también fue jefe del Departamento de Cirugía General, coordinador clínico y subdirector médico. Actualmente jubilado por años de servicio. Autor y coautor de artículos médicos en trasplante renal e inmunosupresión. Experiencia académica como profesor de cirugía en la Universidad Autónoma de Chihuahua; profesor de anatomía y fisiología en la Universidad de Durango. Actualmente, investiga sobre inteligencia artificial en medicina. Es autor y editor de la revista web Med Multilingua.

lunes, 10 de noviembre de 2025

A toda

 


La columna de Bety

A toda

 

Por Beatriz Aldana

 

Recuerdo aquella revista de mis años jóvenes de Yolanda Vargas Dulché. En alguna de sus tantas historietas hubo esta frase que decía así: Manque no haiga amor, que haiga deseo. Y ciertamente.

Hace no mucho tiempo conversaba con una de mis amigas, por supuesto a la que más confianza le tengo. Le manifestaba cómo iba cambiando paulatinamente mi relación sentimental: Al principio la idealice, le di un profundo toque romántico, una admiración en grado superlativo, pero, a medida que esta se fue haciendo costumbrista y cotidiana, nunca por mi parte sino por la otra parte, comprendí en toda su dimensión que mi dedicación y esfuerzo por mantener esa magia maravillosa era totalmente en vano.

Por supuesto que asimilarlo y entenderlo tuvo su dosis de tristeza y duelo, pero soy de esas personas consentidas del fracaso en las relaciones sentimentales, dada mi escasa tolerancia a ciertas cuestiones de pareja, que son tan variadas que sería ocioso mencionar cada una de ellas.

Pues bien, retomo mi plática con mi casi hermana, porque es mi gran gran amiga: Surgió la cita de Yolanda Vargas Dulché en la conversación a raíz de que ella notaba en mis publicaciones escritas cierta tristeza, dolor, y una pérdida de la ilusión, amén de las fotografías de mi persona, en las cuales a pesar de la sonrisa ella percibía ese dejo de melancolía en mi mirada.

Y sí, es cierto, tuve un buen tiempo de duelo al percibir claramente que mi relación estaba tomando un giro se puede decir de 180 grados pero en reversa, observando detalle tras detalle, hasta llegar a la conclusión de tomar como, se dice coloquialmente, agarrando al toro por los cuernos.

Porque antes de esto yo solía dar espacios de tiempo para oxigenar la relación, supuestamente para recomenzar Pero no. Estoo es cosa de dos, no es unilateral, como yo acostumbraba hacerlo, siempre con ese deseo interno de darle magia o devolverle magia a lo que poco a poco se fue perdiendo. Fueron acumulándose todos esos detalles que veladamente sugerían o querían decir:

―Mira, Beatriz, para mí esta relación es como todas las anteriores, no le veo nada especial. Yo no idealizo. Tomo las cosas de esta manera: Es lo que hay. Y tú, Beatriz, eres una mujer muy intensa, todo lo haces con absoluta pasión y ciertamente todo lo haces bien tú, ser muy buena es tu virtud, tal como lo cuenta la canción de Juan Gabriel.

Bueno. Para continuar con lo de la plática con mi amiga, le revelé lo siguiente:

―Mire Oli, mi gran rival es un aparatito con teclado y pantalla, o sea, un teléfono móvil. También un aparatote con teclado y pantalla o sea, una computadora. Y el más grande rival, como dijese mi propio hijo: Es que él es un escritor, mami.

Y efectivamente: Me cayó el veinte.

Sin juzgar, y sin el afán de crítica, es muy difícil establecer una comunicación espiritual, interna, de corazón, de almas, con alguien que su primordial interés son las letras, tanto las que están en su cerebro como las que captan sus ojos en pantalla o en papel.

Pero hay algo adicional, hay un gusto por ir ensanchando el círculo, o más bien dicho, un gusto por conocer gente nueva. Y por supuesto que esto conlleva riesgos. ¿Cuáles? Pues los normales, sin tener que enumerarlos, y dada mi aguda percepción los voy detectando.

