viernes, 12 de febrero de 2021

Luis Fernando Rangel. La muerte del Chato Nevárez

 

v/ lfr

La muerte del Chato Nevárez

 

 

Por Luis Fernando Rangel

 

 

a Manuel Flores Nevárez

 

 

Refunfuñó apenas le pusieron las manos encima. Lo apresaron unas horas antes del anochecer. Lo agarraron descuidado. Le dijeron: Chato, ya te cargó la chingada. Y él asintió sonriendo. Ni siquiera se inmutó. Tiró las armas al suelo y se acercó al Capitán para entregarse. Nomás le pidió dos cosas: que le dieran un trago de aguardiente y que lo dejaran torear antes de fusilarlo. Y el Capitán no tuvo de otra. Se lo cumplió. Le dio un trago de aguardiente y le consiguió al toro y una plaza improvisada en medio del pueblo.

 

Ándale, cabrón gritaba el Capitán, ansioso porque la corrida llegara al final. Entonces Nevárez se preparó para finalizar.

 

Se aproximaba la última estocada. El toro ya estaba cansado y la cosa era fácil. Pero el Chato se abrió la camisa y se hincó en la arena. Apretó los ojos lo más que pudo e infló el pecho. El toro se aproximaba veloz y él solo escuchaba los gritos del Capitán.

 

Pinche cabrón, levántate, levántate, rápido.

 

Ese mismo día, bajo la noche clara, el Capitán mandó fusilar el cadáver del famoso Chato Nevárez.

 




Luis Fernando Rangel es licenciado en letras españolas por la Universidad Autónoma de Chihuahua. Actualmente es Jefe de Unidad Editorial en la Facultad de Filosofía y Letras de la UACH, donde es editor responsable de la revista Metamorfosis y conductor del programa radiofónico El Pensador en Radio Universidad. Es autor de los libros Hotel Sputnik, Conversación de dos gatos, Poemas para un Lugar Común, Dibujar el fin del mundo y Los líricamente desmadrados. En 2019 coordinó el taller de poesía y la antología No haremos obra perdurable. Recientemente obtuvo el IV Premio Nacional de Poesía Germán List Arzubide con la obra Corridos de caballos.

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