miércoles, 30 de abril de 2025

¡Un, dos, tres, por todos mis compañeros!

 


¡Un, dos, tres, por todos mis compañeros!

 

Por Rodolfo Borja

 

Crecí jugando en un medio duro y disciplinado, desarrollando mi imaginación sin ser presionado. Libre. Mis padres me protegieron y me acercaron herramientas para que yo escogiera lo que mi espíritu considerara, siempre con su guía. Me enseñaron el sentido común, que incluía además del respeto a las personas. También a evitar las confrontaciones, excepto en casos extremos.

La disciplina y los valores entre muchas otras cosas que mis padres y algunos maestros de escuela me enseñaron hasta llegar a esta etapa son invaluables y con estas personas siempre estaré agradecido.

Como adulto he conocido las pasiones humanas con aciertos y errores. Afortunadamente he ido aprendiendo a perdonar y a perdonarme para hacer más fluida la existencia.

No soy dado a las celebraciones oficiales, pero me gusta aprovecharlas para subrayar alguna inquietud, y este día es importante para el caso.

Desde hace tiempo la educación (de Educere, sacar lo mejor de la persona) fue estandarizada, tratando a los alumnos como si fuésemos todos iguales, cosa que no es así. Cada uno somos individuos irrepetibles, con cualidades genéticas únicas, el espíritu con el que cada uno nacemos determina en gran medida nuestro camino por esta vida y, si somos instruidos, no educados, seremos en mayor o menor medida seres humanos influidos por los planes de estudio que casi siempre solo buscan mano de obra para los engranes del sistema, sin valorar que somos mucho más que eso.

Peor aún: sumando esto a los medios de comunicación (más del 90% son de los mismos dueños) da por resultado lo que fácilmente se puede apreciar en las generaciones más jóvenes. En las redes sociales y en la calle se busca la gratificación instantánea sin esfuerzo, el lenguaje lleno de garabatos que al usarlos impiden hacer más conexiones neuronales con las cuales se desarrolla más la inteligencia.

El exceso de información actual confunde aún más la capacidad de opinar, sobre todo si no se tiene el hábito de la lectura, que ha sido sustituida en mucho por los videos de entretenimiento, y causa gran flojera para investigar. Y así la lista continúa.

“El niño interno es la parte más pura de un ser humano, la parte que está conectada a el alma, no tiene límites para crear, jugar y está lleno de dones divinos.

No ha sido tocado por la programación del mundo, su imaginación no tiene fronteras, juega sin miedo y sueña sin límites”

Protege al niño interno, protege tu derecho a jugar y a ser un individuo creativo, balanceando con la disciplina del adulto nos hará mejores en este camino.

Saludos cordiales para todos y todas.

 


Rodolfo Borja Martínez es miembro fundador y director desde 1980 de la agrupación Eskirla, la cual es pionera en México, junto con un puñado de bandas de rock en español, de esta corriente musical, de que regresara para quedarse en la aceptación del público, siendo ya reconocida como parte de la diversidad cultural de nuestro país. Ha producido y coproducido el material registrado de Eskirla y de su autoría –música y letra– son los temas grabados a lo largo de su carrera contenidos en varios discos.

Viudas

 

Foto: Pedro Chacón

Viudas

 

Por Fructuoso Irigoyen Rascón

 

La araña Patiña era más vieja que la araña Panfilia. En años humanos, el equivalente de su edad rondaría los ciento veinte. Panfilia, sin embargo, no parecía muy consciente de ello, pues se la pasaba haciéndola renegar y ver su suerte. 

—Mira el reloj de arena colorado en mi vientre. Si te fijas bien, notarás que pronto, muy pronto, marcará mi muerte. Así que déjame en paz. Ve a ver si hay una mosca nueva en la telaraña y hártate.

Y ni qué decir: la telaraña era una auténtica obra de arte. Era evidente que la mitad superior, más sólida y reluciente, había sido tejida por Patiña, mientras que la inferior, un tanto menos firme pero casi igual de bien terminada, era creación de Panfilia.

