Argumento de
la infiel
Por Agustín
García
Perdóname,
amor, lo imperdonable.
Yo tengo en
ti al hombre de mi compañía,
el varón
virtuoso o imperfecto –eso no importa–,
que cobija
con mandato tierno
y cierta gélida
distancia.
Fervor que
al paso de los años es efluvio,
humo de
copal
pero
presencia, al fin.
Mi guardián
de niebla, guerrero de agua, brisa,
sombra
contra la inclemencia de estar sola.
A veces
estoy sola, sí, y tú a mi lado
vigilas como
un ciego:
sin verme,
sabes cuánta sed,
cuánta
carencia y hambre me acontecen.
El puñal de
tu mirada me atraviesa y no me toca;
se va, quién
sabe a dónde.
Sin ir
lejos, mi palma extiendo apenas
para que
otros lleguen a comer de mí.
Yo, la
carente, dadivosa.
Pero no te falto,
amado, siempre estoy.
De tu amor
extraño, del que tomo un poco cada día,
caen migajas
que no te vuelven pobre:
no me quitan
lo que no me das.
Acepto tus
dones, tu modo de ser mío en fantasma,
de estar y
no estar.
Completo a
mi modo la sutil estampa de tu amor:
destellos transitorios,
golpes, roces,
gritos duros
como rocas,
besos como
chubascos me alcanzan.
Sí. Yo, que
no soy etérea,
que te
nombro en la proximidad,
puedo hallar
cuerpos opacos, ásperas manos,
voces
tristes o amables que arañan mis oídos;
hay bullicio
y vida en torno.
Y siempre
vuelvo a ti, amado,
a descansar
en el centro de tu nube;
al sueño que
de ti forjo sublime.
Agustín García, poeta, es autor de los libros Yo es solamente un hombre que se aleja, Entrelíneas. Selección
de las obras ganadoras del Concurso Binacional Fronterizo de Poesía
Pellicer-Frost 1996, Breve animación, Dandismo y asesinato
estético en la novela Ensayo de un crimen, de Rodolfo Usigli.
Actualmente produce libros colectivos, lecturas y actividades varias
relacionadas con la literatura.
Podría ser la oración emocionada de una viuda, o el canto de amor de una enamorada esposa pletórica de vida, eso cada lectora decide; es ya su poema este de Agustín García.
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