lunes, 24 de junio de 2019

Jaime Chavira Ornelas. Su cuento El Cuervo

El Cuervo

Por Jaime Chavira Ornelas
                       
Cuenta la historia del barrio que en los años sesentas existió un carnicero allá por la calle Décima y Ojinaga, le apodaban El Cuervo. Muy diestro y habilidoso con el verduguillo y cualquier objeto punzo cortante. Su carnicería fue muy conocida por el centro de la ciudad, el era la cuarta generación de la dinastía Rojas: su bisabuelo don Heraclio, el abuelo don Casimiro, su padre don Miguel y el famoso, Miguel El Cuervo. Un personaje que causaba temor, moreno obscuro, cabellera espinosa y negra, rostro duro y cacarizo, robusto y siempre con gesto de infelicidad.
El Cuervo prácticamente vivía en su negocio, siempre afilando sus cuchillos en espera de tasajear a cualquier animal que le llevaran: cerdos, pollos, terneros, chivos, vacas y lo que tuviera patas. Se cuenta que siempre había querido matar de un solo tajo, pero era sumamente difícil, por eso él practicaba todos los días. Se decía que sus víctimas le hablaban, a veces le pedían clemencia, otras, lo maldecían o le agradecían por acabar con su dolor y martirio. Algunos pensaban que estaba loco, pero a él no le importaba en absoluto, solo seguía practicando su tajo certero para causar una muerte instantánea.
Una mañana, cerca de las nueve, llego don Camilo Acevedo con su cerdo semental (pesaba 400 kilos) y le dijo a El Cuervo: “Quiero que sacrifiques a este pobre animal, ya esta muy viejo y no me sirve pa nada. El Cuervo pensó de inmediato: “Este sí será de un solo tajo”.
Llevaron al cerdo al patio trasero, no dejaba de chillar y era muy molesto, El Cuervo quería que esto terminara rápido. De pronto, el cerdo le dijo:
―Amable caballero, ¿sabe usted por qué estoy aquí?
El Cuervo le contestó:
―Pronto estarás en un mundo mejor.
El cerdo, confundido, le dijo:
―Pues no creo que exista un mundo mejor que este, mi vida es maravillosa: tengo toda la comida que quiera, hembras e hijos que me aman y me respetan, mi dueño siempre me habla con cariño. Así que, ¿a cual mundo mejor se refiere?. Claro que ya estoy viejo y achacoso, pero aun así me gusta mi vida y este mundo
El Cuervo” un poquito conmovido, le replicó:
―Mira qué hermosas están las nubes, parecen ángeles jugando.
El cerdo miró hacia arriba y entonces El Cuervo, de un solo tajo, acabó con su vida.
Limpio la sangre del verduguillo, movió al cerdo al lugar de desangre, se sentó, afilo los cuchillos, y pensó. “Este cerdo tenia una mejor vida que la mía, pero cayo de un solo tajo”.
Suspiro, vio hacia las nubes y en verdad: parecían ángeles jugando.
Junio 2019





Jaime Chavira Ornelas tiene licenciatura en manejo de negocios, varios cursos de manejo de almacenes, control de inventario, ventas, negociación y motivación, lingüística, control de emociones e inteligencia emocional, manejo de personal. Desde hace 30 años escribe poemas y relatos. Actualmente se dedica a la venta de automóviles y asiste a un taller literario.

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