Desolación
Por Gustavo
Hirales Morán
(vagamente inspirado en Dover Beach)
Estoy solo.
En la oscuridad
de mi cuarto:
de mi cuarto:
Me rodea el
silencio;
pero escucho sino el eco
de la melancolía.
pero escucho sino el eco
de la melancolía.
El dilatado canto del mar en retirada,
el respiro del taciturno viento.
Entrechocando, quizá precipitándose
hacia los pedregosos
acantilados.
Estoy solo en la noche
y me pregunto:
Si hubiéramos
querido sincerarnos
(a la salud de un mundo
que aun ahora parece yacer
frente a nosotros,
(a la salud de un mundo
que aun ahora parece yacer
frente a nosotros,
como una
prometida
tierra de los sueños,
tan diversa,
tierra de los sueños,
tan diversa,
tan hermosa
y tan nueva,
y tan nueva,
como una
blanca
alfombra de arena y espuma;
es la playa infinita que
circunda la tierra).
alfombra de arena y espuma;
es la playa infinita que
circunda la tierra).
¿Hubiéramos podido amasar
el valor de responder
preguntas esenciales?
¿Realmente
no tuvimos alegría?
Tanto amor ¿nunca ocurrió?
aquella luz que amamos,
¿fue solo espejismo?
Tanto amor ¿nunca ocurrió?
aquella luz que amamos,
¿fue solo espejismo?
¿No hubo paz
en el alma,
ni consuelo al dolor?
Aquí estamos ahora,
(estoy solo en la noche);
roto el silencio,
en ráfagas, en esta
oscura esquina de la tierra,
ni consuelo al dolor?
Aquí estamos ahora,
(estoy solo en la noche);
roto el silencio,
en ráfagas, en esta
oscura esquina de la tierra,
temblando
bajo señales ambiguas
de lucha, vuelo y trepidación,
de lucha, vuelo y trepidación,
“Mientras
ciegos ejércitos chocan en la noche”.
El protagonista de este poema reposa y recuerda los días alegres de cuando junto con otros edificaba la utopía; los compara con la soledad de su habitación a oscuras.
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