E M décimo aniversario. Luis Raúl Herrera Piñón autor nuestro
El lunes 10 de agosto de 2014 inició Estilo Mápula revista de literatura. Poemas, fotos y relatos. Editores Jesús Chávez Marín y Javier Chávez Bejarano.
Luis Raúl Herrera Piñón es el jefe de la Unidad de Cine de la Quinta Gameros desde hace 19 años, tiempo en el que ha privilegiado la difusión de la cultura, a través de cine de calidad. Durante años publicó en El Heraldo de Chihuahua su columna Rollos cortos, en donde hacía crónicas y crítica de cine.
Arte de Covarrubias
Lección 56
Para escribir relatos al alimón
Esto es semejante al ping pong. Uno de los dos autores hace el “saque”: escribe un relato completo, o casi terminado, como salga a la primera, y se lo manda al otro en un archivo de Word.
El segundo lo toma de principio a fin y le cambia, le agrega o le quita, lo corrige y lo modifica como quiera, con toda libertad. Y lo pasa al otro lado de la cancha.
El autor inicial recibe la bolita y vuelve a tomar el relato, de principio a fin, y hace lo mismo exactamente: le cambia, le agrega o le quita, lo corrige y lo modifica como quiera, con toda libertad. Y lo devuelve en otro archivo de Word. Aquí la estrategia narrativa es: trabajar de nuevo el texto completo, de principio a fin, como si fuera el inicio.
Así el taller de narración continúa uno y otro, como en el ping pong, las vueltas que sean necesarias hasta que los dos autores acuerdan que el relato está concluido a todo lo que da.
Es entonces cuando los dos tienen ya un relato terminado, que firman los dos autores en coautoría. Let’s play.
JChM Taller Literario, agosto 2014
El canto
Por Carmen Chávez
Después de más de 30 años, Miriam y Rocío se encontraron en Sanborns. Cada una estaba con un grupo de amigas, pero al verse se abrazaron con mucho entusiasmo, su reencuentro fue verdaderamente emotivo, sus respectivas amigas las veían sorprendidas del gran cariño en los abrazos y las lágrimas de emoción al verse.
Pidieron disculpas y se retiraron las dos solas a una mesa, tenían mucho que contarse.
Eran demasiadas las noticias actuales y los recuerdos de antaño, como cascadas se agua fresca fluían las palabras en cada una, fueron años sin verse.
No hubo reclamos del porqué se dejaron de ver, solo el cariño de una gran amistad.
Platicaron del tiempo en el que se conocieron, allá por los años ochenta, todavía en el siglo 20. Ambas estudiaban la secundaria nocturna en la Secundaria Nueva Galicia que se ubicaba por el centro, y que ya no existe. En ese entonces las dos eran funcionarias de crédito, Miriam en Banrural y Rocío en Banca Confía.
Las dos eran muy dedicadas a sus trabajos, a sus familias y a la escuela. La amistad se fortaleció y juntas empezaron a visitarse en sus casas, viajar, salir a bares a escuchar a los cantantes locales de ese tiempo; también salían con sus nuevos amigos, que eran muy divertidos. Uno de ellos estaba en la escuela y el otro era su amigo, ambos tenían puestos importantes en la Comisión Federal de Electricidad.
Los tres años de secundaria pasaron rápido. Con mucha alegría se iniciaron los preparativos para el gran baile de graduación. Las dos amigas estaban muy emocionadas, ninguna iba mucho a bailes y ahora iban a su baile de graduación, y muy bien acompañadas.
A pesar de que era una escuela nocturna, se planeó una muy bonita graduación, un baile en el hermoso salón de moda en ese momento, que estaba en el Hotel Victoria, y tocaría el grupo Arena Show Band, también de moda.
Se llego el gran día. Las dos amigas llegaron a su baile con hermosos vestidos, muy bien maquilladas y peinadas, acompañadas de sus familias y sus galantes novios Raúl y Humberto.
Fue una noche inolvidable. Para su sorpresa, una amiga de ellas, Adela, era la vocalista del grupo. Ella era hermana de una amiga de la misma escuela.
En uno de los intermedios del baile, esos que se usaban para coquetear, platicar, conocerse, hacer las largas filas para el baño, se presentó en la mesa de las amigas Adela y les platico su proyecto de independizarse como solista, aprovechando su hermosa voz y el auge que estaban teniendo los lugares donde había cantantes en las veladas de fin de semana. Las amigas la animaron a seguir su sueño, prometiéndole que iban a ser sus fans.
Las dos amigas lo siguieron siendo durante casi veinte años. En ese tiempo viajaron juntas y tuvieron aventuras muy interesantes. También iban a bares y lugares de moda a escuchar cantantes. No acostumbraban el licor, pero se divertían grandemente.
En una ocasión, Adela las invito a un bar muy bonito y elegante donde ella cantaba ya exitosamente como solista; se había salido de Arena Show Band y debutó como cantante con su propio grupo. Miriam y Rocío asistieron y allí conocieron a un cantante muy guapo llamado Rodolfo Gerardo, que cantaba igual y hasta mejor que cualquier otro cantante de esa época.
Quedaron fascinadas con él y siempre andaban yendo a los lugares donde el cantaba. Nunca le hablaron, no se acercaron ni una sola vez para saludarlo, eran muy tímidas, solo lo admiraban, aplaudían emocionadas y felices sus canciones y se extasiaban con él.
Así, recordando su pasado se les fueron las horas. Se despidieron con la promesa mutua de revivir aquella hermosa amistad y muy formalmente quedaron en ir al lugar donde actualmente se presenta el cantante que les gusto tanto allá por los años ochenta.
Carmen Chávez es egresada de la Escuela Industrial para Señoritas. Fue funcionaria de Banca Confía y de Multibanco Comermex, luego se trabajó en el sector educativo. Asistió al Taller Literario Demac, escribió una novela de autoficción, todavía inédita, y actualmente escribe notas y fotos en su blog de Facebook.
E M décimo aniversario. Jaime González Crispín autor nuestro
El lunes 10 de agosto de 2014 inició Estilo Mápula revista de literatura. Poemas, fotos y relatos. Editores Jesús Chávez Marín y Javier Chávez Bejarano.
Jaime González Crispín es profesor, por la Escuela Normal de Durango, con grado de Iicenciatura. También estudió en el Taller de Escritura Narrativa, en la Universidad Juárez del Estado de Durango y en el Taller Levriano de Escritura, Querétaro. Ha publicado los libros de cuentos Matemos al cura, Alambre de Púas y Trece veces por minuto. Están inéditos sus novelas Eva Gorrión, o la monja que mató a su hermana y Casi quince, además de su libro de cuentos El mal samaritano.
Nos vamos yendo, paso a paso, vamos caminando sin rumbo
Por Sergio Torres
Nos vamos yendo paso a paso, vamos caminando sin rumbo hacia un futuro que construimos con briznas y polvo, ilusiones y sueños, cada uno los suyos, cada uno los propios. Vamos de aquí a allá, con pasión o con descuido, llenando de huellas la propia vida y los caminos de los demás. Nos vamos yendo sin pausa, sin prisa, sin detenernos nunca, para no volver jamás.
Sergio Torres. Licenciado en Artes, músico desde la infancia, dibujante y compositor de canciones. Maestro de música por vocación.
Arte de Covarrubias
Lección 55
Ejercicio: Escribir un texto con las siguientes especificaciones. Acuérdense que luego de leerlas ustedes deben redactar con toda libertad de tema y de forma, aplicando solo las sugerencias que les sean útiles, o ninguna, según lo que decida el ritmo de la escritura.
Relato contado en primera persona: yo esto, yo aquello.
El personaje narrador es alguien completamente parecido a la autora, el autor.
Si el personaje es exactamente la misma autora, autor, sería mejor.
Hay otro personaje que es un hombre de una edad indeterminada.
El hecho sucede de las 12 de un viernes al medio día, a las 24 horas del día siguiente.
A menor periodo de tiempo, mejor.
Escenarios: Un bar de la ciudad de Chihuahua bien ubicado.
Una recámara.
Una iglesia.
Hay un tercer personaje que no aparece en el relato, pero es un referente en el tiempo o en la distancia o en los dos elementos, que a pesar de eso es muy importante para la trama del relato.
Extensión la que sea necesaria para que cristalice el cuento; pero sabiendo que entre más breve, mejor.
JChM Taller Literario, mayo 2019
E M décimo aniversario. Aracely Sánchez Ruiz autora nuestra
El lunes 10 de agosto de 2014 inició Estilo Mápula revista de literatura. Poemas, fotos y relatos. Editores Jesús Chávez Marín y Javier Chávez Bejarano.
Aracely Sánchez Ruiz es licenciada en relaciones industriales egresada del Instituto Tecnológico de Chihuahua, trabajó 18 años en El Heraldo de Chihuahua, donde inició como correctora y los últimos doce años como reportera de la sección de espectáculos y cultura. Actualmente escribe notas y comentarios en Facebook.
