Lección 24
El haikú clásico
Desde los tiempos más remotos el pueblo japonés ha expresado su auténtico y exaltado amor por la naturaleza. Su literatura, leyendas, pintura, cerámica y los dibujos de sus hermosas telas dan fe de ese amor por flores y pájaros, árboles y animales, montes y ríos y por todos los aspectos que el paso de las estaciones ofrece en el paisaje.
El haikú es una forma clásica de poesía japonesa que se cultiva desde el siglo 16. Es un brevísimo poema de 17 sílabas distribuidas en tres versos de 5, 7 y 5 respectivamente. En tan estrechos límites encierra un pensamiento poético, una emoción o una descripción de la naturaleza y sugiere más de lo que expresa gracias a las peculiaridades del idioma japonés, eminentemente conciso.
En el haikú hay casi siempre una palabra, a veces una sílaba, que indica la estación del año bien sea en forma directa (viento otoñal, primera nevada, un valle florido) o en forma indirecta.
Basho (1644-1694). Boncho (1653-1714). Raizan (1653-1716). Moritake (1452-1549). Buson (1715-1783). Ampu (1728-1799). Kikaku (1660-1707). (Nota de Nuria Parés).
En esta columna transcribiré en cada número ocho poemas haikú de autores clásicos, en la versión al castellano de la maestra Nuria Parés, basada en traducciones al francés e inglés de los originales japoneses.
1
Principio de arte:
el canto del que siembra
los arrozales.
―Basho
2
Ya sin cenizas,
el árbol del ciruelo
la nube imita.
―Boncho
3
En primavera
entre los pinos, blanca,
la garza vuela.
―Raizan
4
La enredadera
hoy casi me parece
mi vida entera.
―Moritake
5
En el mes sexto
está el monte Arashi
de nubes lleno.
―Basho
6
¡Los días lentos!
En un rincón de Kyo
suenan mil ecos.
―Buson
7
El puro canto:
de la alondra, en el cielo,
no queda rastro.
―Ampu
8
Ese mendigo
con el cielo y la tierra
tejió un vestido.
―Kikaku
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