Los árboles nos dan oxígeno, frescura, pureza del aire
Por Alberto Heredia Castillo
Hace cincuenta años leí un libro de un antropólogo francés que vivió en la Sierra Tarahumara. Afirmaba que la riqueza de Chihuahua estaba en sus grandes bosques desde Madera hasta Guadalupe y Calvo, donde había el macizo boscoso más grande de Latinoamérica sin contar las selvas. Denunciaba la tala que empresas chihuahuenses realizaban sin reponer los árboles talados para venta de madera.
Muchos pueblos sufrieron las agresiones de los dueños de aserraderos, como fue el caso de Tomochi que recibió castigo del grupo guerrillero de Óscar González Eguiarte en 1968.
Hace treinta años los cárteles de la droga iniciaron su actividad de tala ilegal y los resultados los vemos: La tala y la deforestación nos conducen al cambio climático y además:
Ponen en riesgo el bienestar de las personas y el patrimonio natural del país.
Causan el desplazamiento de poblaciones originarias.
Aceleran la pérdida de los suelos, de la fauna, de la flora y de la biodiversidad.
La tala ilegal se ha convertido en una forma de financiamiento para los grupos delictivos que operan en la Sierra Tarahumara, de quienes se tiene detectado que, además de hurtar la madera, roban a los dueños de aserraderos guías forestales oficiales con el propósito de acreditar su procedencia, según informó Óscar González Luna, subsecretario general de gobierno, quien indicó que durante el 2023 se aseguraron 6 mil 931.71 metros cúbicos de madera ilegal con un valor de 15 millones 249 mil 762 pesos mediante operativos realizados en 10 municipios de la región así como en Parral y la capital del estado, donde se han detenido a 10 personas por esta práctica. (Nota de El Heraldo de enero de 2024).
Además de la tala legal y ilegal, están los incendios que año con año acaban con cientos de hectáreas de bosque.
Vemos todos los días la invitación a sembrar uno o dos árboles por persona, eso está bien en pueblos y ciudades, pero hay que establecer condiciones de cuidado durante los primeros tres años y escoger los que son de la región aunque no sean de ornato: huizaches, mezquites, palo verde, guaje, árbol del cielo, alisos, etc. Eso puede ayudar a sombrear y refrescar, pero la pérdida de los bosques y las selvas es una desgracia que no podremos resolver. Tenemos un futuro muy caliente.
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