sábado, 30 de abril de 2022

Pasternak y Hamlet. Giorgio Germont

 

Foto Pedro Chacón

el libro de las cosas perdidas

Pasternak y Hamlet

 

 

Por Giorgio Germont

 

La ola de censura y desinformación que invade hoy a la Federación Rusa nos hace recordar los días amargos del sistema Soviético y sus presos políticos. Por ejemplo, el Hamlet de Shakespeare y muchas otras obras eran prohibidas en Rusia por el Soviet. El motive: supuestamente eran contrarios a la ideología comunista. En aquel entonces, bajo el mando de Josef Stalin hasta 1953 y después Nikita Kruschev, muchos intelectuales, artistas y miembros de la intelectualidad rusa se encontraron en el lado opuesto a la ideología comunista. Prevalecían los métodos que dieron la inspiración a George Orwell para escribir 1984: espionaje, censura, opresión, tortura, exilio y hasta la ejecución de aquellos que se oponían al régimen. Fueron millones los que perecieron a manos del sistema estalinista.

Estos son los hechos que a la perspectiva de sesenta años se consideran incontrovertibles, a los que dio veracidad el reporte de escritores disidentes como Solzhenitsyn y su libro Archipiélago de Gulag, publicado en 1973. Ahí relata su cautiverio en un campo de concentración y trabajos forzados, por 37 años, en Siberia.

Entre las víctimas de la opresión política está Boris Pasternak, ganador del Premio Nobel de Literatura en 1958. Kruschev le obligó a renunciar al premio, prohibió la publicación de sus novelas y expulsó a Pasternak del círculo de novelistas soviéticos. Lo convirtió en un exiliado en su propia tierra, un paria. Su obra cumbre fue la novela autobiográfica Doctor Zhivago, donde se refleja a sí mismo en el alter ego del personaje. En el apéndice de la novela, el autor incluye varios poemas supuestamente de la pluma del personaje, Yuri. Entre ellos uno de los más repudiados por el Soviet, fue el llamado Hamlet.

Las obras de Pasternak fueron publicadas en Rusia en 1988, en la era de Gorbachov. Pasternak es ahora reconocido como un baluarte de la literatura rusa y mundial.

Al morir Pasternak en 1960, en su servicio funerario se dieron cita miles de admiradores del escritor. Uno de los asistentes declamó en voz alta el poema prohibido, Hamlet:

 

 

Hamlet

 

El clamor del público se desvanece,

subo solo al escenario, me apoyo en el dintel,

trato de interpretar en los ecos lejanos

una señal de lo que me depara el destino.

 

La noche y el fango me invaden y me paralizan

hay miles de ojos enfocados en mí.

Padre Santo, si es posible, aparta de mí este cáliz

pero no se haga mi voluntad sino la tuya.

 

Amo tu obra y su obstinado ideal.

Cumpliré con gusto el papel que me asignaste,

pero hay otra obra en escena al mismo tiempo

y de esa obra, quisiera no formar parte.

 

El orden de los actos esta trazado y planeado

y nada puede detener la caída final del telón.

Me acecha la soledad, todo es falsedad a mi alrededor,

vivir mi vida hasta su fin no es un juego de niños.


Boris Pasternak, 1946

Los Poemas de Yuri Zhivago

Apéndice

Traducción al inglés de Ann Pasternak Slater

Traducción al español, GG, el autor 


Se plantean aquí varias metáforas evocativas. Por ejemplo, Jesús contra los fariseos, Hamlet y el espectro contra el Rey Claudio, Yuri Zhivago y Boris Pasternak contra la opresión del comunismo.

La Unión Soviética desapareció en 1991 pero no así el sistema represivo del Kremlin. Tales son los hechos claramente visibles en la Rusia de Putin de hoy. Una imagen en espejo de la guerra fría.

