miércoles, 26 de diciembre de 2018

Giorgio Germont. Shamil Basayev

El secreto de Olga
Novela

Por Giorgio Germont

Capítulo 24. Shamil Basayev

El terrorista más sangriento en contra de Rusia nació el 14 de enero de 1965 en una pequeña aldea de 4,000 mil habitantes. Vedeno es una de las regiones más peligrosas de toda Rusia. Su familia era conocida por ser chechenos activistas. Le dieron por nombre Shamil en honor al legendario líder religioso y militar del siglo XIX, el tercer Imam de Dagestán. Los abuelos de Basayev fueron deportados el 23 de febrero de 1944 en la campaña de limpieza étnica ordenada por Josef Stalin. Ese fue el genocidio llamado La Arkdah, donde fueron deportados 500 mil chechenos en pleno invierno. Se estima que 100 mil perdieron la vida a consecuencia de ese desplazamiento tan cruel. A las familias se les permitió finalmente regresar a las montañas del Caúcaso en 1957 cuando les abrió las puertas Nikita Kruschev, heredero del poder soviético tras la muerte de Stalin.
Shamil Basayev tuvo varias inclinaciones de joven. Fue miembro del ejército ruso, era bombero, intentó estudiar leyes y se dedicó a los negocios, fue vendedor de sistemas computacionales. Más que nada participó en acciones paramilitares de varios bandos. Al ocurrir el golpe de estado de agosto de 1991, la trayectoria política y militar de Basayev cobró vida propia. Fue oportunista durante la breve etapa de independencia chechena y se alineó bajo el mando del General Dzhokor Dudayev. Basayev ocupó un puesto administrativo en el gobierno del general por unos meses. A partir de 1996 su trayectoria fue estrictamente como terrorista de la línea más radical.
El único motivo de estímulo para Basayev era erradicar totalmente la ocupación rusa, a cualquier costo. Durante esos años estuvo en contacto con líderes de la península arábica, el Wahabbismo, la guerra santa islámica. Se dice que fue compañero de Bin Laden en Afganistán y del árabe Khattab. En esas actividades estableció acceso a la infraestructura, la tecnología y fondos monetarios del terrorismo islámico. Depués de la apertura de la Unión Soviética recibió apoyo político de Boris Berezovsky, quien se convirtió en su aliado incondicional. Establecieron una simbiosis en beneficio de sus intereses mutuos. Basayev protegía el oleoducto que pasa por Grozny y a cambio recibía apoyo monetario de los nuevos hombres de negocios rusos, entre ellos Berezovsky.
Basayev fue responsable en septiembre de 1999 de ataques de explosivos a unidades habitacionales en Moscú en Buynaksk y en Volgodonsk. Los trágicos eventos causaron el pánico y un descontento generalizado en el país. Perdieron la vida aproximadamente 300 civiles.
Basayev atacó el Palacio de la Cultura llamado también Teatro Dubrovka que está en la vía Mernikova, intersección con la vía Dubroskaya en Moscú. El miércoles 23 de octubre de 2002 se presentaba la obra musical nacionalista Nord-Ost. El teatro tenía un lleno total. Al terminar el primer acto de la obra, mientras la multitud estiraba las piernas durante el intermedio, un grupo de jóvenes desfilaron silenciosamente por los pasillos de la sala. Eran cuarenta y dos comandos chechenos de los cuales doce eran mujeres. Estaban armados con rifles de alto calibre y una gran cantidad de explosivos.
A las 21:50 se apoderaron del teatro, tomaron por la fuerza 850 rehenes en una maniobra planeada por Basayev. En sus comunicados a las autoridades se amenazaba con asesinar uno por uno a los rehenes hasta que no fueran cumplidas sus peticiones y daba un plazo de siete días a los dirigentes rusos para resolver la encrucijada.
Deliberadamente no habían hecho preparativos para alimentar a toda esa gente. El propósito era crear una situación de emergencia vergonzosa para Vladimir Putin. El gobierno ruso se negó a dialogar con los capos del atentado.
Los escuadrones antiterroristas de Putin trabajaban minuto a minuto para dar fin al ataque y ultimar a los responsables. Por petición de Basayev, Anna Politkoskaya fue llamada a visitar el teatro y se entrevistó con Abu Bakr, segundo en el mando. La petición que el grupo separatista le comunicó era la retirada total de las fuerzas rusas del territorio checheno. Putin debía capitular y ceder la autonomía a la República Chechena.
Los comandos del Dubrovka lanzaron un comunicado en las redes digitales donde asentaron sus intenciones de morir allí dentro con los rehenes si los rusos negaban sus peticiones. Ellos mismos tomaron escenas de video durante el asedio, las cuales son del dominio público. Los rehenes se veían postrados sin fuerzas en las butacas. Habían sido privados de alimento o bebida por dos días. Los terroristas deambulaban nerviosamente por los pasillos del teatro con el rifle al hombro. En ocasiones disparaban a las paredes y al techo suponiendo que las fuerzas de la ley ahí los estaban cercando.
Dos días después las fuerzas especiales de Rusia inundaron el teatro con un gas somnífero de carácter narcótico. Anya Andrianova, una de las rehenes, fue la primera en detectar el gas a las 05:30 de la mañana. Dio gritos de pánico. Todos los rehenes se pusieron de pie consternados. Muchos gritaban al aire.
—¡Por favor no nos echen gas, no nos maten!
Ese 26 de octubre, uno por uno, los ocupantes del teatro perdieron el conocimiento. Una vez que la gran mayoría estaba inconsciente, a las 06:23 de la mañana, la Spetsnaz y el escuadrón paramilitar más sofisticado de Ru- sia llamado Escuadrón Alfa, invadieron el teatro y rescataron a los rehenes, enviándolos al hospital.
Hubo noventa rehenes muertos. La causa de las muertes fue la intoxicación y asfixia por el gas anestésico. Los cuarenta y dos terroristas fueron liquidados a balazos. No se reportaron bajas entre los rusos.
(Continuará).


Giorgio Germont estudió medicina en la UACH, ejerce su profesión en Estados Unidos. Ha publicado tres novelas: Treinta citas con la muerte (2005), Dos miserables entre la luz y la oscuridad, (2011). Ambas recibieron sendos galardones como finalistas de los concursos USA BEST BOOK AWARDS en los años 2007 y 2011 respectivamente. Las versiones en español de la primera, titulada Mis encuentros con la muerte y la segunda con el mismo nombre se publicaron en 2012 por Editorial Perfiles. En 2016 publicó su novela Rayo azul.

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