Trenza
Por
Agustín García
Cruce de calles, siete y media en la
mañana,
tránsito veloz.
tránsito veloz.
Sentadas en la acera de una esquina, dos
mujeres:
la pequeña, de ocho años y uniforme;
la mayor, con edad para llamarse adulta.
La pequeña, enfrente y de espaldas a su
madre,
deja que le trencen el cabello.
Es trabajo minucioso
y la madre está muy seria,
pero más atención muestra la niña,
como si ayudase, también,
para dejar perfecto el entramado.
El tráfico fluye indiferente.
La sola imagen basta para suponer
que en casa de ellas no hay un
automóvil.
Seguro es que, si lo hubiera,
no tendrían este momento
tan íntimo y expuesto,
este acto de amor de hacer la trenza
y despedirse en el contacto prolongado
a separarlas.
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