Novela
Por
Giorgio Germont
Capítulo 24.
Shamil Basayev
El
terrorista más
sangriento en contra de Rusia nació el 14 de enero de 1965 en una pequeña aldea
de 4,000 mil habitantes. Vedeno es una de las regiones más peligrosas de toda Rusia. Su
familia era conocida por ser chechenos activistas. Le dieron por nombre Shamil
en honor al legendario líder
religioso y militar del siglo XIX, el tercer Imam de Dagestán. Los abuelos de Basayev fueron
deportados el 23 de febrero de 1944 en la campaña de limpieza étnica
ordenada por Josef Stalin. Ese fue el genocidio llamado La Arkdah,
donde fueron deportados 500 mil chechenos
en pleno invierno. Se estima que 100 mil perdieron la vida a consecuencia de
ese desplazamiento tan cruel. A las familias se les permitió finalmente regresar
a las montañas del Caúcaso
en 1957 cuando les abrió las puertas Nikita Kruschev, heredero del poder soviético
tras la muerte de Stalin.
Shamil
Basayev tuvo varias inclinaciones de joven. Fue miembro del ejército
ruso, era bombero, intentó
estudiar leyes y se dedicó a los negocios, fue vendedor de sistemas
computacionales. Más
que nada participó en acciones paramilitares de varios bandos. Al ocurrir el
golpe de estado de agosto de 1991, la trayectoria política y militar de Basayev cobró
vida propia. Fue oportunista durante la breve etapa de independencia chechena y
se alineó bajo el mando del General Dzhokor Dudayev. Basayev ocupó un puesto
administrativo en el gobierno del general por unos meses. A partir de 1996 su
trayectoria fue estrictamente como terrorista de la línea
más radical.
El
único motivo de
estímulo
para Basayev era erradicar totalmente la ocupación rusa, a cualquier costo.
Durante esos años estuvo en contacto con líderes de la península arábica, el Wahabbismo,
la guerra santa islámica.
Se dice que fue compañero de Bin Laden
en Afganistán
y del árabe Khattab. En esas actividades
estableció acceso a la infraestructura, la tecnología y fondos monetarios del
terrorismo islámico. Depués
de la apertura de la Unión Soviética recibió apoyo político de Boris Berezovsky, quien se
convirtió en su aliado incondicional. Establecieron una simbiosis en beneficio
de sus intereses mutuos. Basayev protegía el oleoducto que pasa por Grozny
y a cambio recibía
apoyo monetario de los nuevos hombres de negocios rusos, entre ellos Berezovsky.
Basayev
fue responsable en septiembre de 1999 de ataques de explosivos a unidades
habitacionales en Moscú en
Buynaksk y en Volgodonsk. Los trágicos eventos causaron el pánico y un descontento generalizado
en el país.
Perdieron la vida aproximadamente 300 civiles.
Basayev atacó el Palacio de la Cultura llamado también Teatro Dubrovka que está en la vía
Mernikova, intersección
con la vía Dubroskaya en Moscú. El miércoles 23 de octubre de 2002 se
presentaba la obra musical nacionalista Nord-Ost.
El teatro tenía
un lleno total. Al terminar el primer acto de la obra, mientras la multitud
estiraba las piernas durante el intermedio, un grupo de jóvenes desfilaron
silenciosamente por los pasillos de la sala. Eran cuarenta y dos comandos chechenos
de los cuales doce eran mujeres. Estaban armados con rifles de alto calibre y
una gran cantidad de explosivos.
A
las 21:50 se apoderaron del teatro, tomaron por la fuerza 850 rehenes en una
maniobra planeada por Basayev. En sus comunicados a las autoridades se amenazaba
con asesinar uno por uno a los rehenes hasta que no fueran cumplidas sus
peticiones y daba un plazo de siete días a los dirigentes rusos para
resolver la encrucijada.
Deliberadamente
no habían
hecho preparativos para alimentar a toda esa gente. El propósito era crear una
situación de emergencia vergonzosa para Vladimir Putin. El gobierno ruso se
negó a dialogar con los capos del atentado.
Los
escuadrones antiterroristas de Putin trabajaban minuto a minuto para dar fin al
ataque y ultimar a los responsables. Por petición de Basayev, Anna Politkoskaya
fue llamada a visitar el teatro y se entrevistó con Abu Bakr, segundo en el
mando. La petición que el grupo separatista le comunicó era la retirada total
de las fuerzas rusas del territorio checheno. Putin debía capitular y ceder la autonomía a la República Chechena.
Los
comandos del Dubrovka lanzaron un comunicado en las redes digitales donde
asentaron sus intenciones de morir allí dentro con los rehenes si los rusos
negaban sus peticiones. Ellos mismos tomaron escenas de video durante el asedio,
las cuales son del dominio público. Los rehenes se veían postrados sin fuerzas en las
butacas. Habían sido privados
de alimento o bebida por dos días. Los terroristas deambulaban nerviosamente por
los pasillos del teatro con el rifle al hombro. En ocasiones disparaban a las
paredes y al techo suponiendo que las fuerzas de la ley ahí los estaban cercando.
Dos
días
después las fuerzas especiales de Rusia inundaron el
teatro con un gas somnífero de carácter narcótico. Anya Andrianova, una de las rehenes, fue la
primera en detectar el gas a las 05:30 de la mañana. Dio gritos de pánico. Todos los rehenes se pusieron
de pie consternados. Muchos gritaban al aire.
—¡Por
favor no nos echen gas, no nos maten!
Ese
26 de octubre, uno por uno, los ocupantes del teatro perdieron el conocimiento.
Una vez que la gran mayoría
estaba inconsciente, a las 06:23 de la mañana, la Spetsnaz y el escuadrón paramilitar más sofisticado de Ru- sia llamado
Escuadrón Alfa, invadieron el teatro y rescataron a los rehenes, enviándolos al hospital.
Hubo
noventa rehenes muertos. La causa de las muertes fue la intoxicación y asfixia
por el gas anestésico. Los cuarenta y dos terroristas fueron
liquidados a balazos. No se reportaron bajas entre los rusos.
(Continuará).
Giorgio Germont estudió medicina en la UACH, ejerce su
profesión en Estados Unidos. Ha publicado tres novelas: Treinta citas con la muerte (2005), Dos miserables entre la luz y la oscuridad, (2011). Ambas
recibieron sendos galardones como finalistas de los concursos USA BEST BOOK
AWARDS en los años 2007 y 2011 respectivamente. Las versiones en español de
la primera, titulada Mis encuentros con
la muerte y la segunda con el mismo nombre se publicaron en 2012 por
Editorial Perfiles. En 2016 publicó su novela Rayo azul.
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