Por fortuna, y gracias a mi continua autocrítica de un día y el otro también, me veo en una novedosa situación de relación que nunca antes había tenido, porque siempre fui pareja de algún caballero, pero casi de 24/7, o sea constante, sin intervalos, y mucho menos con la libertad que tengo ahora con esta llamada relación, que en mi yo interno la llamo más bien como una entrañable amistad, dada la extrema cordialidad, excelente convivencia, acuerdos que se respetan, espacios que también se respetan, y sobre todo la libertad de hacer cada cual lo que más le gusta sin siquiera solicitar un permiso, tan solo la atención y educación de avisar. Mira, tal día tengo este compromiso, tal día tengo esta reunión, tal día tengo esta fiesta, tal día me gusta ir a tal lugar, pero yo sola, sin ti.

Así que, analizando todo esto plasmado en letras, se llega a la siguiente conclusión: Ya la magia se extinguió, y decir magia es una conjunción de muchísimas cosas bellas en una relación romántica. Pero en una relación que se fue haciendo amistosa y libre solo queda un calificativo: Qatm.

Quien sepa traducir por las iniciales sabe muy bien a qué me estoy refiriendo.

 


Beatriz Aldana es contadora y siempre ha trabajado en la industria y en corporativos comerciales. Gran lectora, escribe y produce crónicas de video en sus dos blogs de Facebook, además de La columna de Bety en Estilo Mápula.

Celorio, Premio Cervantes 2025

 


Celorio, Premio Cervantes 2025

 

Por Daniel Salinas Basave

 

El siete es número cabalístico y Gonzalo Celorio es el séptimo mexicano en ganar el Premio Cervantes. El último había sido Fernando del Paso hace diez años. Dos años antes lo ganó Poniatowska. José Emilio Pacheco y Sergio Pitol lo ganaron en 2009 y 2005 respectivamente. En el Siglo XX solo lo ganaron Octavio Paz y Carlos Fuentes.

Celorio es, creo yo, el más discreto de los siete. Es también al que menos he leído, aunque siempre me ha causado buena impresión y me ha inspirado respeto. Sin conocerlo personalmente, me da la sensación de ser alguien serio, trabajador, honesto, ajeno a poses y grandilocuencias. Me gusta cómo escribe sobre sus libros y autores favoritos y reparo en que su formación como lector se parece mucho a la mía.

Vaya, ya casi nadie menciona Demian de Hesse como uno de los libros de su vida.

El Cervantes lo han ganado unos cuantos monstruos sagrados. Digamos que compartir palmarés con Borges, Bioy, Carpentier, Sabato, Onetti y Vargas Llosa no son enchiladas. Tal vez Gonzalo Celorio no sea el escritor mexicano más mediático y leído, pero su carrera es sólida y constante.

Ojalá en un futuro no lejano lo ganaran Juan Villoro y Enrique Serna, que son a mi juicio los dos compatriotas que más lo merecen.

 


Daniel Salinas Basave es licenciado en derecho, periodista y escritor. Ha colaborado en EsquireGatopardoMilenio Replicante, entre otras publicaciones. Trabajó como reportero en El Norte de Monterrey y en Frontera, de Tijuana. Actualmente tiene espacios editoriales semanales en Semanario InfoBajaSuplemento Cultural PalabraSíntesis tv y San Diego Red. Es Premio Estatal de Literatura Baja California 2010 por Réquiem por Gutenberg. Premio Bellas Artes de Ensayo Literario Malcolm Lowry 2014 por Cartografías de Nostromo. Relatos de espías, embajadores y embusteros. Premio Gilberto Owen de Literatura 2015, en la categoría de cuento, por Días de whisky malo. Premio Bellas Artes de Ensayo Literario José Revueltas 2015 por El lobo en su horaLa frontera narrativa de Federico Campbell. Ganador del Certamen Internacional de Literatura Sor Juana Inés de la Cruz 2015, en el género de ensayo, por el trabajo titulado Bajo la luz de una estrella muerta.