El camino mítico de la ausencia (Acercamiento a la
poesía de Luis Fernando Rangel)
Por Leonardo Meza Jara
La
ausencia proviene de lo divino, de un mito creador ante el cual solemos cerrar
los ojos con demasiada fuerza. Pero en vez de cerrar los ojos ante lo divino y
el mito creador, ¿por qué mejor no abrirlos?, ¿por qué no llorar lo que tenga
que ser llorado?, ¿por qué no hacer que los ojos ardan ante tanta luz que se
deposita en lo divino del mito creador? Estas preguntas dibujan el transcurso
del poema La gran ausencia, de Luis Fernando Rangel (http://estilomapula.blogspot.com/2021/08/luis-fernando-rangel-la-gran-ausencia.html).
Hay
indicios de una raigambre nietzschezana en el poema de Rangel. No es que Dios
haya muerto. Sencillamente, Dios es otro. Lo divino es el transcurso de una
ausencia que se recorre en el poema como si fuera un camino. Se trata de mirar
lo otro de Dios en su transcurso, que ante los ojos de Rangel es una ausencia
que se recorre de varias maneras. No una procesión, no el camino de Santiago,
sino un transcurso otro, donde lo divino y lo humano se unen trágicamente mientras
se ausentan.
En
el poema de Luis Fernando Rangel el hombre "arde" o "llora"
igual que Dios. Dios "arde" o "llora" igual que el hombre.
Y entonces, en su ausencia repetida, los dos, Dios y el hombre, se vuelven un
solo "arder" y un solo "llanto". Pero ¿cuál es la forma de
este "arder" y de este “llanto” donde crece la ausencia que se
levanta entre Dios y el hombre? La pregunta es respondida a lo largo del poema
en cuatro partes. Aparecen imágenes de un transcurso, de un camino: la lluvia
en su caer, el contenido simbólico de una cruz que se siembra históricamente como
símbolo religioso o como carga, y una fila de hormigas en procesión que se
rompe cuando un hombre llora arriba de ellas.
Los
caminos se cruzan, es común que los caminos se crucen. Lo que indaga el poema
de Rangel son una serie de caminos que se cruzan, entre Dios y el hombre, entre
el hombre y las hormigas, entre las lágrimas que tienen la forma de la lluvia y
la tierra que se moja. El mito de la creación es un mapa poético de la
ausencia, donde los caminos que se cruzan son un “arder” y un llanto.
Leonardo Meza Jara publica en revistas literarias y es autor de varios libros, entre ellos Canto al primogénito, Desescribir, Los bosques del poeta, Carlos Montmayor: la casa que habla, Los infiernos de Lázaro, Más acá de la infancia están las cosas y No sé si aún te llamas Carlos Marx. Actualmente es profesor en Universidad Pedagógica Nacional.
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