—¡Caray, tía, no aguantas nada! —reclamó Panfilia.

—Con la muerte tan cerca, lo que menos deseo es estar jugando contigo.

—Pues quiero que sepas que yo también tengo en mi panza el reloj de arena colorado, y de ninguna forma me dice cuándo he de morir. Es más, creo que hasta las arañitas recién nacidas lo llevan. No significa nada, solo que somos arañas.

—Hembras, tú dirás.

—Sí, viudas negras.

—Y sabrás por qué nos llaman así.

—Bueno, los chilangos nos dicen capulinas. Pero sí, sí sé por qué nos llaman viudas negras.

—Aunque tú todavía no has hecho nada para justificar ese apelativo.

—Ya tengo un arañito en la mira.

—Y según la tradición, después de una noche de amor te lo comerás.

—Sí, ya lo saboreo.

—¿Qué, la noche de amor o el festín que sigue?

—Las dos cosas, tía Patiña.

—Ya que estamos hablando de temas escabrosos, te contaré una historia que nunca he compartido con nadie.

—¿Ni con mi mamá?

—No, ni con ella.

—Soy toda oídos.

—A lo largo de mis muchos años pasé por la secuencia que nos da nuestro nombre: amor, muerte y festín más de cincuenta veces. Pero hubo una vez que fue diferente: después de la noche de amor lo dejé ir.

—¿Pero por qué, tía? ¿Por qué?

—La forma en que me miró después del acto, me dejó saber que este no era como los demás. Tenía una dulzura, una ternura muy especial.

—¿Y qué pasó?

—Se puso de pie sobre sus ocho patitas, dio la vuelta y se fue sin decir nada.

—¿Y supiste algo de él después?

—Oí que otra viuda que no le miró a los ojos, lo devoró.

—¿Qué hubiera pasado si, en vez de ir con otra, hubiera vuelto contigo?

—¿Creerás que lo he pensado muchas veces? A veces creo que lo hubiera dejado ir otra vez; otras, pero no siempre se puede decir no a la proteína que camina en esas ocho patitas.

—¿Proteína?

—Eso dicen algunos biólogos: que nos comemos al macho por su alto contenido proteico, y que eso tiene valor evolutivo.

—¡Para proteínas, las moscas! ¿Valor evolutivo? ¿Qué, nos saldrán alas?

—A mí también me parece un razonamiento poco afortunado. Más bien creo que devorar al macho es una declaración de principios: “Fuiste mío. No serás de nadie más”.

—¿Aun el que dejaste ir?

—Aun ese.

—O sea que sí pensabas que iba a volver a ti.

—Tal vez lo pensé, pero él prefirió ir hacia una muerte segura.

—¡Ay, Tita! ¿Por qué me contaste esa historia?

—Para recordarte que, como viuda negra, puedes hacer lo que se espera de nosotras, pero que si no lo haces, también está bien. No pasa nada.

 


Fructuoso Irigoyen Rascón, autor de Cerocahui, una verdadera épica de la región, es médico con especialidad en psiquiatría, con una vasta y brillante práctica profesional. Es autor, además, de los libros Tarahumara Medicine: Ethnobotany and Healing among the Raramuri of Mexico y Nace Chihuahua, Gabriel Tepórame y Diego Guajardo Fajardo, los forjadores.

Cuando platicas

 


Cuando platicas

 

Por Sergio Torres

 

Me gustan tus ojos, tu sonrisa, las palabras que eliges cuando platicas conmigo, cuando le hablas a un niño, cuando le comentas algo a alguna amiga o cuando le dices a tu hijo que llegarás a casa más tarde, que se caliente la comida y siga con su vida, total, lo estás criando para que sea independiente.

Me gusta el coqueteo entre nuestros ojos, tomarte de la mano, acercar mi cuerpo mientras bailamos y abrazarte con alegría en cada encuentro y en cada despedida. Sentirte cerca es como el sol después de un par de semanas de días nublados, eres el arco iris, mi propia pizca de brillo de sol para iluminar mi vida. Bueno, no.