 






Giorgio Germont estudió medicina en la UACH, ejerce su profesión en Estados Unidos. Ha publicado tres novelas: Treinta citas con la muerte (2005), Dos miserables entre la luz y la oscuridad, (2011). Ambas recibieron sendos galardones como finalistas de los concursos USA BEST BOOK AWARDS en los años 2007 y 2011 respectivamente. Las versiones en español de la primera, titulada Mis encuentros con la muerte y la segunda con el mismo nombre se publicaron en 2012 por Editorial Perfiles. En 2016 publicó su novela Rayo azul. Escribe en Estilo Mápula su columna El libro de las cosas perdidas.

viernes, 29 de abril de 2022

Tormenta a la vista una comedia romántica de la mítica Vivian Leigh, válida para nuestros días. Viviana Mendoza Hernández

 

Cine Viv

Tormenta a la vista una comedia romántica de la mítica Vivian Leigh, válida para nuestros días

 

 

Por Viviana Mendoza Hernández

 

 

Ahora que el Centro Cultural Universitario Quinta Gameros vuelve a tener sus presentaciones de cine este domingo 1 de mayo a las 18:00 horas con entrada libre, sin cita previa pero cupo limitado por las precauciones que siguen ante el coronavirus, me resultó inevitable escribir sobre una película de los mismos tiempos que Casablanca, aunque de género distinto.

Storm in a teacup (Tormenta a la vista) es una película británica dirigida por Ian Dalrymple y Victor Saville, estrenada en 1937. Es la adaptación cinematográfica de un éxito teatral londinense, a su vez adaptado de una obra alemana escrita por Bruno Frank, un escritor que emigró a los Estados Unidos tras el surgimiento de los peligros nazis y el incendio del Reichstag, que arrasó el edificio del Reichstag, sede del parlamento alemán en Berlín, en la noche del 27 al 28 de febrero de 1933.

Bajo la apariencia de una comedia humorística sentimental, la película transmite una sutil crítica a las dictaduras populistas que fueron una gran preocupación en el momento de su estreno.

Para los seguidores del cine clásico probablemente la razón para verla sea Vivien Leigh, la actriz de teatro y cine británica galardonada con dos premios Oscar a la mejor actriz. Sus personajes más recordados son Scarlett O'Hara en Lo que el viento se llevó (1939) y Blanche DuBois en Un tranvía llamado deseo (1951), papel que ya había desempeñado en los teatros del West End de Londres en 1949. En mi caso lo atractivo de la comedia está en la forma que va complicándose una situación, que nos puede resultar muy familiar a casi un siglo de diferencia.  

Frank Burdon (interpretado por el joven Rex Harrison ) es un periodista londinense sin dinero que acaba de conseguir un trabajo como editor en un periódico en una ciudad en Escocia, donde manda William Gow, el rico e influyente preboste (un alcalde con amplios poderes), interpretado por Cecil Parker, un hombre ambicioso con un fuerte agarre, que lleva en alto los colores del Partido Nacionalista Escocés y aspira a una elección para la Cámara de los Comunes con el lema principal: "¡Escocia para los escoceses!"

Desde el primero minuto de conocerse la entrevista del reportero, que se reduce a un simple dictado taquigráfico, los asuntos del ayuntamiento se apresuran, sin ningún debate, y nadie parece realmente oponerse al muy autoritario preboste.

El grano de arena que se apoderará de la engrasada máquina de votar de Gow es Patsy, la perra de Honoria Hagerty (Sara Algood), una pobre vendedora ambulante de helados y bebidas calientes. Gow ha declarado un impuesto a las mascotas de cinco libras, demasiado alto para una trabajadora pobre como ella. Su perro ha sido llevado a la comisaría y lo matarán si no paga.

Desesperada, intenta defender su caso con Gow, quien estaba por terminar una entrevista la con Frank Burdon, y la echa sin la más mínima idea de la presencia de su hija Victoria (Vivien Leigh), avergonzada y conmocionada.

Frank publica al día siguiente lo que le dictó Gow, y también un relato detallado del incidente, que obviamente corre el riesgo de costarle su trabajo.

Durante una reunión electoral, el público, que tomó la causa de la anciana Honoria, se transforma en una multitud ruidosa que interrumpe en la recepción privada de Gow quien, sin embargo, se enfrenta a la población durante una salida muy digna por la puerta principal mientras su séquito lo escolta.

En este punto, la tormenta de la taza de té (algo parecido a nuestra frase, de ahogarse en un vaso de agua) se desata y se intensifica: Gow hace que despidan a Frank y lo lleva a los tribunales (en uno penal, nada menos) y toma el puesto de Honoria en medio de un verdadero motín, se involucra la prensa londinense, pone el caso en primera plana y lo encarga a un reconocido periodista. Una liga de derechos de los animales lanza una recaudación de fondos muy exitosa para Honoria y le proporciona a Frank un abogado costoso e ineficaz.

