La maestra Arcadia
Por Heriberto Ramírez Luján
Tenía fama de dura y
regañona, siempre se hacía cargo del último grado de la primaria, su salón
también era el último en esa ala de la escuela. El piso exterior del pasillo
frente al salón siempre lucía reluciente y enaceitado, nadie de los grados
inferiores se atrevía a pasar por ahí, a menos que quisiera llevarse una
andanada de regaños.
Era alta, encopetada y
de cabello teñido, ya cincuenteaba; su porte tenía un dejo de distinción
culterana, tal vez herencia de una soltería ya irremediable.
En una ocasión, con
motivo del natalicio de Benito Juárez, nos puso a escribir una composición. En
mi texto resaltaba la palabra fulgor, esto fue suficiente para que mi texto le
llamara la atención y me designara para leerlo durante la celebración en el
monumento del puente internacional. Nunca nadie se enteró que esa palabra la
había tomado de un texto de El Santo,
un folletón, el primer libro sin monitos que había leído.
Nunca más supe de
ella, salvo por un reportaje periodístico local acerca de su biblioteca, en el
cual recomendaba la lectura de El Shock
del Futuro.
(Este cuento de Heriberto Ramírez Luján es parte de su libro Relatos en celular, inédito).
(Este cuento de Heriberto Ramírez Luján es parte de su libro Relatos en celular, inédito).
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