De amor, chisme, ácido y curiosidades
Por Didier Emmanuel Ortiz Chávez
Les presento a: Cristina, Mariana, José Luis, Neftalí, Manuel, Beto,
Oralia, Esteban, Claudeth, Edgar, Adela, Cid, Belinda, Ruth, Joel, Gilberto,
Hilda y hasta, ¿por qué no?, a Pascualita. Algunos de los protagonistas en los
relatos que forman parte del libro Siluetas en la resolana, donde
podemos ver una serie de historias que, disfrutando por separado, te atrapan en
una serie de situaciones.
Bienvenidos a un coctel de emociones a lo
largo del libro con escenas trágicas, de chisme y uno que otro pleito de
cantina como el relato “Siete leguas”, donde leyendo esa historia con una
cerveza encima hasta yo quería meterme a la historia a tirar guamazos con los
primos.
Nos encontramos con algunos amores tecnológicos.
Y me pongo a pensar: Si hace quince años nos
contaran el relato de una persona que conoce a su pareja por Internet, en una página
de citas, imaginaríamos el peor escenario posible. Ha de ser un depravado
sexual, son feos que se inventan un personaje para ligar, o solo te quieren
para una noche. Y sí… en la mayoría de los casos, pero también hay uno que otro
que tiene su corazoncito. Hoy en día relatos como este es de lo más común, y esto habla
de cómo no solo el estilo literario de
Chávez Marín se ha ido perfeccionando, sino además los temas de las historias
evolucionan con el paso de los años, adecuándose a un contexto actual.
No todo es romance, hay uno que otro trago amargo con historias trágicas que dejan
un nudo en la garganta. Belinda en el Bar 55. Una trágica historia de abandono,
tráfico de personas, prostitución y venganza. Contada con un estilo que por más
crudo que parezca el contexto, necesitas concluirlo.
Y por último también otras que más que un nudo te dejan un sapo en
la garganta. “El sapo” (p. 97.
Encuentro una peculiaridad cuando te das el
tiempo de analizar un poco entre una historia y otra e imaginas qué pasa después
con esos personajes, y surgen preguntas sin respuesta real pero con un sinfín
de posibles situaciones. Esto hace que las historias te atrapen.
Resulta interesante cómo estos cuentos cortos
atrapan a personas con ya algunos años encima que se pueden sentir
identificadas y hasta haber conocido a sus protagonistas, imaginar las
situaciones por que vivieron algo así.
Hay un rango de edad muy amplio para poder
disfrutar estos relatos, y lo comprobé haciendo un experimento.
Con el libro en las manos se acerca conmigo
Ana Paula, mi hija de cuatro años y dice.
―Papi: ¿Qué dice
ese libro?
Comencé a leer el relato de “Borges” (p. 24).
Para mi sorpresa no perdió la atención y
estaba escuchando con detalle lo que el libro relataba. Luego comenzó a hacer
preguntas como las que a continuación canalizo con el autor.
―¿Qué es Borges?
―¿Cómo se gastó el dinero?
―¿Por qué el señor no quería trabajar en la
biblioteca?
Y como una centenial:
―¿Qué es una biblioteca?
Entonces con su ayuda llegamos a las siguientes conclusiones.
1.
La forma de relato y el estilo que maneja enganchan a personas de tres a noventa
y nueve años.
2.
Las dudas surgen completando cada quien la historia desde un antes y un después
de cada personaje.
Un
total de 125 páginas, un libro con 22 historias de medio día y 15 más en la
neblina. Puedes disfrutar cada una por separado o varias juntas en una mezcla
de emociones, colores y sabores y donde en la mayoría recibirán una buena
reflexión, y una que otra duda.
Chávez
Marín, Jesús: Siluetas en la resolana. Editorial Oserí, México, 2019.
Didier Emmanuel Ortiz Chávez es licenciado en artes visuales por la Universidad Palmore. Tiene una maestría en relaciones comerciales por el Instituto Tecnológico de Chihuahua. Es fotógrafo y productor de programas de televisión. Entre los que ha producido están Enfoque y El Show de Maguie. Actualmente tiene una empresa de investigación de mercado y es profesor en la Universidad de Durango campus Chihuahua.
No hay comentarios:
Publicar un comentario