De La Cruz a Delicias
Por Carlos Gallegos
—¿Te acuerdas, Marcelino, del campamento que montamos hace dos años aquí en la hacienda de Las Garzas, donde dicen que en la noche hay aparecidos?
—¿Y cómo no va a haber fantasmas en esas tapias tan viejas? ¿y cómo no me voy a acordar? ¡si los ingenieros que mandan no me acabaron de pagar el trato que hicimos!
—Pos’ora menos te han de pagar. No amanecieron. Se fueron todos y se llevaron todo.
—¡¿Cómo así?! ¿y pa’ónde ganaron? ¿y las casitas de madera que les hicimos, qué hicieron con ellas?
—Se las llevaron. Unas por tierra con sus rueditas rodando, las demás en las plataformas del tren.
—¡¿Cómo así?! ¿y pa’ónde ganaron, pal’ sur o pal’ norte? porque el tren gana pa’ los dos rumbos.
—Ganaron hacia el norte, según las órdenes del ingeniero Blake.
—Pal´norte también se fue el tren en que se llevaron muy mala a su esposa, doña Lupe.
—Doña Lupe Bustamante. Se fue a morir a Chihuahua. Allá mismo está enterrada.
—¡Qué destino el de ella! tanto que vio por nosotros.
—¿Y las casitas también se las llevaron pa’ ese Chihuahua que mientas?
—Me dijo el ingeniero del Pino que las van a bajar, con todo lo demás, como a unos 60 o 70 kilómetros de aquí. No sabía dónde mero.
—O sea, poquito antes de llegar a ese Meoqui que mientan.
—Por ahí. Antes de cruzar el San Pedro.
—Bueno, ¿y por qué se las llevaron, si las hicimos muy bien hechas?
—Válgame Dios, Chelino. Tú sí que vives en la luna. Donde las bajen, van a levantar un pueblo.
—¡¿Otro pueblo?! ¿pos’ pa’ qué tanto, tío? si ya están La Cruz, donde nosotros vivimos; Camargo; Jiménez mentado, y más allá el mineral del Parral, y quién sabe cuántos más.
—Mira, Chelinito, mejor no andes contando que eres de mi sangre. Quién sabe a quién saldrías. ¿Pues para qué crees que hicimos el campamento que se acaban de llevar? ¿para qué piensas que llevamos dos años trabajando, tendiendo el canal principal?
—Tampoco me juzgue tan meco, pariente. Tampoco. El campamento que dice que se llevaron anoche lo levantamos pa’ que vivieran los ingenieros y los topógrafos que vinieron del sur a hacer el canal, y el canal es pa’ arriar l’agua de Boquilla.
—¡Oye, dispénsame! Siempre sí sabes algo. ¿Y según tú, en qué ocuparán el agua? “l’agua”, como dices tú.
—Ay, parientón, ¿quién es ‘ora el meco? Pos’ pa’ regar la tierra de aquí y de más allá.
—¿Y quién, ¡quién! no, “quén” la va a regar?
—Ya dejé de envelerarme tanto. Le hubiera dicho a mi a’pá que me mandara a la escuela a Camargo, entonces no hablaría tan feo.
—Uh, qué sentido saliste. Bueno, ¿quién va a regar la tierra con el agua del canal?
—Pos’ la gente, viejo regañón.
—Lo de regañón como quiera te lo paso, pero ¿viejo por qué? si casi somos de la misma edad. Pero bueno, estamos platicando. ¿Y esa gente dónde va a vivir?
—Ah, pos’ ni que fuera asunto de uno. Yo digo que cada quén ‘ónde le parezca.
—Sobrino, sobrinito de mi alma. Es lo que llevo una hora tratando que entiendas, cabezón. Pues algunos, los que lleguen primero cuando se reparta la tierra y llegue el agua, vivirán en las casitas que se llevaron anoche. Los demás, como bien dices, vivirán donde puedan o donde mejor les parezca.
—Bendito sea Dios. Hasta que le hice tablas una. ¿Y de aquí de La Cruz, no estaría güeno irnos pa’ llá? ya ve que ora que acaben el canal y ya sin campamento, nos vamos a quedar dioquis.
—Santísimo sacramento del altar. Ni falta te hizo la escuela. Qué atinada le has dado. Cuélale a levantar un censo.
—¿Levantar un qué, Lupe?
—Haiga Dios. Ya hasta lo de tío se te olvidó. Ahí después te explico. Mientras, vete al comercio de los Alcántar y saca fiado unos diez pliegos de papel de envolver, un lápiz amarillo, y empieza a hacer una lista de los que se quieran ir.
—Siempre me han de dejar lo más difícil. Primero no me pagan completo mi trabajo y ‘ora me manda usté’ a sacar fiado.
—Para que veas que siempre sí te hizo falta la escuela.
—Ta’ güeno. Si no me fían los Alcántar, les pido a los Ortega. Con tal de irnos a sembrar al mentado Delicias.
—Cuélale, cabezón.
Carlos Gallegos Pérez es licenciado en comunicación por la UNAM, licenciado en periodismo por la UACH. Fue coordinador de comunicación social de la UACH, así como también fue coordinador de comunicación social en Gobierno del Estado, ganador del Premio Chihuahua de Literatura y del Premio Nacional INBA Novela de Testimonio. Autor de varios libros, actualmente es cronista de Ciudad Delicias.
E M décimo aniversario. Luis Fernando Rangel autor nuestro
El lunes 10 de agosto de 2014 inició Estilo Mápula revista de literatura. Poemas, fotos y relatos. Editores Jesús Chávez Marín y Javier Chávez Bejarano.
Luis Fernando Rangel escritor y editor, licenciado en letras españolas por la UACH. Autor de los libros Cuando nuestros huesos sean fósiles, Nombre de piedra, La marcha de las hormigas/The March of the Ants, Corridos de caballos y Dibujar el fin del mundo. Ha recibido algunas distinciones como el II Premio Internacional de Poesía Nueva York Poetry Press en 2021, los Juegos Florales de Lagos de Moreno en el área de cuento en 2021, el IV Premio Nacional de Poesía Germán List Arzubide en 2020 y el Premio Estatal de Poesía Joven Rogelio Treviño en 2017. Textos suyos han sido traducidos al inglés y al italiano y aparecen en publicaciones de México, Ecuador, Colombia, Argentina, Chile y Estados Unidos. Es cofundador y director editorial de Sangre ediciones; y fundador y director general de la revista Fósforo. Literatura en breve. Actualmente es jefe de Unidad Editorial en la Facultad de Filosofía y Letras de la UACH y editor responsable de la revista Metamorfosis.
Arte de Covarrubias
Lección 54
Ejercicio: Escriba un relato con las siguientes especificaciones:
Es un monólogo largo.
Escrito en segunda persona del singular: tú esto, tú lo otro.
El personaje narrador va a contar un dilema legal.
Se mezcla con un dilema amoroso.
Habla con preocupación de un hijo o hija.
El joven, la joven, se inició hace seis meses en las drogas fuertes.
Tiene 19 años.
Vive solo.
Se niega a todo.
Tiene tres días viviendo con un amigo, o amiga.
JChM Taller Literario, abril 2019
E M décimo aniversario. Guadalupe Guerrero autora nuestra
El lunes 10 de agosto de 2014 inició Estilo Mápula revista de literatura. Poemas, fotos y relatos. Editores Jesús Chávez Marín y Javier Chávez Bejarano.
Guadalupe Guerrero estudió antropología en la ENAH Chapultepec y sociología en la UNAM. Ganó el Premio Testimonio INBA Chihuahua con su novela Notas desde la montaña. Además, ha publicado los libros Redes, La virgen del cholo, A veces la soledad, Intervida, y otros más. Actualmente escribe novelas: tiene una en prensa que se llama Los trece domos genésicos.
Mi abuelo
Por Marco Benavides
A veces, en las tardes doradas del otoño, cuando el sol se despide y la brisa murmura pensamientos entre los árboles, me encuentro a la sombra de un roble antiguo reviviendo ecos de un pasado que sigue vibrando en mi corazón. Es en esos momentos en que el recuerdo de mi abuelo se alza como un faro, iluminando rincones oscuros de mi memoria.
Mi abuelo no era hombre de grandes discursos ni de gestos grandilocuentes. Su sabiduría se tejía en la simplicidad de los actos cotidianos, en la manera en que sus manos, callosas pero firmes, ofrecían ayuda sin necesidad de palabras. Recuerdo el ritmo pausado de su andar, un paso a la vez. Era un hombre de presencia serena, su mirada parecía guardar conocimiento de siglos.