Tal como pasa con la vida, no se trata del qué, sino el cómo van ocurriendo todas las situaciones y la manera en que las personas reaccionan. Esta comedia británica cuenta con detalles significativos que harán reír ante la cantidad de coincidencias y el descaro de algunos personajes.

¡Por supuesto que soy completamente parcial al escribir esto!  Son los temas de los que más escribo y me gustan varias de las películas de esos años, razón para invitar a que no se pierdan la oportunidad de ver algo entretenido en un ambiente tan grato como es la Quinta Gameros.

 

Título original: Storm in a teacup

Género: Comedia

Idioma original: inglés

Director: Víctor Saville , Ian Dalrymple

Productor: Víctor Saville

Escritor: Ian DalrympleDonald Bull

Actores principales: Vivien Leigh, Rex Harrison, Cecil Parker, Sara Allgood

Fecha de estreno (cines): 25 de febrero de 1938  Original

Fecha de lanzamiento (transmisión): 10 de agosto de 2016

Duración: 1h 27m

Distribuidor: Artistas Unidos

 

 





Viviana Y. Mendoza Hernández es egresada de la Facultad de Letras de la UACH, es autora de la novela Buscando una vida normal publicada en 2007 por la editorial de la misma universidad, así como algunos textos de sus tiempos como estudiante. Ha participado en diversas actividades de promoción y difusión cultural, así como de lecto-escritura para educación básica. Actualmente colabora (entre otros espacios digitales) en el periódico digital El Devenir de Chihuahua en la sección de cultura y escribe la columna Cine Viv.

jueves, 28 de abril de 2022

sumas y restas. Juan Marcelino Ruiz

 

los martes

sumas y restas

 

 

Por Juan Marcelino Ruiz

 

 

Una mañana 
tal vez de buena fe
mis padres me llevaron a la escuela 
para vacunarme con el abecedario,
a que, de ser posible,
aprendiera a calcular sumas y restas
con la esperanza de que ya de grande
fuera empleado en la tienda de abarrotes.

 

Más en el aula
éramos tantos
rivalizando por llegar al puesto,
que los números huían despavoridos;
luego fueron los golpes
con una vara en la palma de la mano
al no poder cantar de corridito
las tablas del nueve y la del siete.

 

Años después
aprendí a contar mirando las estrellas
pero a otro le dieron el empleo.

 




Juan Marcelino Ruiz, poeta, narrador y profesor mexicano, publicó en 1998 el poemario Derrepentes, en la Editorial UACH; En 2000, en coautoría, el libro Quinteto para un pretérito. En 2010 el libro de cuentos Del aleph al Guernica, en 2012 la novela El hormiguero, en 2014 Delitos menores y Vino Tinta.

miércoles, 27 de abril de 2022

62. Ruby Myers

 

62

 

 

Por Ruby Myers

 

 

Estoy en un momento en el que los cumpleaños empiezan a perder lustre, a verse oxidados y un poco herrumbrosos. Ahora se sienten como algo imprevisto, fortuito.

Lo que resta me deja poco tiempo para buscar lo que he perdido. Logré cerrar largos paréntesis de cruces y silencios, y estoy reconciliada con mi incapacidad para enhebrar una aguja, porque ya ni siquiera recuerdo como se hace el punto de cruz.

El desencanto ahora ocupa un lugar en la mesa y es un comensal voraz; el olvido se ha transformado en un cuarto de trebejos donde guardo de todo: la infancia, mi cama, los besos, y una que otra historia descolorida; hay días en que me cuesta sostener las cosas y dejo caer desde una taza hasta los te quiero; he aprendido a callarle la boca a la tristeza horneando galletas y tengo en la alacena, siempre a la mano, el caprichoso vicio de los recuerdos.

A estas alturas ya me resigné a no entender el misterioso lazo que une a Dios con las manzanas y me conformo con buscar el divino rostro en mis pastillas para dormir.

Soy una sobreviviente que ha salido de los desfalcos con dos milagros que atesoro, hermosos como las flores que nacen a la orilla de la carretera, un cuaderno donde están escritos los nombres de mis amigos y un par de pecados sin redención posible.

