miércoles, 24 de abril de 2024

El Camino. Marco Benavides

El Camino

 

 

Por Marco Benavides

 

 

Un trayecto que se despliega como serpiente de asfalto a través del vasto lienzo de Chihuahua lleva consigo historias impregnadas de sol y melancolía. Es un viaje que transcurre entre las sombras de los días y las noches, donde el tiempo se desdibuja y la brisa acaricia los cabellos de los viajeros como un amante fugaz.

Las imágenes nos transportan a un mundo donde la simplicidad de la vida se entrelaza con la promesa de la carretera abierta. Una narrativa tejida con hilos de nostalgia y esperanza, donde cada palabra es una pincelada que da vida a los recuerdos y los sueños.

Manejando por la carretera, con el sabor de la hierba en los labios, uno se pregunta cuánto tiempo permanecerá en ese lugar. La pregunta flota como las nubes perezosas que se observaban en la infancia, mientras la familia se detenía junto a la carretera, maravillada por la belleza efímera del cielo. El Camino se convierte así en un símbolo de libertad, un recordatorio de que el destino está siempre a un giro del volante.

Las estaciones pasan, pero el espíritu del viaje permanece inalterado. En la luz dorada del sol, los días parecen extenderse hasta el infinito, mientras que las noches, embriagadas de misterio, son más intensas que la luz de la luna. Es en esos momentos fugaces, cuando el viento acaricia el rostro y los pensamientos se vuelven claros, uno sabe que es hora de partir. Porque en el horizonte lejano la carretera llama: el corazón del viajero late al ritmo de sus sueños.

En la partida hay una sensación de despedida. Las estrellas fugaces surcan el cielo mientras uno espera el autobús, anhelando el destello de magia que solo puede traer una caída de estrellas. Y aunque el destino sea incierto, la certeza de que siempre se puede cambiar de rumbo persiste. Canta el alma errante, reconociendo la imprevisibilidad de la vida y la belleza efímera de sus momentos más intensos.

Y así, con un adiós cargado de gratitud, uno se despide de ese lugar donde las densas nubes flotan en el aire, un recuerdo vívido de la inocencia perdida y los sueños. Porque la magia del camino no reside en el destino final, sino en el viaje mismo, en los encuentros fortuitos y las experiencias compartidas a lo largo de su sinuoso trayecto.

En última instancia, El Camino es más que una canción; es un himno a la libertad, a la búsqueda incesante de significado y aventura, un recordatorio de que, aunque pueda ser largo y lleno de baches, cada paso nos acerca un poco más a la comprensión de nosotros mismos y del mundo.

Y así, con el viento en la espalda y el sol en el rostro seguimos adelante, hacia el próximo horizonte, con la esperanza como brújula y la música como guía. Porque en el camino de la vida cada curva nos reserva una sorpresa, y cada canción, una historia por contar.

 

23 abril 2024.

 

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Marco Vinicio Benavides Sánchez es médico cirujano y partero por la Universidad Autónoma de Chihuahua; título en cirugía general por la Universidad Autónoma de Coahuila; entrenamiento clínico en servicio en trasplante de órganos y tejidos en la Universität Innsbruck, el Hospital Universitario en Austria, y en el Instituto Mexicano del Seguro Social. Ha trabajado en el Instituto Mexicano del Seguro Social como médico general, cirujano general y cirujano de trasplante, y también fue jefe del Departamento de Cirugía General, coordinador clínico y subdirector médico. Actualmente jubilado por años de servicio. Autor y coautor de artículos médicos en trasplante renal e inmunosupresión. Experiencia académica como profesor de cirugía en la Universidad Autónoma de Chihuahua; profesor de anatomía y fisiología en la Universidad de Durango. Actualmente, investiga sobre inteligencia artificial en medicina. Es autor y editor de la revista web Med Multilingua.

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