Eres toda tuya, tus quehaceres y tus preocupaciones te retienen en un espacio donde tus límites no van a dejarme pasar, y está bien. Aunque tenemos el mismo tiempo, tus horas se llenan de otras acciones y otros amores que requieren de tu cercanía. Está bien.

 


Sergio Torres. Licenciado en Artes, músico desde la infancia, dibujante y compositor de canciones. Maestro de música por vocación.

martes, 29 de abril de 2025

Se parece


 

Se parece

 

Por Sergio Torres

 

Se parece a ti pero no eres tú. Es posible que se ría de mis chistes, de las ideas locas que se me escapan como si no tuviera voluntad. Un poco por defender su persona del filo de mi mirada curiosa, un poco por complacer su vanidad, en la que se reconoce bella, inasequible.

Se parece a ti. Tiene ojos hermosos, prometen paraísos inefables y te aterrizan con brusquedad, no hay espacio para confusiones, a menos que ese sea el propósito de mirar como mira, atenazar la voluntad en un río de perfume, afeites para el cabello, sonrisas que invitan y te dejan pasmado, esperando una señal que no llega.

Se parece a ti. Sus labios celebran la vida e iluminan el silencio, derraman sabiduría y bromas, juegos verbales que la inteligencia traduce en frases que dicen más en lo que omiten.

Se parece mucho, como dos gotas de agua del mismo río, del mismo mar, de la misma lágrima con que lloro tu ausencia o celebro que vengas esta noche, cada noche, todas las noches, a regalarme el amor de tu piel y el calor de tu deseo.

Se parece a ti, me hace latir el corazón con un ritmo frenético, el mismo con que el amor acompaña a sus criaturas a celebrar la carne, la sangre, el deseo.

Se parece a ti, como canciones de moda se parecen unas a otras, pero no eres tú- Soy yo que te recuerdo en sus ojos, sus labios, su manera de regalarme el calor de su vientre y la tibieza de sus pechos.

Soy yo que le he puesto tu nombre y tus apodos al ritmo de sus caderas, al temblor de su voz, a la dulzura del volcán con que me aprisiona a causa de mi propio deseo.

Se parece a ti porque nadie y todas eres tú, porque el único fuego que me enciende eres tú.

 


Sergio Torres. Licenciado en Artes, músico desde la infancia, dibujante y compositor de canciones. Maestro de música por vocación.

lunes, 28 de abril de 2025

La multitud

 


La multitud

 

Por Sergio Torres

 

Pienso en ti. Incluyo a las miles de personas que he visto en la vida, las miles de caras que se han vuelto cotidianas por semanas, meses, años. Los amigos de primaria, Efrén, Abraham, JuanA, Alejandra. Los de secundaria, Alta, Armando, Lupitasss, Mimí, Renecop, Pelirred. Los de prepa, Edilberto, Claudia, Marisol, Marlene. Los que me regaló la universidad, Alma, Débora, Argelia, Aníbal, Raúl, Pablo. Los que me ha dado el teatro, Victor, Érika, Pol, Juan Pablo, Alicia, Ana, Jasset, Hernán, Ilya, Sandy, Cyn. Los que me ha dado la música: la OISM, los Silva, Mendoza, Trevizo, Hernández. Es claro que omito muchos, y aún faltan quienes me han sido regalados por la docencia, entre compañeros del mismo plantel, zona, subsistemas, madres y padres de familia y miles de alumnos. Sí. Son miles, considerando que, como maestro de música he atendido colegios con 14 grupos en primaria, 3 de secundaria, 6 de preescolar, tres jardines de niños con 3, 6 y 7 grupos respectivamente ¡es una multitud! Y todo para terminar olvidado.

Aún con esto, tengo tiempo y memoria para recordarte. Tus ojos, tu sonrisa, tus palabras, los mohines con que dices más de lo que tus palabras abarcan. En mi cabeza caben detalles precisos, preciosos, de algo que sentí en algún momento que compartí contigo. Todo esto se irá al olvido, por supuesto, pero no importa. Aunque estamos conscientes de la eternidad, nuestra humanidad nos hace frágiles, faltos de memoria. Sigue sin importar. Lo trascendente es que la siguiente generación sea capaz de seguir persiguiendo la felicidad con toda intención, que sea libre, incluso de nuestras historias.