Nacido en una época distinta a la nuestra, mi abuelo vivió con la esencia de una generación que valoraba el trabajo arduo y la dignidad. A menudo me encuentro en la cocina con el aroma del café recién hecho y me parece escuchar su voz suave, narrando relatos de tiempos pasados con una mezcla de nostalgia y orgullo. En sus palabras había una lección implícita, una invitación a comprender que el verdadero valor no reside en los bienes materiales, sino en la riqueza del espíritu y el amor compartido.
Mis recuerdos se deshacen en una serie de imágenes vivas, casi como un cuadro impresionista pintado con los tonos cálidos de la memoria. Las tardes en el jardín, cuando él me enseñaba a plantar tomates y a cuidar las flores. Su manera de hablar con las plantas, tocarlas con reverencia, era una forma de enseñarme el respeto hacia la vida. “Cada ser tiene su propio lenguaje”, solía decir, “solo hay que aprender a escucharlo”. Era un maestro de la paciencia y de la simplicidad, mostrando con sus acciones que el mundo está lleno de enseñanza si uno está dispuesto a prestarle atención.
Había en él una magia sencilla, un don de transformar lo ordinario en extraordinario. Me solía contar historias antes de dormir, no con el estilo pomposo de un cuentista profesional sino con la sinceridad de un hombre que había vivido esas aventuras. Hablaba de héroes comunes, de hombres y mujeres que, como él, habían encontrado grandeza en los detalles pequeños. La esencia de esas historias era que no se trata de ser grandioso, sino de ser auténtico. Y en su autenticidad, me enseñó que la verdadera grandeza reside en la bondad y en el amor que uno puede ofrecer.
Una tarde en particular se alza como un recuerdo brillante en mi mente. Había nevado toda la noche y el mundo se había transformado en un manto blanco, silencioso y sereno. Mi abuelo y yo caminamos por el campo cubierto de nieve, nuestros pasos crujían en la fría superficie. La tranquilidad del paisaje era casi abrumadora, y él, con su sonrisa enigmática, me tomó de la mano. “La nieve”, dijo, “es como la vida. A veces, cubre todo de blanco, ocultando las imperfecciones, pero debajo sigue existiendo el suelo, la tierra firme sobre la que se construye”. En ese momento, entendí que la nieve no solo es un manto de hielo, sino una metáfora de la vida misma, un recordatorio de que siempre hay algo sólido y valioso bajo la superficie.
La vida de mi abuelo estuvo marcada por la humildad y el sacrificio, pero también por una capacidad inquebrantable para encontrar alegría en lo simple. Era un hombre de rutinas, de ceremonias cotidianas que, aunque pudieran parecer triviales, tenían significado profundo. Cada mañana, al amanecer, se sentaba junto a la ventana mirando el mundo despertar mientras leía el periódico con calma. Era su ritual, un momento de conexión con el mundo exterior, y cada vez que lo observaba, me sentía parte de algo grande, de una continuidad que me unía a él y a generaciones pasadas.
Sus enseñanzas no eran lecciones explícitas, sino principios vividos y encarnados en su forma de ser. En la manera en que enfrentaba los desafíos, en cómo trataba a las personas, había una claridad que hablaba más fuerte que cualquier palabra. Me enseñó que la verdadera riqueza de la vida no se mide por lo que uno posee, sino por lo que uno da. Sus actos de generosidad, su disposición a ayudar sin esperar nada a cambio, eran la manifestación tangible de una ética de vida que siempre admiré.
Con el paso del tiempo, cuando la enfermedad comenzó a robarle su vitalidad, vi en él una fortaleza silenciosa. Sus palabras se volvieron más escasas, pero cada una de ellas llevaba el peso de una vida bien vivida. En sus últimos días, aún en medio del dolor, me regaló una última lección: la dignidad en la adversidad. En lugar de lamentarse, su actitud era de aceptación serena, como si hubiera alcanzado una comprensión profunda de los ciclos de la vida. Y en ese momento de fragilidad me mostró que la verdadera fortaleza reside en enfrentar la vida con gracia, sin importar cuán difícil se vuelva.
Hoy, al mirar hacia atrás, me doy cuenta de que mi abuelo dejó un legado que va más allá de los objetos materiales que pueda haber dejado. Su verdadero legado es el impacto profundo que ha tenido en mi vida y en la forma en que percibo el mundo. Cada lección, cada gesto, cada palabra, se ha convertido en una parte esencial de lo que soy. En los momentos de duda, me encuentro volviendo a sus enseñanzas, buscando en ellas la claridad y el consuelo que solo un amor genuino puede proporcionar.
El amor que siento por mi abuelo no es algo que se pueda medir en términos concretos; es una presencia constante en mi vida, una brújula que guía mis acciones y decisiones. Cada vez que me enfrento a algo que me atemoriza, recuerdo su serenidad y su fortaleza, y me encuentro inspirado a enfrentar mis propias pruebas con la misma dignidad que él mostró. Su vida, aunque sencilla en apariencia, estaba llena de una riqueza de experiencias y enseñanzas que seguirán resonando en mí mientras viva.
Su memoria es como una melodía eterna, una canción que sigue tocando en los momentos de silencio y en las pausas de la vida. Y mientras camino por mi propio sendero, sé que su influencia continuará guiándome, como una luz suave pero constante que ilumina el camino. Cada paso que doy, cada decisión que tomo lleva la marca de su sabiduría y de su amor.
Así, en las tardes doradas del otoño, cuando el sol se oculta y la brisa lleva consigo los latidos del pasado, mi corazón se llena de gratitud y amor. Mi abuelo, con su vida simple pero extraordinaria, me enseñó que la verdadera grandeza no reside en las posesiones ni en los logros, sino en la capacidad de vivir con autenticidad y amor. Su legado es una llama que nunca se apaga, una inspiración que continuará guiando mis pasos mientras busco vivir de la manera que él me mostró: con humildad, con dignidad y con un amor.
27 agosto 2024
Marco Vinicio Benavides Sánchez es médico cirujano y partero por la Universidad Autónoma de Chihuahua; título en cirugía general por la Universidad Autónoma de Coahuila; entrenamiento clínico en servicio en trasplante de órganos y tejidos en la Universität Innsbruck, el Hospital Universitario en Austria, y en el Instituto Mexicano del Seguro Social. Ha trabajado en el Instituto Mexicano del Seguro Social como médico general, cirujano general y cirujano de trasplante, y también fue jefe del Departamento de Cirugía General, coordinador clínico y subdirector médico. Actualmente jubilado por años de servicio. Autor y coautor de artículos médicos en trasplante renal e inmunosupresión. Experiencia académica como profesor de cirugía en la Universidad Autónoma de Chihuahua; profesor de anatomía y fisiología en la Universidad de Durango. Actualmente, investiga sobre inteligencia artificial en medicina. Es autor y editor de la revista web Med Multilingua.
Tú no lo sabes, corazón, pero hay cosas que llevan tu nombre
Por Sergio Torres
Tú no lo sabes, corazón, pero hay cosas que llevan tu nombre. Hay canciones sin letra que te he escrito y que no puedo cantarte. Hay dibujos que he trazado en mis cuadernos que tampoco puedo darte porque sé que ni me haces en el mundo, a mí, que soy telón de fondo en el drama apasionado de tu vida.
En mi cabeza soy D’Artagnan, don Juan y Jaime Oliver, un héroe, un conquistador y un cocinero amoroso. Escribo porque siento que dejo de respirar cuando tengo tanto por pensar y decir, y tan pocas palabras para expresarlo.
Hay muchas cosas de mi día que llevan tu nombre: la taza de café en la mañana, por la manera de prepararlo o por el brillo de miel clara en la superficie del café, o por el aroma de canela y leche bronca, o por el olor de albahaca recién cortada de un parche de tierra lleno de hierbas aromáticas.
Estás en el libro que leo, en el separador, en los subrayados con lápiz de algunas frases, en la traducción de alguna palabra al francés, porque tu español, tu castellano, es tan mocho como mi francés. Ahí vamos los dos, discapacitados lingüísticos, entendiéndonos a señas y besos, a guiños y apretones de manos.
Estás en mi camino diario a misa, ¿quién lo hubiera pensado? voy todos los días a tocar misa de 7; en las rayas de la banqueta y el pavimento, en los escalones que bajo o subo para llegar al coro del templo y la pedalera del órgano, antiguo como yo, eterno como Dios.
Estás en mi guitarra, que me deja acariciarla a diario, aunque toque las mismas dos canciones: la que casi me aprendo y la que estoy a punto de olvidar. Dicen mis nietas que es la misma canción, pero ellas no entienden de la memoria de los viejos como yo, que tenemos una clasificación precisa de lo que merece ser olvidado y lo que pertenece a la memoria eterna, la que no se desgasta, la que palpita con el corazón y se desdibuja con cada respiro.
Estás en la pluma fuente, recuerdo de días más prósperos, en los trazos con que evado un poco la realidad emergente y atiendo las postreridades humanas.
