Cocodrilo Bit
Mis primeras influencias en los cuentos
Por Benito Rosales
Cuando me preguntan cómo llegué al cuento, citó dos momentos importantes en mi vida.
Uno, cuando siendo estudiante de la Facultad de Filosofía y Letras de la UANL di con un libro que compilaba textos de Edgar Alan Poe, una edición de Porrúa: el cuaderno llamado Narraciones Extraordinarias. En esos días trabajaba con mi hermano Gilberto, y en un bote de basura de un colegio encontré ese volumen, alguien lo había tirado. Sin saber exactamente qué tipo de libro era, lo rescaté. Lo traje a casa y lo leí. Quedé fascinado con la manera de narrar del maestro. Me enamoré del cuento de terror y del policiaco.
Y dos, como segundo momento, no mucho tiempo después, estando en Internet di con otro cuento que ampliaría mi horizonte y me marcaría: Mi vida con la ola, de Octavio Paz. Esta narración me dejó como enseñanza que podía escribir de lo que quisiera: Paz había dado vida a una ola, había escrito los días que vivió un personaje a lado de ella, de una manera tan magistral que todo parecía ser real, todo parecía fluir, aún en lo absurdo del hecho. Entonces supe que no había límites, que podía soltar la imaginación con la pluma y llegar más allá de lo tangible e inmediato. Ahora que lo veo en retrospectiva, pienso, ¿cómo era posible que no lo supiera? pero es verdad, no lo sabía; ahora lo tengo tan claro que no lo pienso, pero en ese momento fue para mí una revelación.
Luego vinieron más lecturas, más cuentos que completaron y ampliaron las ideas.
Aunque estoy convencido que los cuentos ya estaban en mí: mi madre, quien lee poco y escribe nada de literatura, es una gran narradora, plática el día a día con pequeñas historias que se ajustan perfectamente a la idea básica del cuento moderno: introducción, desarrollo y desenlace: identifica los nudos y trabaja los finales magistralmente. Pero sé que mi encuentro con los escritos de Poe y Paz fueron cruciales en mi forma de asumir mis trabajos. En relación al primero, he escrito dos libros: Rastros del innombrable y Rastros del Innombrable II, este último próximo a publicarse. Y en relación al maestro Paz, tengo un cuento infantil: La ola Martina, el cual narra las peripecias de dos olas, madre e hija, visitando una playa.
Creo que aún hay mucho que aprender sobre la escritura, estoy seguro de que vendrán nuevos autores e influencias, pero mi oficio fue marcado por estos dos grandes maestros.
31 marzo 2024
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