Yo escribo a diario, como una forma de recordarme la brevedad.

Quiero que sepas, mi estimable lector, mi querida lectora, que me eres importante, que te aprecio, te quiero y me siento privilegiado de que estés aquí.

 


Sergio Torres. Licenciado en Artes, músico desde la infancia, dibujante y compositor de canciones. Maestro de música por vocación.

domingo, 27 de abril de 2025

Las paredes de los hospitales han escuchado más oraciones sinceras que las paredes de los templos


 Foto: Violeta C V

Las paredes de los hospitales han escuchado más oraciones sinceras que las paredes de los templos

 

(Texto atribuido a El Papa Francisco)

 

Las paredes de los hospitales han escuchado más oraciones sinceras que las paredes de los templos

Han presenciado besos más sinceros que los de los aeropuertos.

Es en los hospitales donde se ve a un homófobo ser salvado por un médico gay.

Un médico privilegiado salvando la vida de un mendigo.

En cuidados intensivos, se ve a un judío cuidando a un racista.

Un policía y un preso en la misma habitación recibiendo la misma atención.

Un paciente adinerado esperando un trasplante de hígado, listo para recibir el órgano de un donante pobre.

Es en esos momentos, cuando el hospital toca las heridas de las personas, que diferentes mundos se entrecruzan según un designio divino.

Y en esta comunión de destinos, nos damos cuenta de que solos no somos nada.

La verdad plena de las personas, la mayoría de las veces, solo se revela en momentos de dolor o ante la amenaza real de una pérdida irreversible.

Un hospital es un lugar donde los seres humanos se quitan las máscaras y se muestran como realmente son, en su estado más puro. En su esencia.

Esta vida pasará rápido, así que no la desperdicies peleando con la gente.

No critiques demasiado tu cuerpo. No te quejes en exceso.

No pierdas el sueño por las facturas. Asegúrate de abrazar a tus seres queridos.

No te preocupes demasiado por mantener la casa impecable.

Los bienes materiales deben ser ganados por cada persona; no te dediques a acumular una herencia.

Estás esperando demasiado: Navidad, el viernes, el año que viene, cuando tengas dinero, cuando llegue el amor, cuando todo sea perfecto.

Escucha, la perfección no existe.

Un ser humano no puede alcanzarla porque simplemente no estamos hechos para sentirnos plenos aquí. Aquí, se nos da la oportunidad de aprender.

Así que aprovecha al máximo esta prueba de la vida.

Respétate a ti mismo, respeta a los demás.

Recorre tu propio camino y deja ir el camino que otros han elegido para ti.

Respeto: no comentes, no juzgues, no interfieras.

Ama, perdona más, abraza más, ¡vive con más intensidad!

Y deja el resto en manos del Creador.

 

—Papa Francisco

En alguna ensoñación

 


En alguna ensoñación

 

Por Sergio Torres

 

Pienso en ti por la mañana, entre actividades,

en alguna ensoñación.

Después de comer,

antes de tomar un baño pienso en ti.

Cada mañana formas parte

de la rutina,

del pensamiento.

Es que me gustan tus ojos,

la forma en que miras

o nada

o todo.

Pienso.

 


Sergio Torres. Licenciado en Artes, músico desde la infancia, dibujante y compositor de canciones. Maestro de música por vocación.

El peso de la libertad

 


El peso de la libertad

 

Por Jesús Chávez Marín

 

Ya los dos estaban borrachos, y con discusiones así nunca se sabe. Margarito muchas veces le había dicho que no tomara nunca con los clientes, que no les hiciera caso y que se concretara a despachar en silencio lo que le pidieran y punto. Pero al muchacho se le hacían largas las horas y se tomaba una cerveza aquí, un tequila allá. Además, era medio alebrestado, nunca tuvo paciencia para lidiar a toda esa bola de habladores.