Los cumpleaños después de los sesenta me tienen entre el asombro y el declive, viviendo agradecida este futuro tan breve que abarca solamente el día de hoy.

Gracias infinitas a todos los que son y están.

 






Ruby Myers es egresada de la Universidad Autónoma de Nuevo León, en la carrera de cirujano dentista. Estuvo dedicada a la actividad empresarial durante 25 años. Es autora de los libros Entre café y jazmines y Calendario para las golondrinas; coautora de Contubernio y Poemas sobre la ciudad. Asistió como invitada a la Feria del Libro edición 2017 en San Miguel de Allende.

martes, 26 de abril de 2022

Invierno. Andrés Espinosa Becerra

 

Foto Andrés Espinosa Becerra

los martes

Invierno

 

 

Por Andrés Espinosa Becerra

 

 

Tengo frío en los recuerdos.

Están a mi lado.

Busco un rincón de la casa

para hablar con ellos,

me arropo y los protejo,

ellos dicen que prefieren irse,

se van,

desde la ventana los veo alejarse.

 






Andrés Espinosa Becerra, Córdoba, Veracruz. Sus libros son: Quinteto para un pretérito, en coautoría con otros autores, Los días que no duermen, Una casa con silencio y patio, El silencio del gato. Actualmente escribe en la revista electrónica Estilo Mápula, donde además tiene una columna llamada Los Martes, donde saca textos suyos y de otros autores.

lunes, 25 de abril de 2022

Esperando a los bárbaros Respuesta a Constantino Cavafis. Lilvia Soto

 

Esperando a los bárbaros 

Respuesta a Constantino Cavafis 

 

 

Por Lilvia Soto

 

 

De mi nuevo libro, Lies of an Indispensable Nation que se publicará próximamente.

Lilvia Soto

 

 

¿Por qué se levantó tan de mañana nuestro emperador? 

No se sentó solemne 

a la puerta mayor de la ciudad, 

en su trono, con su corona puesta,  

listo para recibir al líder de los bárbaros. 

 

Había oído que venían 

mas no se levantó temprano para recibirlos, 

madrugó porque quería pasear en bicicleta 

y a conciencia golpear la maleza del palacio.  

Necesitaba mantenerse en forma 

y le hacía falta relajarse. 

 

Nuestro emperador había oído que los bárbaros  

venían en camino y no quería que llegaran,  

así que mandó a los jóvenes del reino 

a pararlos en el suyo. Les mandó volar  

sobre bosques, montes, y llanuras 

y cruzar mares, desiertos y fronteras 

para bombardear a los bárbaros 

y encerrarlos en Abu Ghraib. 

  

Pero el líder de los bárbaros no venía en camino, 

estaba sentado muy solemne 

a la puerta mayor de su ciudad 

en su trono, con su corona puesta,  

esperando a los bárbaros. 

 

 

 

 

Waiting for the Barbarians 

Response to Constantine Cavafy 

 

 

By Lilvia Soto

 

 

Why did our emperor wake up so early? 

He did not sit in state 

in the city's grandest gate 

wearing his crown, sitting on his throne 

ready to receive the leader of the barbarians. 

 

He heard they were coming 

but did not wake up so early  

to receive them, for 

he had his bicycle to ride 

and his underbrush to whack. 

He had to keep in shape 

and needed to relax. 

 

He had heard the barbarians were on their way, 

and did not want them to arrive, 

so he sent the young ones of the realm 

to fight them on their turf, 

flew them over forests, hills, and valleys  

and across the oceans, deserts, and frontiers 

to bomb the barbarians  

and haul them off to Abu Ghraib. 

 

Their leader, he was not coming, 

he was sitting in state 

in his city's grandest gate 

wearing his crown, sitting on his throne 

waiting for the barbarians. 

 






Lilvia Soto nació en Nuevo Casas Grandes, emigró a Estados Unidos a los 15 años, reside en Philadelphia, Pennsylvania. Tiene un doctorado en lengua y literatura hispánica de Stonybrook University en Long Island, Nueva York. Ha enseñado literatura y creación literaria en Harvard y en otras universidades norteamericanas. Fue cofundadora y directora de La Casa Latina: The University of Pennsylvania Center for Hispanic Excellence. Fue directora residente de un programa de estudios en el extranjero de las universidades Cornell, Michigan y Pennsylvania en Sevilla, España.