La columna de Bety
El Océano
Por Beatriz Aldana
Bueno, aquí voy. Estaba
viendo con inmenso gozo las vacaciones de dos lindas damitas, Juanita y Rocío.
La primera en lugares hermosos de nuestro México y la segunda en lugares
maravillosos de Francia.
Aparte de disfrutar de lo
que ellas comparten en redes sociales, me vienen a la cabeza los gratos
recuerdos de mis viajes, ya que fui una perenne viajante hasta hace unos veinte
años. Recorrí casi todo mi maravilloso País, estado por estado; solo me
faltaron las dos penínsulas, la de Baja California y la de Yucatán.
Haciendo introspección me
doy cuenta de que ahora no me nacen los deseos de viajar, como que de pronto
sentí la necesidad de permanecer un tanto quietecita, bueno, seré más franca y
honesta, me detiene un poquitín el ver tanta noticia que hasta cierto punto me
genera un ligero temorcito, amén de mi poca tolerancia ya a diversas comidas,
aunado a un poquitín de peso corporal bajo, un ligero cansancio cuando hay
jornadas de caminatas o paseos prolongados. Por supuesto todo esto lo achaco a
mi avanzadita edad, pues ya no soy una joven de sesenta años, ya los sobrepaso
por más de una decena.
Recientemente tuve
invitaciones por parte de queridas amigas. Una de ellas me invitaba a Europa a
celebrar su cumpleaños, acompañada de cuatro amigas más. También otra querida
amiga me invitaba a Alemania y a otros países, y ¡zas! que un poco temerosa de
la ola de calor que se extendió recientemente por Europa me hizo meditar en lo
poco inadecuada que sería mi compañía, en fin, me he visto precisada a cancelar
viajes muy deseados por mí, uno de ellos a Tijuana con la finalidad de celebrar
la misa por mi 70 cumpleaños.
Fue en aquel tiempo en que
mantenía contacto con un Templo cuyo párroco es de mi gran estima.
Otro de aquellos que no realicé
fue a Estambul, donde pretendía conocer en persona al actor a quien le apodan
"la bestia turca" por su apariencia y apostura física, cuyo nombre es
Ibrahim Celikkol, a quien conocí como Ali Nejat en la maravillosa serie de Netflix
Intersection.
Luego hubo otra cancelación:
Mi deseado viaje a España, especialmente a Madrid, donde conocería
personalmente al actor Pedro Alonso, de la también serie Netflix Berlin,
La casa de papel. Me permito comentar que estos actores, a pesar de su galanura
y su fama son muy cercanos a sus fans, incluso se toman el tiempo de contestar mensajes
(aún y cuando fuere mediante su equipo de comunicación). Eso es lo que hace
grandes a estos caballeros.
En fin, ya dudo mucho que,
dadas las manecillas de mi reloj biológico, me atreva a programar algún viaje
de esas dimensiones; lo más lejos que últimamente he llegado es: A Creel,
Parral, Camargo, Delicias, Nuevo Casas Grandes, y aun así, al regresar me tomo
dos días de reposo absoluto.
Así que ¿cómo la ven? ¿Verdad
que ya no sería posible emprender un viaje atravesando El Océano?
Beatriz Aldana es contadora y siempre ha trabajado en la industria y en corporativos comerciales. Gran lectora, escribe y produce crónicas de video en sus dos blogs de Facebook, además de La columna de Bety en Estilo Mápula.