domingo, 9 de junio de 2019

Esteban Lascano. Cine Lasc. Blade runner

Cine Lasc. Blade runner

Por Esteban Lascano

Blade runner. Película de 1982 dirigida por Ridley Scott, americana. En un futuro hipotético, donde ya se colonizaban otros planetas, Los Ángeles era una grandísima ciudad con edificios con forma de prismas de rombos, o rectangulares, enormes, autos voladores, publicidad, parafernalia china, y estaba en un mundo en el que se había desarrollado la ingeniería genética. Los robots eran prácticamente iguales a un humano, tenían una inteligencia similar. La última generación, los nexus 6, eran mayores en agilidad y fuerza que los humanos, y en inteligencia también, pero tenían un tiempo limitado de vida: cuatro años.
Esos robots eran usados como esclavos en colonias en otros planetas. Una nave con 23 pasajeros que se dirigía a la tierra fue asaltada por nexus 6, 3 hombres y 3 mujeres, que mataron a los tripulantes y bajaron a la tierra. Los replicantes, como eran llamados los robots, no estaban permitidos en la tierra, debido a que ya había habido revueltas de ellos en otros planetas, y había una policía especial, llamada blade runners, que se encarga de su retiro, así se le llamaba a su muerte.
Los replicantes intentaban penetrar en la compañía Tyrell, donde estaban los ingenieros genéticos que los fabricaron; uno de ellos es descubierto al morir electrocutado, y había cuatro en búsqueda. Como medida de precaución, la empresa Tyrell hizo una prueba a los empleados para comprobar que no hubiera un replicante entre ellos.
Al hacerle la prueba a uno llamado Leon, se le ve muy aprehensivo y nervioso; le hacen una pregunta para ver su respuesta, que era que se imaginaba que iba por un desierto y de repente se encontraba con una tortuga volteada, que no podía ponerse de pia, y el no la ayudaba. ¿Por qué no lo hacía? Leon no responde. Luego le preguntan las cosas buenas que recordara de su madre. Entonces dice: ya le diré de mi madre, al tiempo que dispara y escapa.
A un blade runner retirado, llamado Deckard, le presentan el caso de los replicantes fugados que intentaron entrar con motivaciones desconocidas a la compañía Tyrell. Lo arrestan. Un viejo amigo le dice que era el único modo en que hubiera ido. Dice que otro colega suyo ya había intentado ir tras ellos, pero estaba en un hospital con un respirador.
Otra replicante estaba con su creador, Tyrell. Se llamaba Rachel. Tyrell le pide a Deckard que le haga una prueba para que diera negativo y Deckard, le hace algunas preguntas de que haría en ciertas situaciones. Se la ve, al igual que Leon, aprehensiva, y con cierta agresividad en la manera de actuar. Deckard usa aparatos, pero deduce con la lógica que era una replicante.
Habla con Tyrell. Él le dice que estaba impresionado de su deducción. Deckard dice que normalmente usaba 20 o 30 preguntas para detectar a un replicante, pero con Rachel había necesitado 100. Y ella no sabía que era una replicante. Era un nuevo experimento de Tyrell, al que le había implantado recuerdos.
Más tarde Rachel va al apartamento de Deckard; le pregunta si sospechaba que era ella una replicante. Le cuanta recuerdos de su niñez y adolescencia, y le dice que le fueron implantados. Va a una casa que había sido el último lugar donde habían visto a una replicante llamada Zora. Ve en una bañera una escama y ve las fotos de la casa. En una, que analiza con una computadora, se ve borrosa la imagen de Zora.
Va a la calle. En la ciudad las calles estaban atestadas de gente, solo había calles grandes, y pregunta a un analista de materia orgánica de qué era la escama: era de una serpiente. Estaba muy bien hecha, según ella, y venía el número de su creador. Deckard rastrea al creador de la serpiente y le pregunta por la mujer de la que tenía la imagen, le señala donde estaban las bailarinas. Era una zona de la ciudad con influencia árabe; el creador de la serpiente era egipcio. Entra. De entre las bailarinas, identifica a Zora. Entra a su camerino, le dice que era un defensor de los derechos de las mujeres que trabajaban en las calles. Le pregunta si había sido abusada por alguien. Espera mientras ella se cambia y Deckard ve a la serpiente. Cuando termina de cambiarse, Zora le da un golpe duro en el estómago, y huye.
