Foto Pedro Chacón
El otoño cerca
Por Jaime Chavira Ornelas
El silencio llena mis oídos de pensamientos limpios
y mis ojos se asombran con el día nublado.
Desde mi trinchera parece que todo se ha detenido
pero no puede ser cierto, todo sigue en movimiento.
Movimientos precisos sin agotar el tiempo
como si la vida no bastara para llegar a este momento.
Sigue el día nublado y mis ojos no se cansan
de admirar la belleza.
Afuera es como un lugar sin emociones
irreal
quieto
¿acaso el día es la vida que palpita?
¿acaso es la belleza del alma?
Afuera es adentro del universo
y el universo es dentro del misterio,
afuera del misterio es adentro de la creación
¿todo es eterno por sí mismo?
¿o todo se extingue así mismo?
Afuera están los tiempos
que aceleran la permanecia del alma
adentro van los invisibles actos de la purificación.
Solo puedo asombrarme de la belleza del día nublado
y las parejas inmóviles que están tomadas de la mano.
Poco a poco llega el otoño con sus vientos fríos
y las hojas tiradas en el camino
como un recordatorio del cambio,
donde el espíritu rejuvenece y la piel se agrieta.
Sigue la tarde su curso
como queriendo llegar a un lugar seguro
a un lugar cálido y alegre. Solo observo cómo se aleja
y se esconde.
Llega la noche y acarrea fantasmas
arropa todos sus desvelos y carga su yugo negro
su misterioso cuerpo se extiende y envuelve todos los cuerpos.
Noche callada y misteriosa cubre con su negro velo todas las almas
de los afligidos por la nostalgia y el abandono.
El otoño se acerca y la realidad climática se esconde entre las nubes
el alma permanente sale de los cuerpos para no sentir el frio
y se arropa con el calor del amor perdido y olvidado.
El otoño se siente cerca y no hay nada que lo detenga.
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