Cocodrilo Bit
La sensación de leer por primera vez un buen libro
Por Benito Rosales
Leer literatura es una de las experiencias más fascinantes que como ser humano uno puede tener. Leerla nos da la oportunidad de adentrarnos a una realidad creada con palabras que puede llevarnos a expandir nuestro mundo inmediato, que puede llevarnos a vivir situaciones imposibles en nuestro entorno físico. Despierta la imaginación. Desierta nuestras emociones. Nos da la oportunidad de divertirnos, llorar, sentir tristeza, enojo, cansancio, fastidio según el texto que estemos leyendo.
Y en ese sentido, hay un sentimiento en particular que un servidor no ha sido capaz de definir: me refiero a la sensación de terminar por primera vez un libro. Hay una especie de tristeza, de vacío más allá de los sentimientos y emociones transmitidos por la historia o el poema. Es el sentimiento de saber que algo ha pasado y ya no va a suceder. Pues si bien el libro se puede volver a leer, jamás volverá a ser la primera vez, jamás se sentirá esa emoción de llegar al final.
Quizá la dificultad de un servidor se deba a que no es un solo sentimiento, sino una amalgama de varios, pues por un lado se puede sentir la satisfacción de haber concluido algo, la emoción de haber llegado al final, y por otro, uno puede sentir nostalgia, principalmente si se ha logrado conectar emocionalmente con los personajes. Además hay textos que despiertan dudas, invitan a la reflexión, como si el libro no terminara en la última página y nos abriera la puerta a otra dimensión. En esta combinación de emociones, viene ese sabor agridulce que un servidor no logra etiquetar.
Es doblemente frustrante para quienes además de leer procuramos el oficio de escribir. Conscientes estamos de que a pesar de leer y releer los textos, propios y ajenos, no vamos a regresar nunca a ese sentimiento. Solo queda en la memoria el recuerdo de la primera lectura, con la imposibilidad de experimentarlo de nuevo. Quizá de aquí venga la adicción por los buenos libros, por las buenas historias: por emularlos en el deseo de sentir eso que se posa unos instantes en nuestro cuerpo al finalizar la última página sin que podamos, al menos no yo, definirlo.
14 abril 2024
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