Ya nunca se supo ni por qué se pelearon. Era tarde y casi no había clientela, fue por eso que estuvieron alegue y alegue hasta que el otro agarró al joven del cuello de la camisa y lo sacó del mostrador de un solo jalón, le puso un trancazo en la cara y lo estampó cinco metros atrás, sobre el suelo lleno de aserrín.

Lo malo fue que aquel traía fajada la pistola; en cuanto pudo empezó a balacear al otro con un coraje bárbaro. Cuando menos pensó ya lo había matado.

El cantinero llegó corriendo. Rápido se dio cuenta de todo y sin decir otra cosa le ordenó al hijo que le entregara la pistola y se metiera rápido a la casa, que no saliera para nada.

Nos pidió de favor que le sostuviéramos la palabra, nos puso de acuerdo y se sentó a esperar, casi tranquilamente, en calma alucinada, con la pistola en la mano.

Pagó con diez años de cárcel la libertad de su hijo.

viernes, 25 de abril de 2025

Libre

 


Libre

 

Por Sergio Torres

 

Ella es libre, sabe lo que quiere, cuándo, cómo, de quién y por qué. No tiene dudas acerca de su valor y sus intereses. Tú puedes quererla cerca, quererla tuya, quererte dentro de su vida, su mesa, su cama, su corazón y eso no cambia nada sobre su alma: te dará lo que quiera darte, te negará lo demás, tres veces, si es preciso, antes de que llegue el alba. Aún así no podrás cambiar tu espíritu por uno menos dañado por el interés de tenerla cerca. Es tu dulce tormento saber que la quieres, saber que es de alguien más, de sí misma, para empezar, luego del tiempo y el viento, de la tierra y la libertad, de su voluntad cambiante y sus sueños, pesadillas y deseos... luego de algún afortunado infeliz que recibe sus besos, sus caricias, su tiempo.

Ella es libre, sin vínculos ni apegos, sin deseos influenciados, su voluntad es suya sola, de nadie más, ni hoy ni nunca.

Ella es libre. Si quieres correr junto a ella es necesario que también subyugues tus deseos a la libertad.

 


Sergio Torres. Licenciado en Artes, músico desde la infancia, dibujante y compositor de canciones. Maestro de música por vocación.

Sueño


 

Sueño

 

Por Guadalupe Ángeles

 

Por el espejo retrovisor:

dos en un abrazo

negro el vestido, lleno de flores

la inclinación del torso

animal de dos espaldas

                             dirían los antiguos

       bestia multicolor

 

 

Ya en camino, luego de la despedida

la voz de esa alegre bestia

tintineo en medio de la noche

escondía tras su diálogo

eso no lo vio

la seguridad del suceso:

                                     Ocurrió

 

Más tarde, a solas

ese suceder metió el sol en su pecho

y a cada respiración

la incandescencia volvía a encenderse.

 

En la noche la poesía

  esa voz de timbre claro

                                   hizo el prodigio

 

Después

en el aire limpio del mediodía

más luz

desde dentro cantando:

                                       ocurrió.

 


Guadalupe Ángeles nació en Pachuca, Hidalgo. Fue directora de la revista Soberbia. Entre sus obras se encuentran Souvenirs (1993), Sobre objetos de madera (1994), Suite de la duda (1995), Devastación (2000), La elección de los fantasmas (2002), Las virtudes esenciales (2005) y Raptos (2009). Ha colaborado en ÁgoraEl FinancieroEl InformadorEl OccidentalLa Jornada Semanal; en las revistas electrónicas nacionales Al margen y Argos y en las españolas: Babab y EspéculoPremio Nacional de Novela Breve Rosario Castellanos 1999 por Devastación.

jueves, 24 de abril de 2025

Tauro

 


Tauro

 

Por Karly S. Aguirre

 

A David Becerril

 

