sábado, 15 de diciembre de 2018

Giorgio Germont. “Me rehuso a asesinar civiles...”


El secreto de Olga
Novela

Por Giorgio Germont

Capítulo 17. “Me rehuso a asesinar civiles...

Diciembre 19, 1994. Diez kilómetros al norte de Grozny, Chechenia, Federación Rusa. El teniente de la delantera le comunicó su reporte al general Babovich.
Estamos rodeados, general. ¿Qué hacemos?
Así comenzó la conversación que tomó un giro inesperado. Las órdenes de Moscú eran claras: rodear Grozny para aislar a las fuerzas separatistas contra las montañas. El general preguntó detalles acerca de las posiciones del enemigo y cuál fue su sorpresa al saber que frente a los tanques se encontraba una muchedumbre de civiles. Entre ellos sobresalía un grupo de mujeres que sobre el asfalto, tomadas de las manos, danzaban y cantaban lentamente al compás del Zakir. El general preguntó qué es el Zakir. ¿Qué hacen? ¿Qué dicen? Se le informó que es una danza de bendiciones a Dios. Las mujeres alzaban sus manos, giraban sobre sus ejes, cantaban, alababan a Dios en el cielo, daban gracias al aire y a la tierra por las bendiciones del todopoderoso. Celebraban la misericordia divina con cantos que elevaban el corazón. Brillaban por su ausencia los comandos chechenos que pretendía controlar el Kremlin. Entre tanto, los tanques rusos apuntaban a la muchedumbre y las órdenes del alto mando eran muy claras. Hay que abrirse paso a cualquier costo para sitiar a Grozny.La capital Chechena era una ciudad de 400,000 habitantes. Heredó el nombre del apodo del Czar que la sometió en el siglo XVI, Ivan el “terrible”, Grozny.
De donde llegó esa orden preguntó el general Babovich.
Del Minoboron, el alto mando.
—¿Qué dice la orden? ¿Dónde está el parte?
No enviaron un parte, fue una llamada telefónica
—¿Quién hizo la llamada?
No se identificó el interlocutor.
El general entendió de inmediato que se trataba de juegos políticos del Minoboron. Lo mismo había pasado cuando se invadió Tblisi fallidamente y perdieron la vida muchos civiles. Los militares rusos en Tblisi, a pesar de seguir órdenes, fueron culpados del acto y dados de baja. La identidad del arma culpable, el dedo que jaló el gatillo, quedó en el anonimato. Yeltsin mismo no daba la cara desde hacía doce días. Se dice que se había refugiado en el vodka y había delegado todas las decisiones a sus asistentes militares. Supuestamente estaba hospitalizado después de haberse sometido a una operación de la nariz. Varios actos oficiales fueron cancelados porque el Presidente estaba demasiado ebrio.
Ese acto de honor de Babovich, su decisión de respetar las vidas de los inocentes y desobedecer una orden ilegal, tuvo un éxito limitado. Doce días después apareció Yeltsin en televisión culpando de la inestabilidad nacional a Chechenia y a sus líderes (con quienes se había negado a negociar en persona). Se trataba principalmente del general Dudayev y el MuftiAslan Maskhadov. Yeltsin los declaraba culpables de atentar contra de la integridad de la Federación Rusa y de pretender desencadenar el colapso total del país en una caída sucesiva de dominó. Cerró filas con sus aliados y declaró que el Departamento del Interior consideraba una posible acción militar.” La verdad es que ya había dado las órdenes para un ataque de la fuerza aérea.
El 31 de diciembre de 1994, al amparo de las festividades de año nuevo, los aviones rusos iniciaron una campaña intensa de bombardeos a supuestas posiciones separatistasen Grozny. Se dice que fue una maniobra de Yeltsin para arroparse con el apoyo del público en las vísperas de las elecciones que se avecinaban y mostaban porcentajes muy bajos de aprobación al presidente alcohólico.
La campaña fue en realidad un castigo despiadado y generalizado a la población civil de la capital chechena. Entró en escena el dios Marte con violaciones, asaltos, asesinatos, ejecuciones sumarias, saqueos al por mayor. Se asomaron todas las caras del monstruo despiadado de color rojo, una caída hacia el fondo del abismo donde yacían sin vida los derechos humanos.
La fallida acción bélica rusa, entre 1994 y 1996, dejó como saldo 25,000 muertos civiles y daños irreparables en la infraestructura chechena. En el censo del 2000, Chechenia e Ingushetia representaban las dos repúbicas con el más alto porcentaje de desempleo y las tasas de producción y de ingreso promedio más bajas de todas las 89 repúblicas rusas. Los reporteros y testigos oculares documentaron los hechos sanguinarios en las calles de Grozny. Rusia los calló por la fuerza, muchos de ellos fueron exiliados, torturados, perseguidos y asesinados. La ONU inició un juicio contra Rusia para responder a múltiples casos de evidente violación de la convención de Ginebra. El cese al fuego y la retirada de los rusos parece obedecer al ataque terrorista de la ciudad de Budyonnosk, junio del 1995. El 14 de Junio de 1995, un destacamento de 195 guerrilleros separatistas chechenos efectuaron una redada asesina en el pueblo ruso de Budyonnosk. Venían disfrazados de miltares y viajaban en vehículos militares comprados del ejército ruso. Lanzaron granadas y explosivos a la estación de policía, controlaron los edificios del alcalde y de la estación de teléfonos. Los guerrilleros, comandados por Shamil Basayev, tomaron de rehenes a los pacientes y empleados del hospital local. Los terroristas estaban en control absoluto de la ciudad de aproximadamente 2,000 habitantes. Se dice que Basayev mismo recién había perdido más de veinte miembros de su familia en un ataque a la zona de Vedeno, perpetrado por las fuerzas rusas hacía apenas un mes.
Hicieron la petición a Boris Yeltsin para que ordenara la evacuación de todas las fuerzas rusas destacadas en Chechenia. El sitio duro cinco días y cobró 129 vidas. Los habitantes de Budyonnosk sufrieron miles de viscisitudes, tortura, violaciones, robos y asesinatos durante la ocupación sangrienta de los terroristas. Basayev llegó finalmente a un acuerdo con los rusos y al abandonar la ciudad se llevó consigo 100 rehenes como seguro de vida. Ganó la partida.
El 24 de noviembre de 1996 Yeltsin ordenó la retirada de todas las tropas rusas de Grozny. El siguiente año se firmaron los Acuerdos de Khasayvurt que dieron autoridad al cese al fuego y al inicio de la República Independiente de Ichkeria y Chechenia.
(Continuará).


Giorgio Germont estudió medicina en la UACH, ejerce su profesión en Estados Unidos. Ha publicado tres novelas: Treinta citas con la muerte (2005), Dos miserables entre la luz y la oscuridad, (2011). Ambas recibieron sendos galardones como finalistas de los concursos USA BEST BOOK AWARDS en los años 2007 y 2011 respectivamente. Las versiones en español de la primera, titulada Mis encuentros con la muerte y la segunda con el mismo nombre se publicaron en 2012 por Editorial Perfiles. En 2016 publicó su novela Rayo azul.

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