A veces
la noche duele
Por
Jesús Chávez Marín
Cuando
la noche llega como sábanas de sombra de muchos hilos, el mundo se esfuma ante
la mirada temblorosa. Luces de ciudad construyen un mundo artificial para
espantar el miedo. El whisky también ayuda, pero como una vía de dos rumbos
encontrados: también puede hacer más denso el infierno de la nada y oscuro
hasta el infinito el dolor del alma. El alcohol puede llegar a ser un diablo
muy traicionero.
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