miércoles, 13 de marzo de 2024

En cuaresma y semana santa, judíos. Alberto Heredia Castillo

En cuaresma y semana santa, judíos

 

 

Por Alberto Heredia Castillo

 

 

Un sacerdote de Catedral nos decía a los monaguillos “No sean judíos” cuando consideraba que algo hacíamos mal en la iglesia.

Mi mamá me cacheteó una vez que otro amigo y yo, siendo adolescentes, nos tomamos medio litro de tequila en viernes santo y me dijo:

―Judío, en lugar de ir a Misa.

Los católicos de hoy y los cristianos de la Edad Media y el Renacimiento español pensaban, sin preguntarse nada, que los judíos sefardíes eran culpables de la muerte de Cristo en la cruz y causa de todos los males que ocurrían en las ciudades de Castilla y Aragón, como las pestes y las extremas sequías que acababan con las siembras, las huertas de olivo y los ganados.

Miles de sefardíes fueron perseguidos, desterrados, quemados en la hoguera; sus mujeres e hijas violadas por los soldados y excomulgados por la Santa Inquisición de Fray Tomás de Torquemada (cuyos ancestros fueron judíos), confesor de la reina Isabel la católica, que ordenó sacar de sus dominios a los judíos primero y luego a los musulmanes para seguir con los gitanos.

Los sefardíes dejaron sus inmensas fortunas, sus tierras, sus enseñanzas, su inigualable medicina, que al igual que la árabe era lo más adelantado de aquella época. Se ha escrito que las motivaciones principales no fueron las religiosas sino los bienes materiales y las grandes deudas que tenían los nobles, el mismo rey Alfonso y los comerciantes españoles, con los judíos.

Hoy mucha gente sigue pensando que los judíos son malos por haber crucificado a Cristo y en Semana santa se recuerda a Caifás y los jueces del Sanedrín, a Judas y al mismo Cristo vilipendiado y sacrificado.

A los romanos, que fueron quizá los principales interesados en acabar con un posible líder de las muchas insurrecciones de los zelotes contra su ocupación imperial, no se les culpa como a los primeros. Es que la Iglesia es católica, apostólica y romana…

Dicen que una cosa es ser judío y otra ser sionista. Lo primero se refiere, de acuerdo a los que entienden, pertenecer a la raza de Moisés, de David, de Saúl, vivir de acuerdo a las leyes mosaicas y, lo segundo, pertenecer a una corriente nacionalista dirigida por la élite política que desde diversos países como USA y otros europeos, han tratado de implantar su predominio en el Medio Oriente y borrar del mapa a los palestinos que habitan desde hace milenios una tierra que les fue común y que gozaron en armonía con los judíos.

Los habitantes de Gaza sufren lo que han llamado un genocidio, porque lo que viven no es guerra, Hamas es ajeno a ellos, fue creado por el Mossad: dicen y para justificar el despojo de esa franja de tierra que es pequeña, pero que significa mucho en la geopolítica y en la riqueza petrolera y de gas que hay en su mar patrimonial.

Es un tema de nuestros días que nos recuerda lo que en 1846 a 48, vivió y sufrió México con sus vecinos de EEUU en expansión.

 

 

 

Alberto Heredia Castillo nació en Chihuahua el 2 de julio de 1945. Escuela José Ma Mari 138 y Colegio Patria, la primaria, Benemérita Escuela Normal del Estado, Normal Superior José E Medrano. CCHEP. PCM. PSUM. PRD. Morena. Jubilado.

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