martes, 10 de diciembre de 2019

Ruby Myers. Unas palabras en la salida del libro Calendario para las golondrinas

Unas palabras en la salida del libro Calendario para las golondrinas

Por Ruby Myers

Hoy es un día muy significativo para mí: el 7 de diciembre de 1985, hace 34 años, a esta misma hora, estaba entrando a la iglesia de la Sagrada Familia para casarme con el hombre de mi vida. A partir de entonces, y por 27 años, recibí un ramo de flores cada 7 de diciembre. El contenido de los mensajes fue cambiando conforme consolidábamos la familia que formamos juntos, lo que nunca cambió fue la última frase, “te amo por siempre”. No tengo idea de cuánto dura “por siempre”, de lo que doy fe es que el amor no se termina con la muerte, solo se transforma.
El ramo de flores sigue llegando de manera puntual, ahora son mis hijos los que se encargan de que así sea.
Por eso el primer agradecimiento, por justicia, debe ser para Jaime, ya que con su muerte provocó el derrumbe de la vida que juntos construimos. Cuando se asentaron el polvo y los escombros descubrí letras desparramadas por todas partes, desde entonces me he dado a la tarea de recogerlas y apilarlas una sobre otra para hacer una nueva casa donde vivir.
Como casi todos los sueños, cumplir este no fue fácil. Comprometió la voluntad, el trabajo y la disciplina no solo míos, sino de muchas personas, aunque sí debo reclamar la autoría de cualquier desastre que puedan encontrar en su contenido.
Gracias a Luis Fernando Rangel, por su propuesta para hacer esta publicación y regalarme el lujo de verla hecha realidad, por contagiar con su entusiasmo a su hermano Ramón Rangel y a Alfredo Caro, todos ellos excelentes poetas que forman la plana mayor de Sangre Ediciones. Gracias, chicos, por distinguirme con el honor de formar parte de su repertorio, hicieron un impecable trabajo.
Gracias infinitas a mi amigo el poeta Arturo Loera, que literalmente arremangándose la camisa y armado de infinita paciencia, se dio a la tarea de trabajar con toda la pasión y seriedad requeridas, para darle forma coherente al reborujo que puse en sus manos, sacrificando sus tardes de sábado para ayudarme a depurar mis versos. Y como si eso no fuera suficiente, además, me hizo el honor de regalarme el precioso prólogo de este libro.
Gracias a mi amigo el también poeta y narrador Hugo Servando Sánchez, que, en contra de todo pronóstico, en tan sólo 48 horas revisó minuciosamente todo el contenido para hacerme sus comentarios finales.
Un domingo por la tarde en mi casa, ellos dos y el maestro Enrique Servín, entre bocados de lasaña, tragos de cerveza y tazas de café, me palmearon la espalda y celebraron conmigo el nacimiento de este libro. Gracias, Arturo y Hugo, por regalarme una tarde que quedó inscrita en mi memoria como inolvidable.
Una mención aparte en mis agradecimientos es para mi hijo Adrián, quien hizo suyo este proyecto y haciendo gala de profesionalismo diseñó la preciosa portada de este libro. Te amo hijo.
A todos ellos mi agradecimiento sin límite. Es por ellos que este libro está hoy sobre la mesa.
También quiero dar gracias a todos y cada uno de los aquí presentes por regalarme un poquito de su tiempo, sobre todo en sábado y en temporada de posadas. Gracias. Sin ustedes, sin su apoyo, su calidez y su cariño, cumplir este sueño no tendría para mí ningún sentido.
7 diciembre 2019



Ruby Myers es egresada de la Universidad Autónoma de Nuevo León, en la carrera de cirujano dentista. Estuvo dedicada a la actividad empresarial por más de 25 años. Publicó su primer libro, Entre café y jazmines, en 2016. Asistió como invitada a la Feria del Libro edición 2017 en San Miguel de Allende.

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