Deckard la persigue por la calle, pero se había colado entre una multitud. La ve a lo lejos, y corre y le dispara; ella iba corriendo y rompe cristales, mientras cae. Habla con Rachel, planeando verse con ella, pero ella le corta la llamada. Más tarde su superior le dice que quedaban cuatro replicantes, pues Rachel había huido. Entonces, de repente, Leon andaba en la calle y lo identifica. Lo golpea en la cara en un callejón oscuro y Deckard lo reconoce, saca su pistola pero Leon se la arrebata y los golpea. Le pregunta cuánto vivirá; el dice: “Cuatro años. Más que tu”.  Deckard le dice: “es duro vivir con miedo, ¿no?”, mientras el robot estaba ahorcándolo; pero en eso, alguien por detrás le dispara.
Era Rachel. Deckard va a su apartamento con ella y le pregunta si quiere un trago. Ella no responde, él le dice que le debía un favor. Ella se pone a tocar el piano. Dice que recordaba las clases, pero no sabía si habían sido implantadas. Él le dice que tocaba precioso. Entonces se y le da un beso en la mejilla. Ella intenta huir, pero la detiene, le dice: dime que quieres besarme. La sujeta y ella accede, se besan. Luego él duerme y sueña un unicornio.
Pris, la otra replicante que quedaba, con Roy, que era el líder, tenían planes para encontrar a los ingenieros genéticos de la compañía Tyrell y alargar su vida. Van a una oficina que estaba a muy baja temperatura, donde un chino hacía ojos. Era diseñador de ojos. Ellos le preguntan cómo podían encontrar a Tyrell, el diseñador de su cerebro. Él les habla de un tal J.F. Sebastian; les dice que era de los diseñadores más importantes y más cercanos a Tyrell.
Entonces Pris va al edificio de J.F. Sebastian, a donde se tiraba la basura, y se encuentra con él. Le dice que no tenía casa; Sebastian le responde que se podía quedar en la suya. La guía, Roy los sigue en secreto. En su casa, Sebastian tenía otros robots que él había creado, decía que eran sus amigos. Tenía muchos robots, cada uno con su peculiaridad. Entonces llega Roy.
Sebastian se da cuenta de que eran replicantes; les pregunta de qué generación eran. Al decirle que eran nexus 6, él dice que ya lo sabía; él mismo había participado en su creación. Jugaba ajedrez con Tyrell, y con esa excusa, seguir con el juego, va a visitarlo junto con Pris y Roy a su apartamento. Roy le pregunta cómo podía vivir mas. Tyrell le dice que alterar el desarrollo de un sistema vital orgánica era fatal. Una secuencia codificada no podía revisarse, porque al segundo día de incubación, las células que han sufrido mutaciones de reversión producen colonias regresivas.
Roy pregunta por la recombinación E.M.S. Tyrell le dice que produjo un virus muy letal. Roy le pregunta por una proteína represora que bloquee las células. Tyrell le dice que no impide la duplicación, sino que produce errores en ella, de forma que el nuevo ADN lleva una mutación y aparece, de nuevo, el virus. Total, no hay nada que hacer, lo hicieron lo mejor que pudieron. Roy le quiebra el cráneo y le mete los dedos en los ojos; también mata a J.F. Sebastian.
Roy y Pris van a la casa de J.F. Sebastian. La policía había cerrado la zona para que entrara Deckard. Él entra y ve los juguetes de Sebastian, se encuentra con Pris, inmóvil, pero cuando la descubre, ella le da una patada y se pelean, ella lo intenta ahorcar pero el le dispara y la mata.
Luego se pone a buscar a Roy detrás de una pared, que Roy atraviesa y le quiebra dos dedos, el dice: uno por Pris, otro por Zora. Luego lo suelta. Deckard, viendo que era casi imposible escapar de Roy, trata de subir al techo escalando. se clava un pedazo de metal que le atraviesa la mano, aún así continúa huyendo. Cuando llega al techo, ahí lo esperaba Roy. Desesperado, salta al techo del edificio vecino, pero se agarra colgando a una barra pegada al techo y entonces salta Roy; le dice a Deckard: es duro vivir con miedo, ¿verdad?, en eso consiste ser esclavo.
Deckard estaba por caerse. Roy lo agarra, lo sube al techo, y le dice: He visto cosas, que ustedes no creerían. Naves de ataque ardiendo más alla de Orión. He visto rayos c brillando cerca de la puerta de Tanhauser. Todos esos momentos se perderán en el tiempo, como lágrimas en la lluvia. Es tiempo de morir.
Entonces muere. La policía le dice a Deckard: Buen trabajo. Él va a su apartamento, donde estaba Rachel, y le pregunta: ¿Me quieres?. Ela dice: Te quiero.
―Luego, ¿confías en mi?
Ella responde:
―Confío en ti.
Se besan. Juntos se van por el elevador, a otro lugar.




Esteban Lascano estudia preparatoria en el Centro Educativo Patria; desde 2015 es un gran aficionado al cine y en Estilo Mápula es autor de la columna Cine Lasc.

No hay comentarios:

Publicar un comentario