Y yo
también allá donde usted me intuye
Por
Rubén Alvarado
Mi
abuelo decía que los poetas al morir se transforman en fantasmas. Risas ocultas
que nadie ve. Se ignora de donde aparecen y sin embargo no se les puede negar.
Los
hombres temen debido a su naturaleza humana, no porque el fantasma quiera
asustar. Ellos tienen otras ocupaciones; entre ellas, hacer literatura, claro
son fantasmas y no se les puede censurar, porque: ¿a quién censuraríamos? ¿a
dónde dirigiríamos nuestras palabras?
¿Ha
leído usted alguna vez sus poemas? Sí, los que escriben desde otro lugar que no
es sino una añorada distancia que se desvanece entre sus dedos y pregunta por
sí misma. Es por eso que estoy terminando este cuento, para que lo lea usted.
Rubén Alvarado (1959 – 2008) estudió la carrera de lengua inglesa en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Autónoma de Chihuahua. Escribió cuentos y relatos de literatura fantástica y de narrativa realista. Trabajó en El Norte de Chihuahua, donde coordinaba una sección diaria de una plana completa llamada “Armario de Cronos”. Publicó en la revista El cuento y en otras publicaciones literarias. En 1994 apareció su libro de cuentos Cosas de la mala suerte, publicado por la editorial Climent i boldó.
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