Instante
Por Carmen Julia Holguín Chaparro
Para Enrique Servín, in memoriam
A las palomas
nadie les explicó tu ausencia.
Tercas siguieron reuniéndose
frente a tu puerta azul
cada mañana
esperando tu puño generoso
conteniendo
aquella lluvia de vida
con que regabas sus ansias
y tu banqueta
mientras las mirabas
picotear el alimento,
con todas tus sonrisas
resumidas en aquella
con que abrazabas feliz
el instante, y creías,
inmortal,
que ahí estarías el día
siguiente y los días después
por los siglos de los siglos
dándoles comida y sombra
y recibiendo su arrullo agradecido,
porque entendías su lengua.
Otra suerte de palomas,
nosotros también,
de tarde en tarde,
volvemos al azul de tu puerta
y al color de tu recuerdo
donde tus palabras
nos alimentan.
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