lunes, 15 de abril de 2024

Vacío. Almudena Cosgaya

Dintel de Almudena

Vacío

 

 

Por Almudena Cosgaya

 

 

Gabriel vivía en una ciudad bulliciosa, llena de ruido y movimiento; a pesar de estar rodeado de gente, se sentía vacío por dentro. Sentía que algo faltaba en su vida, pero no sabía qué era.

Para llenar ese vacío, Gabriel comenzó a acumular cosas. Compraba ropa, gadgets, muebles, todo lo que creía que podría hacerle sentir completo. Pero cuanto más compraba, más vacío se sentía. También intentó llenar su vida con personas, saliendo con amigos, asistiendo a fiestas, incluso comenzando relaciones. Pero nada parecía colmarlo.

Un día tuvo un sueño extraño: Estaba en un bosque oscuro. De repente, una figura apareció ante él. Era una criatura antigua y sobrenatural, una entidad que parecía existir antes del tiempo. La criatura le dijo:

—¿Qué deseas, viajero perdido en la penumbra?

Gabriel vaciló por un momento, pero la desesperación lo empujó a responder:

—Anhelo encontrar algo que llene el vacío que me consume.

La criatura asintió con tristeza. En su mano surgió un objeto resplandeciente: un espejo de ébano. Sin dudarlo Gabriel tomó el espejo y se sumergió en sus reflejos, buscando las respuestas que siempre le habían sido negadas.

—Estás buscando en lugares equivocados. No puedes llenar tu vacío con cosas o personas. Debes encontrarte a ti mismo.

Despertó sobresaltado. Comenzó a reflexionar sobre las palabras de la criatura. Se dio cuenta de que había estado tratando de llenar su vacío con cosas externas, cuando lo que realmente necesitaba era mirar hacia el interior.

Comenzó un viaje de autodescubrimiento. Dejó de comprar cosas innecesarias y empezó a pasar más tiempo solo, reflexionando sobre quién era y qué quería en la vida. También dejó de buscar la aprobación de los demás y comenzó a aceptarse a sí mismo tal como era.

Con el tiempo Gabriel comenzó a sentirse más completo. El vacío que había sentido empezó a desvanecerse. Se dio cuenta de que no necesitaba llenar su vida con cosas o personas para sentirse completo. Todo lo que necesitaba estaba dentro.

El viaje no fue fácil. Hubo momentos de miedo, pero al final encontró lo que buscaba: encontró plenitud en su existencia.

 

 

 

 

Almudena Cosgaya descubrió su gusto por las historias desde niña; hacía fanfics de relatos ajenos, lo cual fue para ella un excelente entrenamiento para escribir luego sus propios cuentos, al darse cuenta de que en algunos de sus relatos de fanfic había creado un personaje que merecía su propia historia. Es autora de poemas y de prosa narrativa. En 2017 publicó su novela La maldición del séptimo invierno.

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