Dragón en llamas, de Diego Alejandoro Sosa Tang, Premio Nacional de Poesía Saúl Ibargoyen
2024
Por Federico Corral Vallejo
Es en este contexto que podemos
clasificar al poemario Dragón en llamas de
Diego Alejandro Sosa Tang, donde el oficio de
cocinero: delimita los puntos cardinales de una poética que busca y encuentra
un soplo retórico, mismo que conjuga con un campo semántico propio de un estilo
literario que lo hizo hacerse acreedor al Premio Nacional de Poesía Saúl
Ibargoyen 2024.
Además de la temática culinaria
en torno a la gastronomía oriental (llámese china, japonesa, cantonesa), donde
el oficio de cocinero y la profesión de chef se hermanan literariamente
hablando, y de pronto surge la magia de la poesía hecha palabra cuyo nombre y
apellido es Diego Alejandro Sosa Tang, quien seguramente por su apellido
materno algo tiene que ver con alguna rama de la cultura oriental, cuya sangre
recorre no solo sus venas, sino sus versos:
En mis cicatrices guardo
la experiencia,
con mi sangre preparo soba.
Conservo las llagas
de una semana de
lecciones.
En ellas se esconde la ira:
frases fétidas que no llenaron la
bandeja.
Una filipina lavada con sangre,
lágrimas y soya.
Para concretar la temática del crúor, el
poeta busca y encuentra su universo surtidor y pleno de ritmos y palabras
claves; de aquí Vladimir Mayakovsky acota que El poeta debe desarrollar su
sentido del ritmo.
En ocasiones,
el aceite saborea mi
piel
y la sangre se
esconde
entre el olor a
jengibre.
Dicen que cuando se nace poeta se
escribe aún en contra de sí mismo, y la escritura es sin duda catartica, razón por
la cual, poeta y poema son parte de un orden cósmico incesante. Dentro de ese
orden que puede ser cósmico, burbujeante, insano, además de trashumante, el
bardo mantiene su postura estética ante su creación, esto lo sabe Diego
Alejandro y lo pone en practica desde su primer verso hasta el último de su
obra Dragón en llamas.
Cuando uno como lector se topa por vez
primera con la obra de Sosa Tang, sucede lo que alguna vez dijo Jorge Luis Borges:
en cuanto a la poesía, solo puedo ofrecerles dudas. Ligo la cita borgiana
con la obra en cuestión desde la perspectiva crítca literaria, ya que cuando un
lector se enfrenta a una poética de este estilo, surgen las dudas que el texto
como tal ofrece, ya que está muy alejado de la rima y la métrica (visión que
tiene el público lector de la poesía). Basado en ello, Dragón en llamas
es un poemario escrito en verso libre, que acierta en varias figuras retóricas
propias de la poesía actual, tales como la anáfora, la enumeración, la
aliteración, la epifora, la concatenación y la erotema, engranados con imágenes
y metáforas, como ejemplo baste un botón:
Persigo el aleteo de los peces:
el
miedo en sus ojos,
su
plegaria por no ser cercenados.
Pero eso no detendrá el filo del machete
sobre su cabeza
no
evitará que se fría su piel
y
se decore con finas hiervas.
Reposarán en un oasis de soya
junto
a una cama de arroz al vapor
en
los labios de un comensal.
Lo cierto es que ser escritor es fácil o
imposible, porque ya lo dijo Jaime Sabines: La vida está antes y por encima
de la poesía, aún y cuando el poeta es el reflejo de la poesía que
escribe, esto parece emparentar dentro de la sinonimia al poeta con la poesía,
amén del poema; partiendo que un poema más que palabras es una experiencia de
vida, por lo tanto como escribió César Vallejo: Si a un poema se le amputa
un verso, una palabra, una letra, un signo ortográfico, muere. Por ello es
necesario partir de la lectura para llegar a la escritura, pues la concepción
de un verso, digo un verso no un poema, debe estar respaldada por una lectura
mínima de mil versos, pues yo aprendi la lección de Víctor Hugo: Prefiero
que me silben por un buen verso a que me aplaudan por muchos malos. Hoy en
este espacio podemos aludir no uno sino varios versos y poemas enteros, pues no
olvidemos que la finalidad de la literatura es transmitir y para ello necesita
servirse del lenguaje sin dejar pasar que nuestro sujeto es la poesía, no el
lenguaje; aunque las raíces de la poesía están en el lenguaje.
La comida es un breve oasis
donde
las papilas
reposan al son del condimento
y
el cuerpo se baña
con un fulgor de energía.
Después del aplauso, alejemonos lo más
posible de la idea de que el poeta es un pequeño Dios, porque en realidad no es
ni la sombra de un ser demoniaco, entendamos por fin el poema de Ricardo
Casiano que dicta así: ¿Qué es el poeta? / Es un hombre
/ que trabaja el poema / con el sudor de su frente. / Un hombre que tiene
hambre, / como cualquier otro hombre. Pero, si no logra
hacer vibrar a su posible lector con el incendio de sus letras, eso no debe
tener importancia pues por un lado, la poesía es una crítica de la vida
y, por otro lado, la poesía es la única prueba
concreta de la existencia del hombre.
En conclusión: cuando La palabra va en busca de la palabra, no queda más remedio que abandonarse a la lectura que por
ende nos llevará a la escitura, al decir abandonarse me refiero a que no
debemos imaginar para quien debemos escribir, no pensemos en el lector, pues el
mejor consejo leído es aquel dictado por Vicente Quirarte: No
escribas para nadie, solo así estarás escribiendo para alguien. Así que
aprovechemos los minutos de oxígeno que nos restan y dediquemos a escribir
antes de que nos sorprenda el suspenso del reloj. Pues si para escribir hemos
nacido, no hay tiempo que perder.
Mantengamos además la firme esperanza de
que, en cada instante, el quehacer literario nos permita crear poemarios de
esta envergadura como Dragón en llamas, no por los posibles premios o
reconocimientos, sino por la capacidad de transmisión a cualquier lector,
insipiente o docto. Enhorabuena estimado Diego Alejandro Sosa Tang, por este su
Premio Nacional de Poesía Saúl Ibargoyen 2024. No olvide que la poesía sana y
salva.
Ciudad de México, a 10 de marzo 2025.
Federico Corral Vallejo. Nació en Parral, Chihuahua. Escribe poesía, ensayo, novela, crítica y canciones. Tiene publicados más de 40 libros, entre las más destacados: En poesía: Vomitar mi muerte. En ensayo: Carlos Montemayor: Finisterra será mi voz para siempre. En cuento: Mujer de humo. En canciones: A capella 440 y en novela: El otro Federico, más allá de la ficción. Posee: Premio Nacional Carlos Pellicer para obra publicada 2002. Premio Programa de Publicaciones 2004 del Instituto Chihuahuense de la Cultura con el libro de ensayo Principios de sensibilidad; Premio AFEMIL-Brasil-hispanoamericano de literatura 2006, por su novela Cartografía de una casa, Minas Gerais de Belo Horizonte, Brasil. Premio Nacional de Poesía XXXIX Juegos Florales de San Juan del Río, Querétaro, 2009 por su obra: Los verdaderos ángeles no tienen alas. Dirige Tintanueva Ediciones desde 1997 a la fecha. Su trabajo poético ha sido traducido al inglés, francés y portugués. Publicado en EUA, Canadá, Brasil, Argentina, Perú, Cuba, España, Puerto Rico, Bolivia y México.
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