Aquí estás, bajo cualquier nombre, como mujer para mi ser hombre, compañera de pasillo y escaleras, palpitar de mi corazón, luz de mis ojos, lámpara de la eternidad. Estás, siempre estás, aunque te hayas ido.
Sergio Torres. Licenciado en Artes, músico desde la infancia, dibujante y compositor de canciones. Maestro de música por vocación.
Arte de Covarrubias
Lección 53
Ejercicio de redacción
Escriban un texto muy breve en verso, de solo tres líneas. Si gustan, tomen como modelo la forma literaria del haikú. Será una carta personal que se dirige a una persona específica, con los siguientes elementos:
El público al que está dirigido el haikú, o la frase, es una mujer de los años setenta, cuando en México no se había consolidado el feminismo.
El haikú, o texto breve, pertenece a la estación de otoño.
Está involucrado un árbol.
No den consejos ni fórmulas de superación personal.
Se refiere a un duelo que ella acaba de pasar por alguna razón.
El narrador, narradora, o voz poética, escribe desde otro duelo que le aflige en el momento de escribir.
JChM Taller Literario, marzo 2019
E M décimo aniversario. Leoncio Acuña Herrera autor nuestro
El lunes 10 de agosto de 2014 inició Estilo Mápula revista de literatura. Poemas, fotos y relatos. Editores Jesús Chávez Marín y Javier Chávez Bejarano.
Leoncio Acuña Herrera, periodista y escritor, es licenciado en ciencias de la comunicación. Ha sido reportero en Novedades de Chihuahua, subdirector editorial de Norte de Chihuahua y jefe de información de El Heraldo de Chihuahua. Tiene maestría en periodismo por la Universidad Autónoma de Chihuahua.
Margarita
Por Guadalupe Guerrero
Sol de la infancia
flor que alimenta el siglo
de tus rayos de oro
y que el viento mueve a disgusto
en la cabeza de los hombres,
adorno de los descamisados
aro flotante en el remoto
fuego en sus ojos de
predilecto surrealista.
Febrero 1990
Guadalupe Guerrero estudió antropología en la ENAH Chapultepec y sociología en la UNAM. Ganó el Premio Testimonio INBA Chihuahua con su novela Notas desde la montaña. Además, ha publicado los libros Redes, La virgen del cholo, A veces la soledad, Intervida, y otros más. Actualmente escribe novelas: tiene una en prensa que se llama Los trece domos genésicos.
E M décimo aniversario. Leticia Herrera autora nuestra
El lunes 10 de agosto de 2014 inició Estilo Mápula revista de literatura. Poemas, fotos y relatos. Editores Jesús Chávez Marín y Javier Chávez Bejarano.
Leticia Herrera poeta, promotora cultural, editora, maestra universitaria, ha publicado una selva de libros, entre ellos: Pago por ver (1984), Canto del águila (1985), Poemas para llorar (1993), Caracol de tierra (1996), Vivir es imposible (2000), Hace falta que llueva (2002), Poemas incompletos 1984 – 2006 (2006), Solo digan que fui (2011), Celebración del vértigo (2011), Palabras roncas (2016) y Poemas escogidos (2019). La Universidad Autónoma de Nuevo León le entregó el Premio de las Artes 2011. Es directora de Ediciones Caletita.
Arte de Covarrubias
Lección 52
Ejercicio: Escribir un relato con los siguientes elementos:
El personaje narrador es un hombre, o el personaje femenino es una mujer, según sea el caso, con las mismas circunstancias que el autor, la autora (edad, estado civil, color de pelo, todo igual).
Tiempo: época actual.
Espacio: ciudad de Chihuahua.
Flash back, ir al pasado: una escena de esa mujer en una boda del siglo 20 en el salón de eventos del Hotel Victoria.
Toca en el baile el grupo musical Arena Show Band. La vocalista se llama Adela.
El personaje es amiguísimo o amiguísima de Adela, la cantante, y ella va en un intermedio a la mesa del, o la, protagonista porque le quiere consultar algo urgente: de amores, negocios, finanzas o de salud.
Extensión mínima: media cuartilla. Máxima: diez cuartillas.
Febrero 2019
Dintel de Almudena
La sinfonía de los despertares, episodio 4: El eco del pasado
Por Almudena Cosgaya
El amanecer se filtraba a través de las grietas en las paredes, proyectando sombras y creando un juego de luces que parecía burlarse de los sobrevivientes. Tres siluetas caminaban en silencio, el peso de lo que habían desatado en la noche anterior lo cargaban sobre los hombros como una pesada piedra. La vibración que sentían en el aire no había desaparecido; parecía latir con intensidad creciente, un eco del ritual que aún resonaba en sus almas.
Gera lideraba esta vez, sus sentidos aun exaltados por la sensación persistente de que algo los acechaba, lo tenía intranquilo. Había aprendido a confiar en su instinto, ese mismo instinto que lo había mantenido con vida todo este tiempo y que ahora le gritaba que el peligro estaba cerca. Sus pasos eran firmes pero silenciosos, su mirada oscura como si buscara desentrañar los hilos de un destino que se tejía justo fuera de su alcance. Aquello le producía ansiedad.
Elisa caminaba detrás de él, su mente aún envuelta en las revelaciones del ritual. Aunque había alcanzado un nuevo nivel de conciencia, una parte de ella se sentía atrapada en un ciclo interminable de preguntas. ¿Qué era ese poder que habían desatado? ¿Y cuál sería el costo de usarlo? Los pensamientos revoloteaban en su cabeza como sombras, y por primera vez en mucho tiempo sentía una punzada de miedo.
Nubia cerraba la marcha, su mente absorta en las palabras del manuscrito chamánico. Las imágenes del ritual aún bailaban en su mente. Sabía que había abierto una puerta que quizás nunca debió haberse abierto, y aunque su instinto de periodista la impulsaba a seguir adelante, no podía deshacerse de la sensación de que estaban jugando con fuerzas que no comprendían. Sentía que perdía el control.
De repente Gerardo se detuvo en seco, levantando una mano para detener la marcha. Elisa y Nubia intercambiaron una mirada cargada de tensión antes de acercarse a él, sus corazones latiendo con fuerza. En el aire, algo había cambiado; una quietud antinatural los envolvía, como si el mundo entero estuviera conteniendo el aliento.
—¿Qué es eso? —, susurró Elisa, su voz apenas un murmullo.
Gera no respondió. Fijó la vista en una figura que emergía lentamente de las sombras al final de la calle. Era alta y esbelta, su silueta envuelta en un manto negro que parecía absorber la luz a su alrededor. No tenía rostro visible, pero había una presencia innegable, algo que parecía resonar con la misma energía que habían desatado en la sala ritual.
—No lo sé —dijo Gera sin apartar la mirada.
—Sea lo que sea, no es humano —, murmuró Nubia, su mano aferrando el pergamino como si fuera un talismán.
La figura se movió hacia ellos con una lentitud deliberada, cada paso resonando en el pavimento como un eco. A medida que se acercaba, el aire a su alrededor se enfriaba, y una niebla etérea comenzó a envolver el entorno, difuminando los bordes de la realidad. Elisa sintió que el miedo crecía en su interior, un miedo que iba más allá de la lógica.
Gerardo dio un paso adelante, su mano derecha descansando instintivamente sobre la empuñadura del cuchillo que llevaba al cinturón.
—No te acerques más —dijo en voz baja, su tono firme, pero con toque de incertidumbre.
La figura se detuvo, su presencia imponente. Una voz surgió de la niebla, un susurro suave que parecía resonar en las mentes más que en el aire.
—No pueden deshacer lo que han hecho. Han despertado fuerzas que trascienden el tiempo. Ahora, deben enfrentar las consecuencias.
Nubia sintió un escalofrío
—¿Quién eres? —preguntó, su voz temblando a pesar del intento de mantener la calma.
—Soy nadie —respondió la voz, su tono impregnado de una tristeza profunda—. Y lo soy todo. El eco de sus miedos. La sombra de sus decisiones. El guardián de los secretos.
Elisa sintió que el pánico comenzaba a apoderarse de ella. Las palabras de aquel ser resonaban con una verdad aterradora, una verdad que había estado tratando de ignorar desde que comenzaron su búsqueda.
—¿Qué es lo que quieres de nosotros? —preguntó. Su voz apenas fue un susurro.
La figura se inclinó levemente hacia adelante, como si estuviera examinándolos, aunque no se le veían ojos.
—Quiero que comprendan el peso de sus actos. Han alterado el tejido del tiempo y del espacio, y ahora, deben restaurar el equilibrio. El portal que han abierto no puede permanecer sin ser vigilado. Deben cerrarlo antes de que sea tarde.
El frío en el aire se intensificó, y Gera sintió que el hielo comenzaba a invadir su corazón. Sabía que las palabras del ser eran ciertas, pero también sabía que cerrarlo no sería fácil.
—¿Cómo podemos hacerlo? —preguntó, su voz dura como el acero.