Signo: Tauro

Fecha: 20 de abril - 20 de mayo
Elemento: Tierra
Planeta regente: Venus
Piedra: Esmeralda
Día: Viernes, por su regente Venus
Etapa: La infancia a partir de los dos años, los terribles dos, por ser la etapa del despertar de los sentidos, la búsqueda de estabilidad y placer
Arcano: El Hierofante, o El Sumo Sacerdote

Tauro es el segundo signo del zodiaco y el primero de modalidad fija, lo que lo convierte en el gran estabilizador del ciclo zodiacal. Si Aries enciende la chispa del inicio, Tauro le da forma, constancia y solidez a esa energía. Su temporada se asocia con la plena primavera, cuando la naturaleza florece con fuerza, belleza y abundancia, reflejando el alma taurina: fértil, paciente y sensual.

Como signo de tierra, Tauro está profundamente conectado con lo tangible, lo físico y lo práctico. Le gusta construir lentamente, pero con firmeza, buscando seguridad material y emocional. Su naturaleza fija le otorga una gran perseverancia y resistencia, pero también una fuerte tendencia a la terquedad y a la rutina.

Regido por Venus, el planeta del amor, la belleza y el placer, Tauro tiene una afinidad natural por los placeres sensoriales: la buena comida, los aromas delicados, las texturas agradables y el arte en todas sus formas. Este signo valora la estabilidad, la lealtad y la comodidad, y busca rodearse de armonía y tranquilidad. Puede parecer lento para actuar, pero una vez que decide moverse, nada lo detiene.

Tauro representa la infancia a partir de los dos años, cuando el cuerpo empieza a despertar a través de los sentidos y surge la necesidad de pertenecer, de disfrutar y de establecer raíces. Comienza a ser consciente de lo que necesita, lo que quiere y cómo puede conseguirlo, a través de berrinches y obstinación. Es un signo que ama profundamente, con calma y firmeza, y su capacidad para construir relaciones duraderas y ambientes seguros es una de sus grandes virtudes.

Una de las formas más comunes de Tauro para demostrar su cariño es invitando a sus seres queridos a su casa y consintiéndolos con comida, ropa de buena calidad, experiencias agradables que activan lo más placentero de los sentidos.

 


Karla Ivonne Sánchez Aguirre estudió en el bachillerato de artes y humanidades Cedart David Alfaro Siqueiros, donde estuvo en el especifico de literatura. Actualmente estudia en la Facultad de Filosofía y Letras de la UACH. Escribe relatos y crónicas en redes sociales.

Pasas tanto tiempo en mi mente que apenas puedo creer que tengas vida donde se supone que estás cuando no estás aquí

 


Pasas tanto tiempo en mi mente que apenas puedo creer que tengas vida donde se supone que estás cuando no estás aquí

 

Por Sergio Torres

 

Pasas tanto tiempo en mi mente que apenas puedo creer que tengas vida donde se supone que estás cuando no estás aquí.

En la oscuridad de la madrugada, al despertar, tu pensamiento se desliza bajo la luz incipiente de la aurora. Hueles a arábiga, tostado medio, molido al instante. Tu sabor llena mi boca y tu calidez me abriga durante el día.

A la luz intensa, refractada miles de veces del sol de invierno, tu imagen se replica como arco iris en cada reflejo de cristal, metal bruñido, charco de agua. Estás aquí todo el tiempo.

Al caer la tarde, tu imagen se desliza con la misma fuerza con que un perfume invade el espacio.

Si vas a pasear todo el tiempo por mi cabeza, al menos ponte un cascabel, para no sentirme abrumado de ti, atacado por una mirada, una cadera que promete el paraíso, un par de labios que dando la vida matan.

 


Sergio Torres. Licenciado en Artes, músico desde la infancia, dibujante y compositor de canciones. Maestro de música por vocación.

miércoles, 23 de abril de 2025

Hotkeys

 


Hotkeys

 

Por Sergio Torres

 

Cuando estás conmigo sobran miles de palabras. Yo no pregunto, tú guardas silencio. Después del amor anoche, y esta mañana, me levanté lleno de ti, de la humedad de tu cuerpo, de tu olor a juventud, a cáscara de limón, lavanda, jabón Dove, al leve bouquet de la cerveza y a docenas de besos.

