Cocodrilo Bit
El reto de vender libros de manera independiente
Por Benito Rosales
En febrero de este año hice una publicación de autor de mi libro Metimos la pata, un cuaderno compuesto de cinco cuentos. Es mi quinto libro, para mí, de manera personal, en la carrera por generar el oficio de escribir, representa un gran logro. Más allá de los pros y contras que he mencionado en este mismo espacio sobre los desafíos de escribir de manera independiente.
El tema ahora, dejando esto de lado, es preguntarse ¿qué sigue? y una respuesta que pudiera resultar obvia, sería: escribir otro libro. Y puede ser, pero no en mi caso, al menos no ahora. Lo que sigue es vender el libro.
El reto ahora es lograr que el dinero que se invirtió en la impresión y todo el trabajo relacionado con la obra: la corrección de estilo, el prólogo, la maquetación, etcétera, tenga un retorno. Si bien, lo ideal sería generar una ganancia, si por alguna razón no es posible, al menos no tener pérdidas. Y en esta parte del proceso estoy.
La edición constó de 100 ejemplares, de los cuales, llevo vendida aproximadamente la mitad. Y, curiosamente, no las he vendido en presentaciones del libro, de las cuales he hecho tres, y en las cuales solo he colocado cuatro de ellos, sobra decir que es una cantidad muy mínima, además de que las presentaciones son actividades donde también se tiene que invertir, pues a menudo los lugares te cobran una renta del local, y en otras, hay gastos de traslados, cooperaciones, consumo mínimo, todo eso.
En el caso de Metimos la pata la mayoría de los libros los han adquirido mis contactos de Facebook. Los compañeros o amigos escritores independientes no se han interesado en el cuaderno. Esto último es algo que entiendo poco: por un lado pienso que al ser escritores independientes tienen mucho que leer y leen seguido, y que un libro más o un libro menos menos, como el mío, ni les va ni les viene. Pero también pienso que si yo fuera ellos lo compraría por mera curiosidad, o solidaridad, pensando que eventualmente los papeles se van a invertir; pero bueno, no ha sucedido, o ha sucedido muy poco.
La otra cara de la moneda son los amigos que sí lo han comprado y es gente que sí, efectivamente, en su gran mayoría tiene una amistad con un servidor, o un vínculo de sangre, y desean más allá de leer, apoyarme, y eso es lindo. Y si bien finalmente se cumple la misión de colocar el libro, sigue estando en mí el deseo de que alguien lea el libro y lo hago por el libro en sí.
No sé si en mi carrera por convertirme en escritor suceda, no sé si logre llegar a ese punto donde una persona vea un título con mi nombre y desee adquirirlo porque quiere leer las historias que vienen. No lo sé. Lo cierto es que en esta experiencia de Metimos la pata parece ser que estoy muy lejos. No es esto una reflexión catastrófica, tampoco de renuncia, es solo detenerse en una parte del camino para reflexionar sobre lo difícil que es escribir y circular la obra de manera independiente, sin asesores de venta, sin canales de distribución, sin formación en marketing, sin nada de eso. Con solo la vocación de escribir.
Benito Rosales Barrientos nació en Monterrey, ha participado en talleres literarios de su ciudad natal. Es autor de los libros: Sobre la cornisa del laberinto, poemas; Cuando estos cielos caigan como ojos de gato, poemas; Las flores del jardín, cuento, 2017; La niña y la serpiente, cuento, entre otros.
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