—Con un sacrificio —respondió la figura, su tono sombrío—. El mismo poder que desataron debe ser devuelto al lugar de donde proviene. Solo entonces se restaurará el equilibrio. Pero sepan esto: el precio será alto. Uno de ustedes no saldrá con vida.
El silencio cayó sobre ellos como una losa de mármol, denso y opresivo. Elisa, Nubia y Gera se miraron, sus ojos reflejando la terrible verdad que acababan de escuchar. El miedo que los envolvía era tangible, un peso que les oprimía el pecho, dificultando la respiración. Sabían que debían tomar una decisión, y sabían también que esa decisión los cambiaría para siempre.
—Hicimos esto pensando en cambiar el destino, pero no tomamos en cuenta las consecuencias —dijo Elisa tomando una fuerte respiración.
La figura dio un paso atrás, como si hubiera estado esperando esa respuesta.
—El tiempo corre. Decidan pronto, o el portal consumirá todo lo que conocen.
Y con esas palabras la figura se desvaneció en la niebla, dejando a los tres en un silencio helado. Sabían que no tenían otra opción. Sabían que el precio debía pagarse. Sabían que uno tendría que despedirse.
Con el corazón pesado y el miedo acechando en sus mentes, los tres se prepararon, conscientes de que el eco del pasado resonaría en sus vidas para siempre.
Almudena Cosgaya descubrió su gusto por las historias desde niña; hacía fanfics de relatos ajenos, lo cual fue para ella un excelente entrenamiento para escribir luego sus propios cuentos, al darse cuenta de que en algunos de sus relatos de fanfic había creado un personaje que merecía su propia historia. Es autora de poemas y de prosa narrativa. En 2017 publicó su novela La maldición del séptimo invierno.
Cocodrilo Bit
El adiós de la Revista Literaria Trinando
Por Benito Rosales
Conocí la Revista Literaria Trinando por medio de su página de Facebook. Mes con mes lanzaban una convocatoria para conformar el número que publicaban de manera electrónica en la Web. Algunos de mis cuentos, antes de estar en libros, estuvieron publicados en sus páginas, y otras veces, textos que aparecieron en mis libros fueron difundidos en su revista. El trato hacia mi persona siempre fue amable por parte de los administradores: cálido, cercano, atento, lejos de esa frialdad que, al menos en mi experiencia, es común en la mayoría de las ediciones de este tipo, donde cuesta incluso confirmar la recepción de un correo. En Trinando no era así: los correos iban y venían cuantas veces fuera necesario y, si había que discutir algo más por otro medio, así se hacía.
Es una pena que haya dejado de existir, o que al menos ahora su operatividad esté pausada. Según entiendo, el problema surgió por la falta de pago a la empresa que provee el dominio y el nulo financiamiento con el que cuenta la revista. En otras publicaciones he comentado sobre el valor que, en mi opinión, tienen los autores independientes y los espacios culturales independientes, entendidos estos como iniciativas ajenas a las impulsadas por la estructura gubernamental. En esa misma línea, proyectos de difusión como las revistas culturales, entre ellas Trinando, juegan un papel importante, pues son la plataforma ideal que encaja muy bien con la literatura independiente, al permitir su difusión. Desconozco los números de Trinando: ignoro cuántos autores lograron publicar en casi diez años de existencia, no sé a cuántos países llegaron ni cuántos textos fueron registrados en sus páginas. Me atrevo a decir que no es un número menor, ya que su publicación mensual solía ser muy completa y variada.
Platicando con Mario Bermúdez, el director y fundador, por medio de WhatsApp (él reside en Bogotá y yo en Monterrey), después de meses de buscar una solución, llegó el día en que simplemente ya no pudo continuar. Le comentaba sobre la importancia de ver esto como un aprendizaje; es difícil mantener un proyecto de esta envergadura sin tropiezos cuando se carece de una infraestructura organizacional que le dé soporte. Aquí lo que mueve es el amor a la literatura y al arte en general, una voluntad y un deseo genuino de promover libros, autores, textos, pero a veces, por más que se intente, esto no es suficiente.
Desde este espacio de la revista Estilo Mapula quiero enviar un abrazo fraternal a Trinando, a sus administradores y colaboradores, con la esperanza de que esto solo sea una pausa y que luego regresen con más fuerza. Quiero decir públicamente que admiro la tenacidad de Mario y confío en que, como en otras ocasiones, resolverá esta situación.
Les comparto su página de Facebook por si desean escribir algunas palabras de aliento en su muro y, ¿por qué no?, donar, que es lo que más necesitan en este momento.
https://www.facebook.com/RevistaTrinando/about?locale=es_LA
25 agosto 2024
Benito Rosales Barrientos nació en Monterrey, ha participado en talleres literarios de su ciudad natal. Es autor de los libros: Sobre la cornisa del laberinto, poemas; Cuando estos cielos caigan como ojos de gato, poemas; Las flores del jardín, cuento, 2017; La niña y la serpiente, cuento, Metimos la pata, entre otros.
Lucidez
Por Guadalupe Ángeles
I
Tu héroe no ha muerto
consiguió un trabajo
a la orilla del cinismo
fue a tocar su guitarra eléctrica
musicalizando promesas
mohosas
Ha perdido toda lucidez
el traje de héroe
‒lástima‒
cuelga de sus huesos laxos
como horario de burócrata converso
Sí, tal vez
su imagen ha cambiado
pero recuerda todas las canciones
y el viejo truco de posar como gato de angora
Haces bien en olvidarlo
no ha muerto
pero como se pasó de vivo
tranquila tumba es tu silencio
frontera que no cruzará
aunque quisiera
Dios bendiga la invención del silencio
ese planeta donde ahora vives
lejos de la heroicidad que hiciste
como quien arma una obra de teatro
protagonizada por cientos de personajes
interpretados por un solo actor:
tu ex-héroe
No ha muerto
‒lo sé de buena fuente‒
habrá cambiado
pero la sangre aún transita
por su cuerpo maltrecho
Olvidó cómo subir hasta la luna
para encenderla
y quizá los paisajes que te inspiró
sean fácilmente reproducibles por la IA
II
Visiones de ti se rompen como cascarones de huevo en el imaginario que compartimos y ha perdido toda vigencia en mis días, antes ávidos de ti, hoy poblados por historias genuinamente labradas como obras de arte. Que me di toda, no es necesariamente cierto, abrazaría quizá otra vez la representación creada para mí desde tu cálculo financiero, pero sabría ahora cuál es el precio, o negociaría alguna rebaja por ser cliente antiguo. Sin embargo, la lógica advierte la ventaja de invertir en otros bienes, ya que el mal está hecho, mejor será conducir la embarcación hacia otros destinos, ya vientos más serenos llevarán a paisajes inciertos pero nuevos porque nuestro viaje caducó hace muchísimas quincenas. Guardo entonces visiones de ti, empotrado en mi sueño como joya fantástica rota por ser quincalla y en mis cuadernos vivirás como fábula construida día a día, cuerpo de argamasa unido por mi voluntad de dar vida al viejo mito que ya se me cae de los labios, del corazón, inevitablemente
III
Este no es el lugar donde las cosas han ocurrido.
‒Roland Barthes
Tu rostro
tu cuerpo todo
todo fue consumado
y no fue ahí, en tu cuerpo
cuerpo de fragmentos amados
amados y nunca muertos instantes idos
idos pero enquistados en el lago abandonado de mi corazón
este corazón como semilla de un deseo
deseo dormido soñando su plenitud,
plenitud que ahora camina con pasos
ligeros de fantasma en mi sueño
sueño en el que huyo de mí, de ti,
«pesadilla»
ya no encuentro otra palabra para describir esa
luz
ese parpadeo
nosotros: mito
Guadalupe Ángeles nació en Pachuca, Hidalgo. Fue directora de la revista Soberbia. Entre sus obras se encuentran Souvenirs (1993), Sobre objetos de madera (1994), Suite de la duda (1995), Devastación (2000), La elección de los fantasmas (2002), Las virtudes esenciales (2005) y Raptos (2009). Ha colaborado en Ágora, El Financiero, El Informador, El Occidental, La Jornada Semanal; en las revistas electrónicas nacionales Al margen y Argos y en las españolas: Babab y Espéculo. Premio Nacional de Novela Breve Rosario Castellanos 1999 por Devastación.
Arte de Covarrubias
Lección 51
Ejercicio: Escribir un relato con los siguientes elementos:
Un narrador personaje que es de la misma edad que nosotros.
Un personaje hombre de cualquier edad.
Otro personaje mujer de cualquier edad.
La acción sucede entre las 9 de la mañana a las 9 de la noche, del lunes más reciente al tiempo de la escritura.
Está involucrada una carta que llega o se va a mandar. Hay que escribir la carta.
Está involucrado un viaje del pasado o que está sucediendo en la actualidad o en el futuro.
Sucede en la ciudad de Chihuahua.
