Cartas
Por
Elvira Catalina Gutiérrez
En la calle Segunda Poniente 1201, en Ciudad
Delicias, aprendieron a leer y a escribir mis hijos. Todos los días me
regalaban una carta con un dibujo y con las primeras letras. Ahora conservo
algunas, una gran colección, aunque fueron tantas que muchas la escoba se las
llevó.
Macario cada vez batalla menos para expresar sus
sentimientos, es más seguro, menos nervioso. Es muy creativo y le encanta
dibujar arco iris y dragones con muchas cabezas de colores.
Nicolás me puede hacer en un día hasta diez cartas
iguales donde escribe que me ama y tienen un dibujo de la familia. A veces pone
hasta los gatos. Me dibuja sentada escribiendo con él a un lado.
Entiendo que son los reyes de mi corazón. De
cualquier forma, este amor es incondicional. Aunque a su padre lo amo, admiro y
le agradezco eternamente el regalo de los hijos. Para él, el amor no es
incondicional. Es divertido, apasionado, de muchas formas puedo expresarlo. Mas
lo cobro. Hay condiciones para que mi corazón lata en su regazo. Solo él las
debe conocer.
Mi vida es una cadena de agradecimientos. A quien
hace posible que esté él conmigo, que viva yo con él. A mis padres, que con su
amor hicieron posible mi nacimiento. Y así sucesivamente hasta el principio de
los tiempos.
Elvira Catalina Gutiérrez. Licenciada en letras españolas por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Chihuahua. Tiene maestrías en educación y en periodismo. Es profesora de literatura en secundaria y trabaja en radio con un programa cultural. Es autora de un libro sobre el tema Juana de Ibarbourou y otro sobre educación literaria para niños, ambos inéditos. Durante varios años escribió periódicamente en la revista Exprés.
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