viernes, 5 de abril de 2024

¿Competitivos? Leoncio Acuña Herrera

Columna de Acuña

¿Competitivos?

 

 

Por Leoncio Acuña Herrera

 

 

Es cierto que en la ley de la naturaleza sobrevive el más fuerte, básicamente por motivos de alimentación o de reproducción. Además es instintivo.

También lo es que, al reproducirnos, los espermatozoides entran en una feroz competencia por fecundar al óvulo.

Lo preocupante es que en el terreno de la civilización humana hemos hecho de la competencia el modelo de vida que ordena y ocupa nuestras actividades, desde que nacemos hasta que morimos.

 

-Competimos por ser el más listo de la clase

-Competimos para no ser últimos en una carrera de niños (“el que no corra es vieja”)

-Competimos entre hermanos para ser los consentidos

-Compiten las niñas al presumir mi papá tiene esto, tiene lo otro.

-Competimos en la adolescencia para ser el más conquistador.

-Competimos en la familia y la sociedad para tener más cosas que otros.

-Competimos con algún rival por el amor de alguien.

 

Nos educan, sí para saber, pero ese saber es para ser competitivos, para pelear en la jungla humana. Para ganar más dinero, porque si no ganas más, es que no eres competitivo.

Y si esto lo elevamos a otros niveles, vemos que se reproduce corregido y aumentado en la sociedad, en los mercados, en los países.

La historia ha estado marcada por guerras con muerte y dolor: se originaron en la ambición de tener más poder  y riquezas.

Pero igual hoy en día tenemos una competencia reñida por el desarrollo tecnológico, o por el empoderamiento nuclear.

Así las tiendas y supermercados luchan por ganar los clientes. Los grandes consorcios por comerse a los tiburones menores, y estos a los más pequeños.

En la nueva era global y digital hay un aguda competencia por ganar las preferencias de los cibernautas, ofreciéndote mil cosas que llegan directo a tus cuentas personales. Y tú ni idea tienes de dónde sacaron tus datos.

Para qué les cuento de los políticos en esta época electoral. Todos prometen el oro y el moro porque compiten por el voto ciudadano, aunque después olvidan lo que prometieron.

Pero no se den golpes de pecho. También se da en la academia y entre los más estudiados.

Díganme si hay otra competencia más feroz que en el mundo de los escritores, de las editoriales.

De las capillas culturales.

Igual y las competencias más dignas, como la deportiva o la artística, luego se corrompen también porque prevalece la lógica del espectáculo.

Quiero ser claro y contundente con este texto: No quiero decir que los padres o madres de familia que se esfuerzan cada día por mejorar la calidad de vida en sus casas deben dejar de luchar. Lo que digo es que el ser “aspiracionista” es de hecho una consecuencia del sistema que nos orilla a esto. Y que en todo caso el pleito diario con la dura vida debiera tener otro enfoque.

Como sea, me pregunto si algún día llegará en que dejemos de correr desquiciados hacia la nada. A perseguir una quimera que al final del día puede dar una satisfacción meramente temporal. ¿Será esa la felicidad?

 

5 abril 2024

 

 

 

 

Leoncio Acuña Herrera, periodista y escritor, es licenciado en ciencias de la comunicación. Ha sido reportero en Novedades de Chihuahua, subdirector editorial de Norte de Chihuahua y jefe de información de El Heraldo de Chihuahua. Actualmente cursa la maestría en periodismo en la UACH.

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