Extensión mínima: media cuartilla. Máxima diez cuartillas.
JChM Taller literario, enero 2019
Foto Carmen Chávez
Emanaciones
Por Jaime Chavira Ornelas
El día nublado da un respiro a las altas temperaturas de verano. El sol debe estar un poco -o un mucho- molesto con alguien en la galaxia, pues sus rayos son intensos y con cierta malicia de hacer daño. Sin embargo, el anciano sentado en la banca muestra que ya ha vivido lo suficiente como para darle demasiada importancia a dichos rayos solares. Su rostro pálido y arrugado expresa paz y tranquilidad; su cuerpo emana recuerdos, vivencias de la niñez y juventud. Todos flotan en el viento y se internan de nuevo en su cuerpo, más recuerdos: una bella mujer que murió hace poco, viajes, personas, sus hijos. Él solo suspira profundamente, se frota las manos y el rostro, y alza la mirada al cielo. Sus ojos, pequeños pero intensos, buscan algo en el firmamento. Es una pareja de tortolos que se enamoran con un perfecto vuelo, él los sigue con la mirada hasta que se pierden en el profundo cielo azulado.
En otra banca, no muy lejos, está sentado un joven de cabellera larga y mirada perdida. Solo ve pasar los autos y camiones, y de su cuerpo emanan figuras geométricas de colores. También aparecen extraños animales voladores, parecidos a dragones, que se persiguen tratando de devorarse entre sí, pero de repente se convierten en uno solo. Además, surgen rostros que parecen ser los de su padre y madre, gritándose, aunque desaparecen casi de inmediato.
En otra banca, está una pareja abrazada, y sus cuerpos desprenden sentimientos en forma de signos musicales. Son baladas que los incitan a besarse y abrazarse más fuerte, tanto que se fusionan y ahora son un solo ser, envuelto por los signos musicales como un remolino de sentimientos.
El día sigue nublado, y los huéspedes del parque se van yendo poco a poco, caminando por el camellón hasta confundirse entre la gente. A lo lejos se puede observar a un grupo de jóvenes que caminan hacia una cafetería cercana; son ocho: cuatro hombres y cuatro mujeres. Entre risas y gritos, llegan a la cafetería y entran. Afuera de la cafetería, hay una señora parada, muy atenta, observando al grupo de muchachos. Entra en la cafetería, se sienta cerca del grupo y pide un té chai con crema y unas galletas de canela. Saca una libreta y una pluma fuente de color rojo y azul, abre su libreta y escribe todo lo que ve y escucha, describiéndolo a detalle. Los muchachos siguen con sus risas y uno que otro grito.
La mujer irradia rostros siniestramente enmascarados; son personajes oscuros que no ríen ni gritan, sino que abren sus bocas -que más bien son fauces- y vomitan pequeñas criaturas voladoras que se adhieren a cadáveres putrefactos. De su pluma fuente roja con azul, también emanan símbolos indescriptibles que se entierran en un campo humeante, con olor a desolación. Ella sonríe, satisfecha de lo que escribe.
Los muchachos proyectan de sus cuerpos personajes desnudos que bailan al ritmo de música progresiva. Los cuerpos se contraen y se fusionan; ahora son uno solo. Todos emanan un perfume narcótico que invade el ambiente en otra realidad, en otro mundo donde solo ellos pueden convivir y disfrutar de un amor libre y limpio. Toda esa esencia paraliza el tiempo en el mundo abstracto emanado de los ocho cuerpos, que siguen sonriendo y suspendidos en la realidad de una juventud permanente, donde el tiempo es solo una mera medición.
La mujer de la pluma fuente roja y azul paga su cuenta, sale de la cafetería, atraviesa la avenida y camina rumbo al centro. Su paso es rápido y firme, y pronto se pierde entre las calles. Los muchachos siguen divirtiéndose y lo demuestran con sus sonoras carcajadas. Después de dos horas de algarabía, salen de la cafetería, se despiden, y cada uno se marcha en diferentes direcciones.
Al parque llegan nuevos personajes, y a la cafetería también. El espacio se llena de nuevas emanaciones, que se fusionan con otras que surgen de todos los seres vivos en el planeta. Fluyen sentimientos, miedos, pensamientos, deseos, ilusiones; todas flotan y se integran al caudaloso río que se eleva al cosmos y viaja a otras dimensiones, donde se fusionarán para convertirse en energía positiva, la cual será depositada en otros mundos habitados por seres de luz.
Jaime Chavira Ornelas es administrador de negocios, logística, control de almacenes, importación y exportación, cursos de lingüística e inteligencia emocional, grado de vendedor oro por GMC. Actualmente pensionado por el IMSS.
Conversación de Luis Kimball y JChM en Frecuencia Mercurio.
E M décimo aniversario. Sergio Torres autor nuestro
El lunes 10 de agosto de 2014 inició Estilo Mápula revista de literatura. Poemas, fotos y relatos. Editores Jesús Chávez Marín y Javier Chávez Bejarano.
Sergio Torres. Licenciado en Artes, músico desde la infancia, dibujante y compositor de canciones. Maestro de música por vocación.
Arte de Covarrubias
Lección 50
Ejercicio de redacción
Lee estos 23 textos de Confucio.
Elije uno de ellos.
Usando ese texto como plataforma, escribe un relato con toda libertad de tema y de forma.
El narrador y el punto de vista de tu relato, cuéntalo desde la primera persona gramatical: “yo” o “nosotros”.
Extensión mínima: media cuartilla. Máxima: diez cuartillas.
Confucio, 551-479 a. C. Filósofo chino, aquí van 23 de sus Máximas.
Debes tener siempre la cabeza fría, caliente el corazón y larga la mano.
El que domina su cólera domina su peor enemigo.
Cometer un error y no corregirlo es otro error.
Nunca hagas apuestas. Si sabes que has de ganar al otro, eres tramposo. Y si no lo sabes, eres tonto.
La sabiduría se preocupa en ser lenta en sus discursos y diligente en sus acciones.
Venganza eterniza odios.
Por lejos que el espíritu vaya, nunca irá más lejos que el corazón.
Se le perdona todo a quien nada se perdona a sí mismo.
Solo los sabios más excelentes y los necios más acabados son incomprensibles.
Los vicios vienen como pasajeros, nos visitan como huéspedes y se quedan como amos.
Aprender sin pensar es tiempo perdido. Pensar sin aprender es peligroso.
La ignorancia es la noche de la mente, pero noche sin luna ni estrellas.
Quien volviendo a hacer el camino viejo aprende el nuevo, puede considerarse maestro.
Aprender sin reflexionar es malgastar energía.
Si no conoces la vida, ¿cómo conocer la muerte?
La naturaleza humana es buena, la maldad es antinatural.
Un hombre de palabras virtuosas no siempre es virtuoso.
Solo el virtuoso es competente para amar u odiar.
Aprende a vivir y sabrás morir.
La erudición que consiste en la memorización de hechos no califica a nadie para ser maestro.
Quien no sepa gobernarse a sí mismo no sabrá gobernar a otros.
Filósofo es aquel que conoce a fondo libros y cosas, quien todo lo pesa y somete al imperio de la razón.
No uses un sable para matar un mosquito.
Marzo 2018
Perfil
Por Carmen Julia Holguín Chaparro
Albuquerque, EU., 2015.
En una parada de autobús
Me preguntó en inglés la hora
y noté su sorpresa
cuando mi acento
delató mi origen.
“No pareces mexicana”,
comentó distraído,
en la total blancura
de mi piel mestiza.
Y yo, que imaginé
su respuesta antes
de hacerle mi pregunta.
le dije: “No pareces
de Estados Unidos”,
mirando descaradamente
su morena piel
anglosajona.
Carmen Julia Holguín Chaparro es doctora en literatura hispanoamericana por la Universidad de Nuevo México. Al lado de su trabajo académico, escribe cuento y poesía. Ha participado en encuentros de escritores en distintas partes de México, Estados Unidos y Argentina; hay textos suyos en antologías y revistas de México, Estados Unidos, España y Uruguay. Tiene dos libros de poemas: A tu prójimo amarás (2008) y El que tenga oídos… (2014).
Mariana, ojos grandes, cabello largo, voz sedosa, olor a jamaica, canela, barro crudo, estero y mango
Por Sergio Torres
Mariana, ojos grandes, cabello largo, voz sedosa, olor a jamaica, canela, barro crudo, estero y mango. Ella y yo tenemos una larga historia de amor y olvido: yo la amo y me olvido de todo lo demás. Ella, ¡ella ni idea tiene! porque soy demasiado tímido para pedirle amores, demasiado soñador para romper la ilusión de su perfección y verla aterrizar sin anestesia en la turgente ansiedad por su cercanía, su calor, la irresistible cadencia de sus abundantes caderas. Claro que quiero perderme en su mirada, escuchar mi nombre salir, ardiendo, por sus labios de respiración agitada, morir al ayer y al día de hoy en la fuerza de su abrazo. Cuando el amor se consuma, se consume, arde, ilumina todo, explota, muere… yo quiero que este amor sea eterno. ¡Qué cosas tiene la vida, Mariana! ¡Qué cosas tiene la vida!
