El enemigo más amigo
Por Martha
Estela Torres Torres
Uno espera de los amigos una palabra de aliento, una mano que sostenga
por un momento nuestro pesar; una muestra de consuelo que disipe el dolor; una
prueba de solidaridad o un simple e insignificante apoyo que sin duda
contribuirá a levantarnos el ánimo. Sin embargo, a veces nos enteramos de que
algún amigo(a), que se decía serlo, se ha reído de nosotros tal vez porque
insistimos en alcanzar una meta, porque trabajamos para cristalizar un sueño o
simplemente porque persistimos en la contienda a pesar de haber perdido el
horizonte.
Los enemigos, aún los acérrimos, saben que somos capaces de seguir en
el intento y que podemos escalar las montañas imitando inevitablemente a
Sísifo. Algunos nos tienen antipatía porque han visto que direccionamos el
camino. Ellos reconocen y se apartan, tal vez envidiando las contadas uvas que
cosechamos, pero debemos agradecerles porque con sus críticas nos obligan a corregir,
y con su reprobación nos impulsan invisiblemente a persistir a pesar de la
tristeza o de la ocasional impotencia.
Los supuestos amigos conocen nuestra nobleza y la han etiquetado de
debilidad. Conocen las tristezas y el color de nuestro llanto, pero nos
consideran sin carácter; piensan que la sensibilidad es debilidad y no
fortaleza. Ellos conocen nuestras limitaciones y nuestros hierros, por eso
aprovechan el justo momento para zarpear el corazón.
Hemos decidido, desde ahora,
amar más a los enemigos como aconseja el profeta, aunque afecten sus críticas;
por lo menos tenemos la certeza de que son sinceros y clara su descortesía,
pero a Dios gracias guardan distancia.
Los pseudoamigos creen que debemos perdonar eternamente y que pueden
finalmente dominarnos a voluntad, es cierto, a veces tendemos lazos para
salvarlos del torbellino, pero tal vez, al comprobar su falsedad, lo mejor será
soltarlos antes de que termine la tormenta.
Consideran, seguramente, que sus argucias surten efecto, pero no se
han puesto a pensar que nuestra perseverancia los pone en desventaja, ya que
sin duda tenemos más sueños, más tenacidad y por supuesto la aspiración mayor de
conocer y descubrir auténticos amigos.
Martha Estela Torres Torres
acantiladosdelanoche@hotmail.com
Martha Estela Torres Torres tiene licenciatura en letras españolas y maestría en humanidades. Entre sus libros publicados están: Hojas de magnolia, La ciudad de los siete puentes, Arrecifes de sal, Cinco damas y un alfil, Pasión literaria y Árboles en mi memoria, Seis lustros de letras y La cólera del aire. De 2009 a 2018 fue profesora de literatura en la Facultad de Filosofía y Letras y acutalmente es editora en la Universidad Autónoma de Chihuahua.
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