el libro de las
cosas perdidas
Pasternak y Hamlet
Por Giorgio Germont
La ola de censura y desinformación que invade hoy a la
Federación Rusa nos hace recordar los días amargos del sistema Soviético y sus
presos políticos. Por ejemplo, el Hamlet de Shakespeare y muchas otras
obras eran prohibidas en Rusia por el Soviet. El motive: supuestamente eran
contrarios a la ideología comunista. En aquel entonces, bajo el mando de Josef
Stalin hasta 1953 y después Nikita Kruschev, muchos intelectuales, artistas y
miembros de la intelectualidad rusa se encontraron en el lado opuesto a la
ideología comunista. Prevalecían los métodos que dieron la inspiración a George
Orwell para escribir 1984: espionaje, censura, opresión, tortura, exilio
y hasta la ejecución de aquellos que se oponían al régimen. Fueron millones los
que perecieron a manos del sistema estalinista.
Estos son los hechos que a la perspectiva de sesenta años
se consideran incontrovertibles, a los que dio veracidad el reporte de
escritores disidentes como Solzhenitsyn y su libro Archipiélago de Gulag,
publicado en 1973. Ahí relata su cautiverio en un campo de concentración y
trabajos forzados, por 37 años, en Siberia.
Entre las víctimas de la opresión política está Boris
Pasternak, ganador del Premio Nobel de Literatura en 1958. Kruschev le obligó a
renunciar al premio, prohibió la publicación de sus novelas y expulsó a Pasternak
del círculo de novelistas soviéticos. Lo convirtió en un exiliado en su propia
tierra, un paria. Su obra cumbre fue la novela autobiográfica Doctor Zhivago,
donde se refleja a sí mismo en el alter ego del personaje. En el apéndice de la
novela, el autor incluye varios poemas supuestamente de la pluma del personaje,
Yuri. Entre ellos uno de los más repudiados por el Soviet, fue el llamado Hamlet.
Las obras de Pasternak fueron publicadas en Rusia en 1988,
en la era de Gorbachov. Pasternak es ahora reconocido como un baluarte de la
literatura rusa y mundial.
Al morir Pasternak en 1960, en su servicio funerario se
dieron cita miles de admiradores del escritor. Uno de los asistentes declamó en
voz alta el poema prohibido, Hamlet:
Hamlet
El clamor del público se desvanece,
subo solo al escenario, me apoyo en el dintel,
trato de interpretar en los ecos lejanos
una señal de lo que me depara el destino.
La noche y el fango me invaden y me paralizan
hay miles de ojos enfocados en mí.
Padre Santo, si es posible, aparta de mí este cáliz
pero no se haga mi voluntad sino la tuya.
Amo tu obra y su obstinado ideal.
Cumpliré con gusto el papel que me asignaste,
pero hay otra obra en escena al mismo tiempo
y de esa obra, quisiera no formar parte.
El orden de los actos esta trazado y planeado
y nada puede detener la caída final del telón.
Me acecha la soledad, todo es falsedad a mi alrededor,
vivir mi vida hasta su fin no es un juego de niños.
Boris Pasternak, 1946
Los Poemas de Yuri Zhivago
Apéndice
Traducción al inglés de Ann Pasternak Slater
Traducción al español, GG, el autor
Se plantean aquí varias metáforas evocativas. Por
ejemplo, Jesús contra los fariseos, Hamlet y el espectro contra el Rey Claudio,
Yuri Zhivago y Boris Pasternak contra la opresión del comunismo.
La Unión Soviética desapareció en 1991 pero no así el
sistema represivo del Kremlin. Tales son los hechos claramente visibles en la
Rusia de Putin de hoy. Una imagen en espejo de la guerra fría.
Giorgio Germont estudió medicina en la UACH, ejerce su profesión en Estados Unidos. Ha publicado tres novelas: Treinta citas con la muerte (2005), Dos miserables entre la luz y la oscuridad, (2011). Ambas recibieron sendos galardones como finalistas de los concursos USA BEST BOOK AWARDS en los años 2007 y 2011 respectivamente. Las versiones en español de la primera, titulada Mis encuentros con la muerte y la segunda con el mismo nombre se publicaron en 2012 por Editorial Perfiles. En 2016 publicó su novela Rayo azul. Escribe en Estilo Mápula su columna El libro de las cosas perdidas.
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