Sergio Torres. Licenciado en Artes, músico desde la infancia, dibujante y compositor de canciones. Maestro de música por vocación.
E M décimo aniversario. Karly S. Aguirre autora nuestra
El lunes 10 de agosto de 2014 inició Estilo Mápula revista de literatura. Poemas, fotos y relatos. Editores Jesús Chávez Marín y Javier Chávez Bejarano.
Karla Ivonne Sánchez Aguirre estudió en el bachillerato de artes y humanidades Cedart David Alfaro Siqueiros, donde estuvo en el especifico de literatura. Actualmente estudia en la Facultad de Filosofía y Letras de la UACH, es editora en E M y escribe relatos en redes sociales.
Lección 49
Canciones. Taller de composición
Contenido de la parte literaria
Análisis de textos de 15 canciones de éxito reciente.
Uso de los signos de puntuación.
Semblanza básica de la versificación: prosa y verso, rima, medida, octosílabos, endecasílabos.
Núcleo de la frase.
Núcleo del párrafo.
Contar relatos: planteamiento, nudo y desenlace.
Estrategias para conseguir la síntesis en un texto: economía del lenguaje.
Lenguaje de la lógica y lenguaje simbólico.
Aprender la brevedad: El haikú.
Aprender lenguajes simbólicos: imagen, metáfora, símbolo y mito.
JChM Taller Literario, septiembre 2018
Naranjas agrias que saben a miel
Por Carlos Gallegos
En la estación de Aguascalientes abordamos el ferrocarril de vapor hacia el norte incierto.
Éramos jóvenes e ingenuos, soñadores de sueños imposibles.
Nuestro candor nos hizo presa fácil de la palabra fácil de un tío sin nombre.
Nos dijo que en el norte estaba un llano inmenso en medio de dos ríos, donde había peleado como soldado de Francisco Villa.
Que fuéramos allá, que allá tendríamos una vida diferente a la que viviríamos en Aguascalientes.
Nos compró los boletos hasta Estación las Delicias, donde debíamos bajarnos al aviso de un disco de lámina roja.
Entre la bruma del vapor y la luz del incierto amanecer, un día después vimos el disco rojo deteniendo el tren y nos bajamos tomados de la mano.
A nuestra izquierda vimos un corral de ocotillo y una pieza de ocotillo con techo de terrado.
No vimos más porque no había más que ver.
Sólo un sol de lumbre roja que salía en un destello púrpura entre dos cerros pardos, solo un coyote flaco que pasó brincando tras un conejo asustado que brincaba matorrales.
Allá en lontananza, entre una polvareda que cegaba, divisamos dos, tres, cuatro o cinco casas chaparras de adobe ranchero, de ventanitas azul verde, de canales de cantera que no eran tan necesarios porque casi nunca llovía.
Se nos acercó un señor grueso con el sombrero en la mano a darnos la bienvenida.
―Soy Luis Nevárez, jefe de Estación ―nos dijo en tono golpeado, en el tono en que nos dijo el tío que hablaba Villa.
Caminamos rumbo al poblado en embrión y al poco caminar nuestros zapatos negros de vaqueta eran blancos de aquel polvillo blanco que nos cubría, haciéndonos llorar los ojos.
El sudor hizo que nos soltáramos las manos.
Yo escuchaba sus pasos a pocos pasos de los míos.
Miraba yo un pueblo que, después sabría, solo mis ojos veían.
Vi un tenderete atendido por un árabe melifluo. Vendía espejos, agujas, hilazas de colores y medias de ceda falsa.
Íbamos por un callejón ancho, encharcada por la única lluvia que caería ese año.
Vi un joven jinete que caracoleaba su caballo zaino orejano quitándose el sombrero para saludar a una dama desdeñosa de su amor.
Vi a una señora enlutada que lloraba limpiándose las lágrimas con la orilla de su rebozo.
Vi a un mozo que corría haciéndole mandados a un viejo rico que había llegado primero.
―Allá derecho, al fondo del callejón, haremos un mercado que tenga figura de pastel ―musitaba un señor con facha de político.
―Y torciendo tres cuadras a la izquierda, levantaremos un reloj gigante que anuncie a todos las horas del día y de la noche.
Ya teníamos mucha hambre y por suerte un buen hombre que vendía naranjas agrias nos vio el hambre en los ojos y nos ofreció una.
―En un pueblo donde regalan naranjas agrias que saben a miel no nos puede ir mal ―le dije a mi compañera.
Pero ya se había devuelto. Ya no había nadie siguiendo mis pasos.
Ella no veía la visión que yo veía.
Desanimada, se había evaporado en la resolana mañanera.
A lo lejos la divisé caminando hacia la estación sin decirme ni adiós.
Al poco escuché el silbido del tren hacia el sur lejano y no la volví a ver.
―Yo porfiaré hasta ver el pueblo que he visto en sueños ―me dije llorando al dolerme su reciente ausencia.
―A ella que le vaya bien. No tiene de mí ni de los delicienses del futuro la voluntad tenaz.
A lo lejos, muy a lo lejos, oí el eco del silbato del tren hacia el sur y luego no escuché nada.
Solo la voz del árabe melifluo haciendo nuevos clientes.
Ante su notoria bonanza supe entonces con gran certeza, que hacía bien en no irme.
Supe que estaba en mi casa para siempre.
Carlos Gallegos Pérez es licenciado en comunicación por la UNAM, licenciado en periodismo por la UACH. Fue coordinador de comunicación social de la UACH, así como también fue coordinador de comunicación social en Gobierno del Estado, ganador del Premio Chihuahua de Literatura y del Premio Nacional INBA Novela de Testimonio. Autor de varios libros, actualmente es cronista de Ciudad Delicias.
E M décimo aniversario. Víctor Manuel Córdova Pereyra autor nuestro
El lunes 10 de agosto de 2014 inició Estilo Mápula revista de literatura. Poemas, fotos y relatos. Editores Jesús Chávez Marín y Javier Chávez Bejarano.
Víctor Manuel Córdova Pereyra es licenciado en artes escénicas por la UACH, autor de ensayos sobre teatro, filosofía de la cultura, poesía, cine y narrativa publicados en las revistas Synthesis, Solar y Metamorfosis. Fue director de teatro durante 15 años; 5 de ellos en la preparatoria del ITESM, campus Chihuahua (2005 – 2006) y durante un espacio de 10 años en la FFyL de la UACH (2006 – 2016). Tiene maestría en humanidades. En coautoría con Erbey Mendoza publicó el poemario Entorno de los días (2015). Ha publicado también los libros Los milagros de los santos olvidados (2001), y Seres de frontera (2008) En la actualidad es coordinador de la maestría en investigación humanística en la Facultad de Filosofía y Letras de la UACH
Cuando la vida se movía demasiado aprisa
Por Sergio Torres
Cuando la vida se movía demasiado aprisa, la abuela venía desde lejos, de otra dimensión, adivinando que el corazón estaba maltrecho y el cuerpo poco dispuesto para las actividades diarias, con una taza de chai, esa maravilla mezcla de sabores, aromas y amor con que nos abrazaba en los días nublados de rayos y truenos en las cercanías de la bahía de Ohuira, unos pasos más allá, y la tierra se deshacía en las aguas del mar de Cortez.
Volviendo al chai: no se dice té chai, porque chai significa té, sería como decir té té y eso es una locura. El chai masala es una mezcla de cardamomo, canela, pimienta, te negro, anís estrella infusionados en leche caliente por cinco minutos… así de simple, sabroso y reconfortante. Un abrazo al alma.
Sergio Torres. Licenciado en Artes, músico desde la infancia, dibujante y compositor de canciones. Maestro de música por vocación.
Lección 48
Ejercicio de redacción
Lean estos textos de Omar
Elijan uno de ellos.
Usen ese texto como plataforma temática y escriban un relato con toda libertad de tema y de forma.
El narrador y el punto de vista serán en primera persona gramatical: “yo” o “nosotros”
Extensión mínima: media curtilla. Extensión máxima: diez cuartillas.
Omar Khayyam nació en el siglo 11 en Nishapur, capital de la provincia de Khorassan, región de clima tropical bañada de sol, en el nordeste de Persia. Su libro de poemas es El Rubaiyat, uno de los más hermosos que se han escrito en todos los tiempos. Para El texto breve ponemos aquí textos suyos.
Ya que ignoras lo que el mañana te reserva, esfuérzate por ser feliz hoy. Coge un cántaro de vino, siéntate a la luz de la luna y bebe pensando que tal vez mañana la luna ha de buscarte en vano.
Goza del instante fugitivo de tu vida.
