Cocodrilo Bit
Mis estrategias de venta
Por Benito Rosales
En otro momento he escrito en esta columna sobre el reto de vender libros que tenemos los autores independientes. Difícil tarea para quien no es vendedor, para quien no tiene acceso a canales de distribución, ni tiene conocimientos de marketing, y que su vocación se centra en escribir. Quiero ahora, de manera complementaria a lo dicho, hacer una reflexión sobre las estrategias de venta que un servidor ha realizado a lo largo de cinco libros publicados. Quizá alguien, leyendo este texto, en una situación similar, encuentre respuestas a la gran pregunta: ¿cómo vender libros?
Las personas que han adquirido mis libros son amigos, conocidos que saben de mi vocación por escribir y que cuando se enteran de que tengo una publicación nueva están dispuestos a pagar 100 o 200 pesos que vale el libro. Mi red de amigos es donde mejor circulan mis textos. Parece algo obvio, pero no quise omitirlo ni darlo por hecho. Mi familia sí me ha comprado libros, pero no tantos cómo se pensaría, quizá por el vínculo que hay de cercanía y por la ignorancia, dicho esto sin dolo, de lo que hay detrás de la publicación. Su expectativa es que sea un regalo de mi parte, lo cual, muchas veces ha sucedido.
Otra estrategia para lograr colocar libros han sido las presentaciones del libro, sobre todo en las que hay público o son realizadas en espacios culturales muy posicionados o identificados, como cafés literarios, casas de la cultura, librerías, etcétera. Sin que, dicho sea de paso, sea la mejor estrategia a partir del costo beneficio, al menos no en lo económico, porque exige una inversión para cada evento, como la renta de un lugar, el pago a las personas presentadoras, bebidas, alimentos, transporte.
Lo que mejor le ha funcionado a un servidor son las ferias de libros y eventos similares. Mi mejor venta de un libro la obtuve en una edición de la Feria Internacional del Libro del ITESM con Cuentos del cocodrilo, donde vendí alrededor de 20 libros. Número nada extraordinario para las grandes ediciones de miles de ejemplares, pero que para una edición de autor de 100 ejemplares es todo un suceso. En la UANLeer, la feria de la UANL, no he tenido tanta suerte, pero he logrado vender desde un solo libro hasta cinco, y esto a partir de circular publicaciones en redes sociales, hacer promociones, guardias en el stand, todo eso.
Algo que también ha funcionado es hacer preventas, es decir, vender el libro antes de que se imprima. Lo más reciente que he hecho en este “portafolio de estrategias de venta” fue la entrega a domicilio de un libro. Aprovechando el acceso de un servidor a un coche, estuve vendiendo mi libro en con la promoción de que el libro sería entregado en el domicilio. La actividad me funcionó en el sentido de que la mayoría de los libros que he vendido de Metimos la pata, mi más reciente publicación, fue así. Pero en un análisis más profundo, no tanto. Si hago las cuentas de la gasolina y el tiempo quizá me llevara una sorpresa, pero bueno, al final encontrar un lector, alguien interesado en el libro, se logró.
¿Son estas las mejores estrategias? No, pero son las que un servidor ha encontrado. Me queda claro que no son suficientes, como también me queda claro que no he explorado todas las posibilidades, como por ejemplo la venta por medios digitales como Amazon o Google Books. Tampoco he probado los libros a comisión en librerías locales. Seguramente en este camino de escribir encontraré otras fórmulas y afianzaré algunas de las aquí descritas, solo con el tiempo lo descubriré.
7 abril 2024
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