De pie junto al lecho en la penumbra invernal de las seis de la mañana, con siete grados centígrados, cielo despejado con nubes escasas, te miro dormir tan en paz, tan pura.

Mientras me baño, escucho tus movimientos en la alacena, enciendes la estufa, se abre el grifo y, un rato después, inundas la casa con la felicidad hecha café y hotkeys. Machista y todo, los gestos son fondo en esta relación.

Abro la puerta del coche, quitas el seguro de la puerta; bajo primero la escalera, tú te apoyas de mi hombro; pasas primero, agitas la cadera, y nos vamos juntos rumbo al trabajo.

 


Sergio Torres. Licenciado en Artes, músico desde la infancia, dibujante y compositor de canciones. Maestro de música por vocación.

Todos los caminos llevan a Medusa

 



Todos los caminos llevan a Medusa

 

Por Guadalupe Ángeles

 

En memoria de Eduardo, dueño de su ira.

 

Todo pensamiento es una amenaza. Esa es la esencia de medusa. Monstruo. Porque no serlo sería fracasar. Encontrarse a la deriva, como el ciervo que va a beber al río. 

       Demostrar monstruosidad.

       Se habla con frecuencia de la soledad del Minotauro. ¿Y Medusa? Cada cabello una serpiente. Cada día un hueco para llenar de muertes. Tal pavor le ha sido dado inspirar.

       Expira silencio.

       Todos los caminos llevan a Medusa.

       Se podría reflexionar sobre esta verdad, estaríamos en posición de sabernos en su piel sin desearlo. O quizá sí.

      Quien construye un bunker tiene temor a la muerte, quien introduce su cuerpo frágil en un disfraz de monstruo, también.

      Si recuerdas tu infancia quizá encuentres momentos que preferirías no haber vivido. Ahora puedes elegir y agradeces estar aquí todavía.

        Entiendes por dónde voy en busca de un punto de contacto. Nadie acepta a la primera ser llamado monstruo. O al menos convenir en que se ha fingido serlo por motivos prácticos: protegerse.

       Hay silencios que funcionan como medicina. Son amargos, pero al paso del tiempo hacen su efecto, el daño colateral es la forma en que somos vistos por lo demás al portar esos silencios como bandera, a la cual se honra con toda conciencia.

       Por poco que se decida ser comprendido, se es consciente de la inutilidad para ello de las palabras.

       Seres son hechos.

       O los hechos hacen a la persona, como quieras.

       Desmeduzarse es difícil. Cuesta una vida, y muchas veces la máscara del disfraz está tan adherida al rostro que no se despoja uno de ella sin arrancarse la piel. Entiendes entonces que resulta más cómodo pasar por monstruo y en el acorazado del silencio seguir viviendo, aunque pese.

       La muerte propia, la espiritual, viene de no poder andar libre por los propios pensamientos, poder mirarlos sin sentirlos como una amenaza. Por eso nace la contradicción. Si para vivir en el mundo es necesario demostrar fuerza, esa que quienes nos miren sientan como una amenaza, puede elegirse cultivar el diálogo lejos de la ira o vivir con la culpa, es decir, acorazado.

       Ojalá sea tiempo, para todos, de rehacer los caminos del diálogo, ojalá sea posible desprendernos del disfraz sin lastimarnos.

 


Guadalupe Ángeles nació en Pachuca, Hidalgo. Fue directora de la revista Soberbia. Entre sus obras se encuentran Souvenirs (1993), Sobre objetos de madera (1994), Suite de la duda (1995), Devastación (2000), La elección de los fantasmas (2002), Las virtudes esenciales (2005), Raptos (2009) y No es luz, mas enceguece (2023). Ha colaborado en ÁgoraEl FinancieroEl InformadorEl OccidentalLa Jornada Semanal; en las revistas electrónicas nacionales Al margen y Argos y en las españolas: Babab y EspéculoPremio Nacional de Novela Breve Rosario Castellanos 1999 por Devastación. Actualmente radica en Guadalajara.