Si en tu corazón injertaste la rosa del amor, no fue inútil tu vida. Tampoco si trataste de oír la voz de Dios. Y menos todavía si con suave sonrisa le brindaste al placer tu cáliz.
Este mundo es una rosaleda. Nuestros visitantes son mariposas. Nuestros músicos son ruiseñores. Cuando no hay ni rosas ni frondas, las estrellas son mis rosas y tu cabello mi selva.
La bóveda del cielo bajo la cual andamos finge una linterna mágica en la que el sol hace las veces de lámpara. Y es el mundo el telón donde tiemblan nuestras imágenes.
La aurora: felicidad y pureza. Un inmenso rubí en cada capa. Coge dos ramas de sándalo: haz con una de ellas un laúd y deja que la otra te perfume.
El alba vuelca sus rosas en la copa del cielo. En el aire de cristal se desgrana el canto del último ruiseñor. El aroma del vino es más suave. ¡Y pensar que hay insensatos que en esta misma hora sueñan con riquezas y distinciones! ¡Qué sedosa es tu cabellera, amada mía!
Caeremos en la ruta del amor y nos pisoteara el destino. ¡Oh, mi pequeñuela! ¡Oh, mi preciosa copa! Levántate y dame tus labios, antes de que me convierta en polvo.
Supongamos que hayas resuelto el enigma del universo, ¿cuál es tu destino? Supongamos que hayas arrancado a la verdad todos sus velos, ¿cuál es tu destino? Supongamos que hayas vivido feliz cien años, y vayas a vivir aún cien años cien años más, ¿cuál es tu destino?
La verdad y el error, la certeza y la duda, no son sino palabras huecas como pompas del jabón. Irisadas o grises, esas burbujas son la imagen fiel de nuestra vida.
El vasto mundo: un grano de polvo en el espacio. La vana ciencia de los hombres: palabras. Los pueblos, las bestias y las flores de los siete climas: sombras. El fruto de tu continua meditación: nada.
Los sabios no podrán enseñarte nunca nada. Mas la caricia de unas negras pestañas de mujer te revelará la felicidad. No olvides que tus días sobre la tierra están contados. Y que bien pronto volverás al polvo. Trae vino, busca un refugio y deja que la vid te consuele.
Gira la ruleta, indiferente al cálculo de los sabios. Renuncia al esfuerzo vano de contar las estrellas. Medita más bien en esta verdad: habrás de morir, no soñarás más. Los gusanos de la tumba, o los perros vagabundos, se disputarán tus despojos.
JChM Taller Literario, abril 2018
E M décimo aniversario. Almudena Cosgaya autora nuestra
El lunes 10 de agosto de 2014 inició Estilo Mápula revista de literatura. Poemas, fotos y relatos. Editores Jesús Chávez Marín y Javier Chávez Bejarano.
Almudena Cosgaya descubrió su gusto por las historias desde niña; hacía fanfics de relatos ajenos, lo cual fue para ella un excelente entrenamiento para escribir luego sus propios cuentos, al darse cuenta de que en algunos de sus relatos de fanfic había creado un personaje que merecía su propia historia. Es autora de poemas y de prosa narrativa. En 2017 publicó su novela La maldición del séptimo invierno.
Rollos cortos
Una película no apta para mentes flojas
Por Luis Raúl Herrera Piñón
Entretenida, emocionante, inquietante a ratos, desesperante en otros, llena de paisajes solitarios y desérticos, pero sobre todo, no apta para mentes flojas, así es el thriller psicológico En tierra extraña, película de 2015, dirigida por la directora Kim Farrant en su debut en una obra de ficción.
En la Australia más salvaje, Catherine (Nicole Kidman) y su esposo Matthew (Joseph Fiennes) huyen de un pueblo a otro llevando con ellos a sus dos hijos; Lily (Maddison Brown), de 15 años, y Tommy (Nicholas Hamilton), el hijo menor. La familia ha tenido que abandonar el pueblo anterior, pues Lily ha tenido relaciones prohibidas con un maestro. Sin embargo, una noche los dos hijos abandonan el hogar y eso pone a Catherine al borde de la locura.
La fuga de los niños es un pretexto maravilloso para mostrar –a través de una fotografía magistral– el paisaje espectacular de Australia. Pero no solamente eso, el filme intenta ir un poco más allá de la desaparición de los dos menores para adentrarse en el interior de la familia, en sus problemas, sus miedos y culpas, sus pecados.
En eso está muy bien el guion de Michael Kinirons y Fiona Seres, con la salvedad –que se agradece– de que no es un guion típico de Hollywood, por lo que –y esto ha de chocarles a muchos– este filme no tiene un final feliz, en cambio lleva la marca del cine independiente y, por lo mismo, un final ambiguo que, como ya he dicho antes, no es apto para mentes flojas.
Lamentablemente, el cine hollywoodense nos ha acostumbrado a los finales ya hechos, ya digeridos, pues en ellos no hace falta la participación activa del espectador. En esta película australiana esto no es así. Me parece que una historia que nos permita reflexionar y pensar por 110 minutos es digna de verse y disfrutarse –como se disfruta un viaje–, aunque el destino final no siempre sea el que esperamos.
Sobre las actuaciones, los protagonistas están más que bien en sus papeles, especialmente Nicole Kidman, quien después de algunas malas actuaciones retoma los papeles serios y arriesgados, como este, en el cual su personaje es el de una madre que descarga en la sexualidad todas sus culpas y angustias.
Toda la historia de este filme se desarrolla en el llamado outback, una zona semiárida y estéril que se encuentra alejada de los centros urbanos. Este es el paisaje asfixiante que rodea a la familia en problemas y que nos permite conocer otro rostro de ese país.
Después de todo, En tierra extraña es una propuesta interesante y entretenida, capaz de hacernos sentir incómodos, gracias al buen uso de una música, una fotografía y una dirección más que convincentes.
Título original: Strangerland. Duración: 112 minutos. Año: 2015. País: Australia. Directora: Kim Farrant. Reparto: Nicole Kidman, Mathew Parker, Joseph Fiennes, Hugo Weaving. Dónde ver: Disponible en Amazon Prime Video.
Luis Raúl Herrera Piñón es el jefe de la Unidad de Cine de la Quinta Gameros desde hace 19 años, tiempo en el que ha privilegiado la difusión de la cultura, a través de cine de calidad. Durante años publicó en El Heraldo de Chihuahua su columna Rollos cortos, en donde hacía crónicas y crítica de cine.
La vida es insoportable, en cada acción hay dolor, esfuerzo, trabajos que desgastan. Así sea una caricia, un pestañeo, el desarrollo de un pensamiento alrededor de una idea, la vida duele
Por Sergio Torres
La vida es insoportable, en cada acción hay dolor, esfuerzo, trabajos que desgastan. Así sea una caricia, un pestañeo, el desarrollo de un pensamiento alrededor de una idea, la vida duele. Sucesión interminable de tareas y trabajos para salir de un estadio temporal que siempre va en detrimento. Así que todos los días hay que salir a luchar contra la entropía, al mismo tiempo en que nos vamos desgastando por existir. No es precisamente una guerra sino un deber, hay algo dentro de cada uno que nos mueve a salir del cubil a reducir la brecha entre lo que soñamos y la realidad que nos rodea, una especie de diálogo con el entorno. Parece inútil si se ve de lejos, ¿de qué le sirve al mundo un poema nuevo, un beso entre enamorados, la emoción de Samara cuando ve a los payasos en el circo, la alegría de asistir a un concierto con tu grupo o cantante favorito? De acercar los sueños a la vida cotidiana, prueba de que la vida es más, más.
Sergio Torres. Licenciado en Artes, músico desde la infancia, dibujante y compositor de canciones. Maestro de música por vocación.
arte de Covarrubias
Lección 47
La crónica literaria
Es un género literario producto del acercamiento entre el periodismo (sobre todo el llamado nuevo periodismo o New journalism inaugurado por figuras como Truman Capote en los EE.UU) y la literatura, en el que se escriben episodios reales (o imaginarios, pero enmarcados en contextos reales) contados mediante recursos y artificios literarios y poéticos.
Mezcla a su antojo la ficción y la realidad, los puntos de vista y los datos de investigación, con el objetivo de ofrecer al lector una reconstrucción cercana de la experiencia vivida por el autor o por terceras personas.
Se distingue de la crónica periodística en que esta tiene obligatoria fidelidad para con los hechos verdaderos, y en cambio la literaria tiene una visión artística.
En algunos casos, como en Crónica de una muerte anunciada de Gabriel García Márquez, o en Crónicas marcianas de Ray Bradbury, este contexto sirve más bien de excusa para explorar eventos enteramente ficcionales. Otras aproximaciones, como las novelas La gota de agua y Asesinato, de Vicente Leñero, persiguen un efecto más periodístico, aferrándose a la vida de personajes reales o de eventos comprobables de la historia.
JChM Taller Literario, junio 2018