Los
Aguilar
Por
Margarita Aguilar Urbán
Carlos
era el mayor
Lo
encuentro en la mirada de su rostro
pendiente
de mi rostro en el espejo
Federico el segundo
tocaba con pasión el piano
de la sala
de la sala
su
juventud frenética golpeando en el teclado
mientras
Carlos gozaba ser uno con la música
y
con su hermano ansioso de conquistar el mundo
David
era el pequeño y Carlos protector lo
aconsejaba
aconsejaba
le
mostraba caminos antes por él andados
y
aplaudía sus canciones Federico al
piano
los domingos
los domingos
Los
Aguilar fueron tres basamentos
tres
futuros ondeando en tres almenas
que
una tarde en sus juegos infantiles
intuyeron
el nudo misterioso de la sangre
Carlos
era mi padre y comenzó a expirar escaleras
arriba del teatro San Benito
arriba del teatro San Benito
en
las primeras notas de un concierto
Federico
no sé de qué murió
(la
distancia es carcoma en el árbol más fuerte)
David
languideció en su lecho días enteros y
noches
noches
alimentando
su alma a cucharadas
Los
Aguilar escalaron terrenos escarpados
desde
lejos mirándose los hombros
e
invocaron la voz de sus ancestros
cuando
en horas aciagas se confiaron
la
magnitud humana de sus yerros.
Margarita Aguilar Urbán es investigadora de arte, escritora y profesora de lengua y
literatura. Escribió los poemarios Como estación de tren (1988) y Algodón en el corazón (poesía
infantil, 2012). Está incluida en los volúmenes Voces de
tierra (1994), Campos ignotos (1998)
y Taller Literario Pablo Ochoa (2009).
Como investigadora recopiló las memorias del artista tarahumara Erasmo Palma en
el libro Donde cantan los pájaros chuyacos (1992, reedición 2016). Su obra Aurora
Reyes. Alma de montaña, editada por el Instituto Chihuahuense de la
Cultura, fue considerada el mejor libro del 2011 por el suplemento Día siete de El Universal y por la página de crítica literaria Salón de Letras.
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